“Nunca se me ocurrió que me iba a enamorar de
un negro, pero ha ocurrido y nada cambiará.”
Frase de Joanna, la novia del médico afro en la película
La historia de la humanidad es en parte, la historia de la discriminación racial. Los blancos siempre se han considerado la raza suprema del Universo y de aquellos que tengan otra pigmentación, sea negra, bronceada o amarilla, a quienes se les ha considerado como entes similares a gorilas, chimpancés y orangutanes. Así de sencillo.
Con anterioridad, en el siglo XIX habían surgido hombres que se oponían a la esclavitud. De hecho, los regímenes feudales desaparecían ante el auge del capitalismo como formación más productiva, por lo que el esclavismo era un fenómeno primitivo, que no favorecía precisamente al capitalismo y la creación de masas asalariadas. Había que explotarlas con más eficiencia, el esclavo o el siervo ya no eran de utilidad. La negación de la esclavitud no era signo de integración, no nos confundamos. Se aceptaba al negro o al chino en otras condiciones, pero nada de mezcla con blancos, eso no era parte del menú de desarrollo previsto.
La evolución es parte de la dialéctica, aquella que niega muchas creencias con sus dogmas embrutecedores. Llegado al siglo XX muchas cosas comenzaron a cambiar y los negros importados de África en el hemisferio occidental comenzaron a abrirse paso, a la vez que muchos blancos adquirían opiniones distintas a las prevalecientes y tomaban a los negros y chinos como seres humanos con sus capacidades.
Una blanca casada con un negro o viceversa, no, eso no. El negro con su negra y el blanco con su blanca, aunque de siempre los colonizadores blancos gustaban de tener sus familias aristocráticas y se iban por los establos en las madrugadas para copular con alguna negrita esclava. Tengo un ascendente muy importante que dejó un reguero de hijos mestizos en la finca de su propiedad, que conste. Las cosas fueron cambiando, quien se lea el libro de la autobiografía de Malcolm X se dará cuenta que su primer oficio era de gigolo, se dedicaba a satisfacer con su largo musculo primo a las blancas insatisfechas en la sociedad americana. Se hacía a escondidas, la blanca que se viera en ese enredo iría a prisión y completamente desprestigiada.
La película “Adivina quién viene esta noche (1967)” del director Stanley Kramer expone bien la problemática cuando un negro y una blanca se enamoran. Lo que se expone no es el racismo de parte de los progenitores de ambas partes, sino de su preocupación por lo que les espera en el futuro una vez se casen y tengan hijos. En el momento de estreno del film las leyes segregacionistas eran abolidas en los EE.UU. y estaba el proceso de apelación de los condenados Mildred Loving, una mujer negra, y Richard Loving, un hombre blanco, los que se habían casado en Virginia y fueron condenados a un año de cárcel por haber violado la ley de Integridad Racial de 1924. En el film se hace saber que solo se admitía el matrimonio interracial en 18 estados de la Unión.
Lo interesante es ver la actitud y mentalidad de la sirvienta negra de la casa. Ella no concebía que un negro pudiera llegar a ser médico y muy destacado, por lo que trataba al novio como si fuera un golfo e intruso en esa familia blanca. La costumbre e ignorancia en la que vivió no le daba lugar a pensar de otra manera.
Esta película es un adelanto y previsión de lo que vendría décadas después. Lo lamentable es que aún existen supremacistas blancos y el racismo le queda algún rato de existencia. El fenómeno discriminatorio no es solo en la sociedad americana, sino también en varios países europeos e incluso del llamado Tercer Mundo. No obstante, en Europa se aprecia un avance sustancial en la unión, sea incluso informal, de parejas de razas distintas.
Este fue el último film en la carrera del actor Spencer Tracy, quién fue nominado para OSCAR como mejor actor. Katharine Hepburn, se llevó el Oscar como mejor actriz. Cecil Kellaway, en el papel del cura católico amigo de la familia, con posiciones muy positivas respecto a la unión de la pareja, recibió nominación para Oscar como mejor actor de reparto. Beath Richards, la madre del médico negro, se adjudicó la otra nominación como mejor actriz de reparto. El destacado director Stanley Kramer, muy dado a abordar estos temas raciales, fue nominado como mejor director. Todos esos actores, actrices y director recibieron otras nominaciones de Globo de Oro y premios BAFTA. Las actuaciones de los enamorados en el film Sidney Poitier y Katharine Houghton, aunque no premiados o nominados, estuvieron al nivel requerido.
Sin lugar a dudas, el tema de la película es actual y lo será mientras exista esos males llamados racismo y segregación, por lo que su valor permanece y es una cinta que debería ser vistas en todos aquellos países que aún confrontan estos problemas.
Escrito por Esteban Hernández, 23 diciembre de 2020, con información consultada en IMDB.com y Wikipedia.com