“En Ciudad Real el tasajo, en Cuenca el zarajo.”
Conocíamos una bella ciudad llamada Cuenca en la Sierra ecuatoriana, nos encantó y veré cuando pueda describirla y encontrar fotos de esa visita, pero existe otra Cuenca, la primera, la española, menos grande que la ecuatoriana e igualmente situada en una zona montañosa del centro-este de España dentro de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, tiene también sus encantos.
De Valencia a Cuenca lleva más de dos horas y media en coche. Son unos 200 km, pero no todo el trayecto es por autovía, hay un tramo, más o menos de unos 19 km en vía secundaria y ya subiendo altura.
Fueron los árabes los fundadores de la ciudad, cuyo nombre, algo extraño, viene del latín conca, en árabe Qunka, que significa concha. Cuenca formaba parte de la Cora de Santaver, un territorio perteneciente al califato de Córdoba. La ciudad inicialmente estaba formada por un conjunto de jaimas, que son las tiendas de campaña hechas a base de cuero, muy usadas por los árabes. Debido a las disputas territoriales entre árabes y cristianos, la ciudad se amuralló, se construyó su mezquita principal y el lugar tomó forma de Medina (ciudad). Allí se poseía un taller de tapices, el que previamente radicaba en Córdoba.
De tantas batallas, Alfonso VIII logró conquistar la ciudad en 1177, donde estuvo con sus fuerzas por espacio de una década, lo suficiente para convertir la mezquita en Catedral y construir otras iglesias. Nuevamente las construcciones principales fueron herencia de lo dejado por el dominio islámico.
La atracción principal de Cuenca son las llamadas Casas Colgadas, no diga colgantes, pues resulta ofensivo, aquello no es la Babilonia. Esas casas son de mampostería, sobre las hoces del río Huécar, sujetas sobre piedra labrada y ménsula, de donde se ven los balcones de madera, añadidos posteriormente a la construcción de las casas y que se alzan sobre el acantilado. Para verlas, más le vale salir del casco de la ciudad y encaminarse al Convento de San Pablo, edificación de la orden de los Dominicos en el pasado, desde donde tendrá una bella vista de los acantilados, las casas colgadas e igualmente del puente San Pablo, construido en el siglo XVI, era inicialmente de piedra, pero con el tiempo se desplomó y se reconstruyó de hierro y madera en 1902. Este puente solo se puede ver, pero no cruzar en estos momentos, al parecer no ofrece seguridad.
En la parte más alta del lugar, fuera de la ciudad aparece un Cristo en el llamado Cerro del Socorro.
En el casco histórico hay otros lugares de interés a visitar como es la Plaza Mayor, donde se ubican el Ayuntamiento, edificación de estilo barroco con tres arcos de medio punto, el Convento de las Petras y la Catedral de Nuestra Señora de Gracia, construcción del siglo XII. Así como el palacio Episcopal que alberga el Museo Diocesano y que está adosado a la catedral.
Torre y plaza Mangana una espléndida plaza pública que integra los restos de una parte de la traza del palacio andalusí, de la sinagoga judía.
Hay otros lugares más que se pueden apreciar en la visita, como es la Iglesia y Plaza del Salvador, construcción de la Edad Media;
La Iglesia de San Felipe Neri, construida en 1739;
El convento de la Merced en la plaza homónima, antiguo cenobio de la orden de la Merced Calzada edificado entre los siglos XVI y XVIII;
La iglesia San Pedro en la parte más alta de la ciudad, era una mezquita hasta la llegada de Alfonso VIII, en fin, diversos lugares que pueden verse dentro del casco histórico de la ciudad.
Hay muchos otros sitios, cuyas fotos se verán a continuación

Por esos sitios y lugares interesantes, Cuenca fue declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1996.
Escrito por Ricardo Labrada, 4 diciembre de 2021