“Mi sangre es azul como la de los Dodgers y
cuando muera iré como un gran Dodger al cielo.”
Tom Lasorda
Repasando las noticias de AP News el 8 de enero de 2020 me encontré con el triste anuncio del fallecimiento del lanzador zurdo Tom Lasorda, quien años después de retirado del juego activo fungió con mucho éxito como mánager de los Dodgers de los Ángeles.
Lasorda fue una figura muy popular en Cuba en la década de los 50, país en el que jugó sea en la Liga profesional cubana y como visitante con los Reales de Montreal de la Liga Internacional (AAA). Los cubanos de aquellas generaciones le recuerdan con respeto y simpatía.
El lanzador zurdo Thomas Charles Lasorda nació el 22 de setiembre de 1927 en Norristown, Pensilvania, medía 178 cm, en el seno de una familia católica de cinco hermanos y debutó en ligas menores con los Weavers de Concord, liga Estado de Carolina del Norte (clase D), sucursal de los Filies. Luego fue reclutado por el servicio militar de su país y una vez desmovilizado los Dodgers vía waivers se hicieron de los servicios de lanzador, el que también defendía bien la inicial y era un bateador de tacto.
En 1948 lanzó para los azulejos de Schenectady, Liga Canadiense-Americana, donde logró la hazaña de ponchar a 25 adversarios en juego de 15 entradas. Desde 1950 se desempeñó con los Reales de Montreal, sucursal de los Dodgers en la Liga Internacional (AAA).
Con el equipo grande debutó el 5 de agosto de 1954, donde realmente no hizo nada del otro mundo, por lo que dos temporadas después pasó a los Atléticos de Kansas City, con los que lanzó en la temporada de 1956.
Sin llegar a ser una estrella en la Liga Internacional, Lasorda era muy laborioso y capaz de lanzar juegos prolongados de extra-innings.
En Cuba jugó en la temporada de 1951-52, para los Alacranes del Almendares, nuevamente nada del otro mundo, 3 ganados y 7 perdidos más una famosa tangana, que ocurrió en la primera entrada del juego del sábado 5 de enero de 1952 entre los Tigres del Marianao y los Alacranes.
Lasorda años después rememoró como fue aquella bronca con el gigante de 185 cm de altura, el inicialista cubano Chiquitín Cabrera. Lasorda le había arrimado dos lanzamientos a Cabrera, al segundo el cubano le fue arriba bate en mano. Lasorda relató: “Justo cuando estaba a punto de golpearme con su bate, le arrojé mi guante en la cara y lo tacleé. No sé cómo lo hice, pero lo levanté en el aire y lo giré.” En otra conversación, años después, dijo jocosamente: “Chiquitín no sabía que yo era el maestro de Bruce Lee.”
La tangana costó caro al árbitro principal, el norteamericano, Pat Padden de la Asociación Americana, quién en su afán por separar a los dos peloteros, cayó y quedó inconsciente. En realidad, Padden no estaba bien de salud y la fuerza realizada lo desplomó completamente. Finalmente fue hospitalizado y no volvió a ejercer por el resto de la temporada en la liga profesional cubana.
Lasorda y Cabrera fueron llevados a juicio al siguiente día, el juez le preguntó a Lasorda si quería presentar cargos contra el cubano, a lo que él respondió que quería volver a lanzarle. Si contó después otra cosa que no era cierto. Dijo haber sido invitado al Palacio Presidencial por Batista, quien le preguntó si había algo en que pudiera ayudarlo. Batista logró su golpe de estado el 10 de marzo de 1952, o sea más de 2 meses después de la bronca y cuando la temporada de la liga cubana había terminado en febrero. Pudiera ser que se haya equivocado de presidente y haya llamado a Prío Socarrás como Batista, o tal vez lo soñó.
Con los Azules volvió a lanzar en la temporada de 1958-59 cuando ganó 8 juegos y perdió 3, PCL de 1.89, trabajo que contribuyó a que el Almendares se alzara con la victoria del campeonato por última vez en su historia. En la Serie del Caribe en Caracas (1959), no ganó ni perdió, solo lanzó 3.1 entradas, justa que el Almendares también bien ganó.
Personalmente le recuerdo más lanzando para los Reales de Montreal frente a los Cubans en 1959. A partir del 18 de abril de 1959 se inició una serie de cuatro juegos entre los Reales y los Cubans en el estadio del Cerro. Los de Montreal venía con tres guerrilleros en sus filas, dos de ellos como primero y segundo bates, Ángel Scull (CF) y Edmundo Amorós (LF). El primer juego fue ganado por los anfitriones gracias a bateo de Carlos Paula sobre el abridor, amigo y rival al campo, el “guerrillero” guanabacoense René Valdés, más conocido como Látigo Gutiérrez en Cuba. El Látigo solo duró un tercio de juego. Al siguiente día, doble juego, aleluya, al estadio fuimos en grupo familiar. El primer juego dominical fue de nueva ofensiva de los Cubans, encabezada por Leo Cárdenas y el Haitiano González. Revisando en la prensa de entonces, el abridor de los Reales fue el derecho Ted “Babe” Birrer. Para el segundo desafío, hubo receta de zurdo, el boricua Roberto Vargas, al que los Cubans batearon y la altura de la mitad de juego llenaron las bases y con el Haitiano al bate. Otro zurdo vino de relevo, era Lasorda, guapo como siempre, pero eso no siempre funciona en el béisbol. Puso una bola alta en home y el Haitiano la rechazó con fuerza. La bola se iba abriendo, no podía creer que no cayera dentro, a mis ojos fue un foul, picó al fondo, en el espacio que había entre la grada del sol y la grada de la línea de primera, donde nos hallábamos, qué pena fue nuestra reacción. Equivocados estábamos, el árbitro de primera, internado, había decretado el fair, por lo que se convirtió en jonrón, un grand slam. Esas cuatro carreras sacaban a los Reales de juego prácticamente, pero Lasorda tiró su guante en el montículo y la emprendió con el árbitro, al final fue sustituido inmediatamente. Ese hecho se me quedó grabado.
Al siguiente día, lunes 20 de abril de 1959, Lasorda lanzó 14 entradas a los Cubans para vencerlos 2-1 finalmente. Era un lanzador muy laborioso y empeñado. Nuevamente en junio se enfrentaron Montreal y Cubans, esta vez en Montreal, y Lasorda dominó al Cuba 3-2 en juego del 8 de junio 1959.
Así y todo, se puede considerar que no fue ninguna estrella del pitcheo. En las mayores jamás ganó y perdió 4, con un WHIP de espanto, 1.87 y PCL de 6.48. En las Menores, en 14 temporadas, 11 de ellas en AAA, le fue mejor, 110-63. Eso sí, era un lanzador muy perseverante.
En 1960 se retiró del juego activo y pasó a ser cazatalento para los Dodgers hasta 1965. Un año después debutó como director en Ligas Menores. Primero lo hizo con el Pocatello y Ooden en la Liga Pioneer, en 1969 dirigió a los Indios de Spokane en la Liga de la Costa del Pacífico (AAA), donde se mantuvo hasta 1971, y en 1972 dirigió los Dukes de Albuquerque en igual liga. En las Menores ganó 941 juegos ganados y 524 derrotas, para promedio de 1465 (.642).
En 1973 se convirtió en coach de tercera base de los Dodgers, dirigidos entonces por el legendario Walter Alston, quien se retiró en 1976 y cedió su puesto a Lasorda.
También desde 1972 hasta 1976, Lasorda dirigió a los Tigres de Licey en la invernal dominicana, donde triunfó en dos temporadas y se llevó el cetro de una Serie del Caribe. Previamente a esta dirección, fue timonel del Escogido en la temporada de 1970-71.
En 1977 se llevó el triunfo en la Liga Nacional, pero tropezaron con los Yankees dirigidos por el ex-segunda base Billy Martin, que derrotaron al equipo de los Ángeles en 6 juegos. Lamentable, pues el juego de Dusty Baker con los Dodgers fue de otra galaxia, pero el de los mulos, que tuve la suerte de verlo jugar en 1979, era una aplanadora con Munston, Chambliss, Reggie Jackson, Willie Randolph y Bucky Dent entre otros.
La historia se repitió en 1978, nuevamente los mulos se llevaron la serie mundial en 6 juegos. Billy Martin decía que el día que Lasorda muriera y llegara a los cielos, vería que Dios era todo un yankee en el béisbol.
La cosa cambió en 1981 cuando se volvieron a ver las caras ambos equipos en la serie mundial y la sonrisa fue para los Dodgers en 6 juegos. Aquel equipo traía figuras que más tarde se destacaron como managers, como el receptor Mike Scioscia y el jardinero Dusty Baker, además del dominicano Pedro Guerrero, los lanzadores Fernando Valenzuela y Burt Hooton entre otros.
La segunda victoria de Lasorda en Serie Mundial fue en 1988 cuando en cinco juegos vencieron a los Atléticos de Oakland. Su balance como director, a lo largo de 21 temporadas con los Dodgers, fue de 1599 ganados y 1439 perdidos (.526), ganó 4 campeonatos de su ligar y 2 series mundiales. En dos temporadas fue escogido como manager de la temporada en la Liga Nacional.
A Lasorda le quedaba un compromiso en su carrera, dirigir al equipo de su país en unas Olimpiadas. El equipo Cuba se alzó con la victoria en las dos primeras olimpiadas, las de Barcelona (1992) y Atlanta (1996), pero los ejecutivos de EE.UU. pusieron mayor empeño para los de Sídney, Australia (2000), y decidieron nombrar a Lasorda como su director.
El 23 de setiembre de 2000 se enfrentaron las escuadras cubanas y estadounidenses, juego caracterizado por el dominio del pitcheo del cubano José Ibar. La victoria cubana no dejó lugar a dudas, 5-1, con un incidente desagradable entre el jardinero Ernie Young y el lanzador Ibar. Young consideró que Ibar le estaba pegando en exceso la pelota, algo normal en el béisbol y al que no le guste, que juegue ping pong, como dijo Antonio Pacheco Massó en una ocasión. El incidente pasó al olvido, Lasorda no intervino, seguramente diría que le había pasado lo mismo con un bateador cubano 48 años atrás. La derrota no pasó inadvertida para el manager derrotado.
Cuba y EE.UU. se volvieron a enfrentar en la gran final el 27 de setiembre de 2000. Servio Borges se decidió por Pedro Luis Lazo, algo que todavía hoy no logro entender, pero Lasorda sabía que tenía que poner un clavo llamado Ben Sheets, lanzador derecho de la Liga Internacional, con 21 años en ese momento. Nada pudieron hacer los cubanos, excepto Omar Linares, único que le logró conectar. Eran los primeros juegos olímpicos con bate de madera, nada de aluminio, pero la realidad es que Lasorda hizo la debida selección y Cuba cayó 4-0 en ese juego, donde solo conectó 3 hits.
Tres años antes de esa victoria en Olimpiadas, Lasorda había sido exaltado al Salón de la Fama por el Comité de Veteranos. Como ya se dijo, su muerte tuvo lugar el 8 de enero de 2020 a causa de un nuevo infarto cardiaco.
Fuentes
Anon. Tommy Lasorda. Baseballhall.org. https://baseballhall.org/hall-of-famers/lasorda-tommy
Anon. Tom Lasorda. Baseball-reference.com. https://www.baseball-reference.com/players/l/lasorto01.shtml y https://www.baseball-reference.com/managers/lasorto01.shtml
Anon. 1959. Ted Wieand y Luis Arroyo vs Biber y Vargas. Diario de la Marina, pp 3-B.
Anon. 1959. Tom Lasorda derrotó anoche a los Cubans en duelo que tuvo catorce innings de particular duración. Diario de la Marina, 21 abril, pp 2-B.
Fagan Ryan. 2021. Five Tommy Lasorda stories from his playing days that you probably haven’t heard. Sporting News, Jan. 8. https://www.sportingnews.com/us/mlb/news/five-tommy-lasorda-stories-from-his-playing-days-you-probably-havent-heard/83sespbnorvw1omi0jk6qgkda
Figueredo, Jorge S. Cuban Baseball: A Statistical History, 1878-1961. McFarland & Company, Inc. Publishers, Jefferson-North Carolina-London. 544 p.
Molina René. 1952. Dramatizando el juego, una riña entre Lasorda y Chiquitín Cabrera, ganaron los Azules 3-2. Diario de la Marina, 6 enero, pp 18.
Secades Eladio. 1952. Suplemento deportivo. Bohemia, 13 enero. pp 80-85.
Tigres del Licey. 2020. Entristecido el Licey por muerte de Lasorda. AtBat, 8 enero.
Escrito por Esteban Romero, 10 enero de 2020