“El talento gana partidos, pero el trabajo en equipo
y la inteligencia ganan campeonatos.”
Michael Jordan
El primer campeonato cubano de béisbol se efectuó en 1878 gracias a la acción y empeño de Emilio Sabourin, propietario de los terrenos del club Habana. El alcalde de la ciudad en aquella época era Don Leandro Álvarez Torrijos, Marqués de Bellavista, quien negó el permiso de efectuar ese juego por ser dudoso y desconocido. Esta decisión cambió por la influencia del Conde de Pozos Dulces, Francisco de Frías y Jacott, poco antes de su fallecimiento, y otras personalidades. Ese primer juego, como ya se sabe, se efectuó el 29 de diciembre de 1878 con la presencia de 3000 espectadores.
Los primeros peloteros españoles en Cuba en el siglo XIX fueron el inicialista Leonardo Ovies y el receptor Antonio Arzola. Ambos jugaban en un placer que está donde mismo radica ahora el hospital de maternidad de Línea en el Vedado. La mayoría de los que iban a practicar el béisbol eran vizcaínos. Entre ellos estaban Ovies y Arzola, los que lograron integrar el equipo del Almendares.
El torpedero “Quilla” Valdés estuvo suspendido junto a Juan Ealo debido a que ellos no podían jugar en otras ligas. La liga Amateur se consideraba la meca del amauterismo en béisbol en Cuba, lo cual no era cierto, ya que había otros circuitos también amateurs, donde jugaban verdaderas estrellas. Era necio creerse Dios cuando a los mismos negros se les negaba en la Liga Amateur jugar. La dificultad llegó en 1942 cuando había que conformar el equipo cubano y Quilla era lo mejor que se podía llevar para cubrir el campo corto. Hubo una fuerte presión popular al efecto y finalmente la Federación Internacional medió y dictaminó que, si un hombre era apto como amateur dentro de su territorio, podría serlo también fuera de este y entonces Quilla pudo representar a Cuba en la Serie Mundial de 1943 y en la Serie Inter-antillana de 1944 en Santo Domingo.
El famoso cómico Arquímedes Pous, el intérprete pionero del negrito de la comedia cubana, llegó a lanzar en un juego informal en Mérida, México, en 1919. También participaron los actores Julito Díaz, Rafael Llorens y el director de orquesta Eliseo Grenet, los que se mezclaron con los Cuban Stars de Tinti Molina, que estaban de gira y en partidos contra las Águilas de Veracruz, y con el Havana Reds que pasaba por el lugar. En ese partido participó “Bombín” Pedroso, pero jugando el center field, y Bernardo Baró.
Esta fue la Pre-selección de peloteros de la Liga Amateur al equipo Cuba a los V Juegos Centroamericanos Barranquilla 1946:
Receptores: Ramiro Ramírez (Teléfonos), Rouget Avalos (Deportivo Matanzas) y Luis Estrada (Caribes UH)
Cuadro: Alfredo “Fatty” Domínguez (Caribes UH) 1B, Mario Díaz (Teléfonos) 2B, Gilberto Soto (Aduana) 3B, Willy Miranda (Teléfonos) SS, Arturo Hoyos (Casino Español), Carlos Torres (Deportivo Cárdenas), Alejandro Montesino (Círculo de Artesanos), y “Pancho Villa” de Armas (Teléfonos)
Jardineros: Hiram González (Caribes UH), José Luis “Jorocón” García (Regla), Alberto “Galate” Gómez (Atlético Cuba), Mariano Pimentel (Casino Español), Mario Morera (Círculo de Artesanos), “Curro” Pérez (Deportivo Matanzas)
Lanzadores: René “Tata” Solis (Deportivo Rosario), Ignacio Ferrer (ADC), Ángel “Catayo” González (Deportivo Matanzas), Miguel “Colegial” Montiel (Casino Español), “Navajas” González (Deportivo Rosario), Ramón “Moín” García (Teléfonos)
Los subrayados no hicieron finalmente el equipo, su lugar fue ocupado por el jardinero Mario Pérez, al parecer único negro en esta escuadra; el inicialista Bernardo Cuervo, el infielder Julio Delgado, y los lanzadores Generoso “Curricán” Stable y Mario “Nicaragua Chacón, todos del Violeta-Vertientes. El conjunto fue dirigido por Víctor “Vitico” Muñoz con Fabio de la Torre y Carlos M. Fleites como asistentes. En esta justa Cuba terminó empatada con Colombia en la primera vuelta, ambos con 6-1, mientras Dominicana ocupó el tercer lugar (4-3), pero la decisión final fue entre colombianos y quisqueyanos, ya que Cuba fue vencida en el primer juego por el derecho colombiano Carlos “Petaca” Rodríguez.
En setiembre de 1947 no estaban definidos los árbitros para la Liga cubana profesional de béisbol. Obviamente, la figura central era Amado Maestri, el que oficiaba en la pelota de Maracaibo, Venezuela hasta ese momento. El reglano puso las cosas claras en materia de contrato para esa temporada. En igual situación se hallaba Bernardino Rodríguez, pero ambos solidarizados en una posición firme respecto al dinero que había que pagarles, caso contrario, Venezuela los estaba esperando, incluso con mejores salarios. Le tocó discutir este asunto con Maestri a su coterráneo Miguel Ángel González en funciones por el ejecutivo de la liga. La reunión fue en la Manzana de Gómez en el actual Centro Habana. Maestri muy decidido le dijo a Miguel Ángel: “mi salario debe ser de 1500 pesos mensuales.” Recuerden que un peso en aquella época era equivalente a un dólar. Mike González le respondió que eso era mucho dinero. Maestri le dio a entender que así o se iba para Venezuela, donde tenía una buena oferta, para finalmente añadir: “Soy mayor de edad y no necesito consejos.” El plazo dado era de dos días, de lo contrario Maestri se iría. Emilio de Armas quiso suavizar el asunto, pero Maestri estaba en sus trece y Bernardino lo secundaba. Un día antes de ese lunes, Tomás de la Cruz, el lanzador y presidente de la Asociación de Peloteros, fue a hablar con Maestri a fin de buscar una solución. Maestri siguió con lo suyo y finalmente se aceptó su demanda salarial, la que firmaron Maestri y Bernardino, aunque les quedó por seleccionar un tercer árbitro.
Escrito por Esteban Romero 18 noviembre de 2021