Alfredo Zayas, el polémico cuarto presidente de la República de Cuba

Si la política no lo absorbiera, nos daría una labor
literaria cotidiana que enriquecería las letras de
América con aportaciones valiosas y originales”.
Francisco González Díaz, escritor canario
acerca de la figura de Alfredo Zayas

Por Ricardo Labrada

Si hay un personaje que conocía algo desde mi niñez era la del presidente Alfredo Zayas Alfonso gracias a la memoria y vivencias de mi abuela paterna, la que acostumbraba hablar de los presidentes que tuvo Cuba antes de 1959 y tenía una idea de cómo eran ellos. Su calificación no pasaba de bueno y malo, pero en el caso de Zayas hacía siempre una excepción y hablaba más bien que malo sobre este mandatario.

Aclaro que existen varios artículos sobre Zayas, donde los lectores pueden encontrar más información sobre su obra y errores. Recomiendo leer el escrito de Dimas Castellanos, cuya fuente aparece al final, y que entiendo recoge bastante de lo realizado por este presidente.

Como siempre he dicho, es toda una vulgaridad si la historia se quiere hacer desprestigiando a toda persona y haciendo ver que lo de antes no tenía ninguna validez, lo cual solo demuestra la carencia de argumentos. Meter a Zayas en el mismo saco donde se mete a Mario García Menocal, Gerardo Machado y otros tantos tristemente célebres presidentes de la República, no parece ser muy sensato.

Zayas nació en el Cerro, barrio de La Habana, el 21 de febrero de 1861, en una familia de alta sociedad. Su padre, Dr. José María de Zayas y Jiménez era jurista y educador, mientras que un hermano, el Dr. Juan Bruno de Zayas, ejerció como médico y se enroló en las filas del ejército libertador en la guerra iniciada en 1896, en la cual cayó en combate. Su otro hermano, el Dr. Francisco de Zayas, fungió como Embajador en París y Bruselas. Zayas se licenció en Derecho en la Universidad de La Habana en 1882, fue miembro del partido autonomista, el que buscaba una forma de autogobierno para Cuba y luego se integró al partido revolucionario al entonces reconocer que el país no tenía más remedio que independizarse de la metrópoli colonial. Por sus ideas fue perseguido, finalmente detenido y encarcelado en 1895, luego desterrado en 1896 a España, donde cumplió condena en la Cárcel Modelo de Madrid hasta terminada la guerra. No tengo idea cuándo exactamente él se quitó el “de”, que lo vinculaba a España, lo cual hizo como rechazo a la ocupación colonial. En prisión escribió muchos poemas, los que aparecen en sus obras completas. Su poema más famoso fue “Al caer la nieve”, el que reproduzco a continuación:

Cuando la nieve en copos descendía
Tendiendo en la pradera su albo manto,
Sentí que el corazón se me oprimía
Y que brotaba a mi pupila el llanto.

Hijo de tierra que, en verdor eterno,
Con torrentes de luz el sol inunda,
El pálido fantasma del invierno
Vierte en mi seno postración profunda.

Yo no puedo vivir en donde el hielo
Aprisiona el arroyo en sus cristales,
Y el plúmbeo tinte del nublado cielo
No traspasan los rayos siderales.

Yo no puedo vivir, ni encuentra el alma
Encanto alguno a la natura hermosa,
Sin oír el murmullo de la palma,
Y el doliente plañir de la tojosa.

Sin contemplar nadando en la cañada,
Cual góndolas ligeras, los huyuyos;
Y en la noche la ceiba, salpicada
De estrellas fulgurantes, de cocuyos.

¡Cuando a ver tornaré, de gozo lleno,
El arco verde que, en la azul llanura,
Del Anáhuac en el profundo seno,
Traza de Cuba la gentil figura!

¡Virgen que duerme en lecho de zafiros,
En su túnica envuelta de esmeraldas,
Y la arrullan las brisas con suspiros,
Y juegan las espumas en sus faldas!

¡Tierra cubana, con estrecho abrazo,
Guarda el polvo mortal de mis mayores,
Dormidos de la madre en el regazo,
Bajo el fresco follaje de sus flores!

¡Cielo cubano contemplé en mi cuna,
El mismo que mis hijos contemplaron,
Y a amar la patria sobre cosa alguna
Los paternales labios me enseñaron!

¡Cómo no he de anhelar en la honda entraña
Del suelo amado reposar un día,
Sin que cave mi fosa mano extraña
Ni cubra mi sepulcro nieve fría!

Triste presentimiento que me asalta
Y en nostálgico mar me precipita…
¡Toda esperanza al corazón le falta,
Y en convulsivo horror mi ser agita!

Se me antoja pensar que en invernales
Noches, la nieve, con helados besos,
Empapará los lienzos funerales,
Y en su sepulcro gemirán mis huesos…

¡Quiero morir oyendo del solivio
El alegre piar en la yagruma,
Y sintiendo en la frente el rayo tibio
¡Del sol que rasga matutina bruma!

¡En la margen florida de Almendrares,
Que nunca agosta el aterido invierno,
El inefable son de los palmares…
Allí anhelo dormir mi sueño eterno!

¡Allí dormir!… dormir hasta el instante
En que irradie en el cielo el primer lampo
Del sol de libertad, que fulgurante
Seque la sangre que matiza el campo.

Puedan entonces en el mármol yerto
Golpear mis hijos con tremendas manos,
Y clamar cual si oyera el padre muerto:
¡Ya es libre Cuba, y libres tus hermanos!

No podrá ser que el padre le responda,
Pero acaso, de gozo enardecidos,
En lo profundo de la cripta honda
Se agitarán mis huesos carcomidos…

El pálido fantasma del invierno…
Yo evoco a Cuba, ante ella me prosterno,
Y dejo que en silencio corra el llanto…

A su regreso a Cuba en 1898 ocupó varios cargos públicos, entre ellos juez municipal en la localidad de Puentes Grandes. Más tarde concejal del Ayuntamiento de La Habana, de cuyo puesto pasó al de subsecretario de Justicia. Fue también delegado y secretario de la Convención constituyente en la provincia de La Habana, y senador en igual territorio. Su siguiente cargo fue el de vicepresidente del Senado.

En 1901 el Congreso de los EE.UU. votó a favor del apéndice conocido como Enmienda Platt, que le concedía al vecino del norte la facultad de intervenir en el país militarmente cuando así lo creyera conveniente. Ese vergonzoso apéndice fue impuesto en la nueva constitución de la República de Cuba en 1901, a lo cual Zayas se opuso firmemente. Tampoco estuvo de acuerdo con la posesión de la bahía de Guantánamo por parte de los EE. UU. en 1989. Esos poquitos no pasaron inadvertidos por las autoridades estadounidenses a la hora de las elecciones o cargos a ocupar por Alfredo Zayas.

Zayas fue miembro del partido liberal y vicepresidente de la república durante el gobierno del espirituano y ex-gobernador de la provincia de las Villas, José Miguel Gómez y Gómez, mandato que comenzó el 28 de enero de 1909, o sea con la salida del gobierno provisional del gobernador Charles Edward Magoon. De hecho, Zayas cedió la candidatura de presidente en esas elecciones a Gómez, quien concluyó su mandato el 20 de mayo de 1913 con la victoria del partido conservador y del entonces nuevo presidente Mario García Menocal.  

Tanto presidente como vice en el mandato del gobierno del partido liberal tuvieron que ver con la masacre de los rebeldes del movimiento de miles de afrocubanos del Levantamiento Armado de los Independientes de Color opuestos a la discriminación racial ya imperante en el país. Miles de cubanos de la raza negra se alzaron contra la discriminación social. El gobierno ordenó al ejército reprimir tal manifestación, la que se cobró la vida de más de 3000 rebeldes.

En 1916 Zayas se postuló como candidato a la presidencia, elecciones que ganó, pero tuvo la mala suerte que los amos del Norte no le perdonaran algunas de sus protestas anteriores. Así que entre una y otra, Menocal fue reelecto por la Casa Blanca, no por el pueblo cubano. Este hecho de por sí puede considerarse como un punto a favor de Alfredo Zayas en la siguiente elección.  

La reelección de García Menocal ocasionó disturbios en todo el país, sobre todo en la zona oriental. A esa rebelión se le llamó La Chambelona. García Menocal hizo uso del ejército para reprimir las protestas.     

En 1920 ganó nuevamente las elecciones con el apoyo de los conservadores mediante acuerdo con Menocal. Este apoyo de Zayas era a cambio de un apoyo a Menocal en las elecciones siguientes, pero Zayas no cumplió como veremos más adelante. El presidente habanero inició  su mandato en 1921, pero con la vigilancia permanente de las autoridades estadounidenses a través del General Enoch H. Crowder, quien había sido enviado a Cuba en 1919 para “garantizar la transparencia de las elecciones en 1920”. En realidad, se trataba de una especie de gobernador detrás del telón, el que estableció sus reglas de juego con Zayas. Crowder escribía sus memorandos dando instrucciones a Zayas, el que se veía obligado a cumplir. El presidente cubano entendía que la única opción era hacer siempre ver su docilidad, aunque tomara algunas iniciativas sutilmente para neutralizar la injerencia existente.  

La corrupción, enfermedad de los gobiernos cubanos, afectaba seriamente a la administración de Zayas, algo que no parece que él quisiera resolver al cien por cien. A eso hay que añadir que Zayas heredó la crisis económica existente, derivada de bajos precios del azúcar, lo que provocó que varios bancos y otros comercios cayeran en quiebra. Esa situación se tradujo en carencia de dinero para pagar a los empleados públicos y protestas muy justificadas de la población.  

Zayas no se cruzó de brazos ante esta situación, redujo los gastos públicos y buscó vías para generar nuevos ingresos. Crowder presionaba para que se tomaran las medidas que fueran necesarias. La Casa Blanca dejó que Menocal provocara el desorden económico y ahora le exigía a Zayas hiciera lo que no le exigió a Menocal. Una medida dura fue la de rebajar el sueldo a todos los empleados públicos y a los militares, no hubo créditos y todo aquello que se entendiera como gasto superfluo fue eliminado. Zayas no inventó, hizo lo que económicamente se imponía realizar, aunque sin sacrificar su bolsillo y el de sus asistentes. Para su satisfacción, la zafra de 1921 fue buena y el precio del azúcar aumentó después de 1921, lo que propició una mejoría del bienestar. En 1921 el gobierno de Zayas tuvo que pagar deudas atrasadas, heredadas de la anterior administración de Menocal, lo que obligó a pedir un préstamo del orden de 50 millones de pesos. El aumento de los ingresos del Tesoro permitió a Cuba pagar su deuda de guerra con los Estados Unidos, a la vez que posibilitaron el reinicio de obras de utilidad pública.

Los gobiernos cubanos se han caracterizado por eso que se llama en España la mamandurria[1], en Cuba le llaman botella. Zayas tuvo que hacer frente a esa enfermedad y creó un nuevo tipo de gabinete, lo que no se tradujo en reducción sustancial de la corrupción. Muchos de sus opositores decían que era Crowder el encargado de las designaciones de ese gabinete. No hay porque dudar que ese señor haya metido sus narices, pero lo que importa es ver si funcionó o no.

El movimiento Veteranos y Patriotas exigió mejoras en la administración y la legislación existente. A tales efectos, en Cuba se organizaron delegaciones de este movimiento en toda la República. El movimiento tenía tremenda fuerza y se sublevó en varias localidades. Nuevamente el ejército se enfrentó a los alzados, muchos de ellos en la provincia de las Villas, pero Zayas ofreció dialogo por la paz y no perseguir a ninguno de los implicados en este movimiento, muy enojados por la situación de pobreza y carencias que vivió Cuba en el período de 1920-21.

Por la manera de manejar los asuntos con la injerencia casi descubierta de Mr. Crowder, la administración de la economía heredada en bancarrota del anterior gobierno y su proceder con los rebeldes del movimiento Veteranos y Patriotas, Zayas se ganó el apodo de “el chino” por su flema y paciencia en cada momento.  

Otros aportes importantes de este gobierno fue el regreso de la soberanía cubana sobre el territorio de la Isla de Pinos, la que fuera ocupada por EE. UU. desde 1898. Es cierto que ese proceso se culminó en 1925 cuando Gerardo Machado ocupaba la presidencia, pero las negociaciones más importantes las realizó el gobierno de Zayas.  Las mujeres tuvieron derecho al voto gracias a la legislación promovida por esta administración en Cuba.

La censura de la prensa en Cuba ha sido algo muy usual en la historia cubana. Zayas tiene el mérito de ser el primer mandatario cubano que permitió la libertad de prensa, igualmente hizo reformas en la educación y en el seguro social. No obstante, la corrupción no pudo ser vencida durante su mandato, todo un cáncer en la sociedad cubana desde la fundación de la república en 1902.

Es cierto que Zayas obtuvo enormes beneficios económicos durante su gestión como presidente. No hay razón para idealizarlo, era un político cubano más con sus virtudes y enormes defectos. Resulta algo poco digerible que él nombrara a su hijo como sub-director de la Lotería Nacional y que el mismo resultara ganador de un primer premio. Tampoco se puede dejar de mencionar la adquisición por su parte del Convento de Santa Clara, lo que provocó la famosa protesta de los 13 el 18 de marzo de 1923. Esos 13 eran intelectuales encabezados por Rubén Martínez Villena. Todavía la economía no había salido a flote y Zayas compraba esa edificación a un precio enorme. Igualmente, se autonombró historiador oficial de Cuba, por lo que recibía mensualmente la escandalosa cifra adicional de 500 pesos mensuales. Compró dos centrales en Matanzas en 1923 y otros en Oriente en 1924. Todo eso le restó prestigio a los ojos de la población.

El culto a la personalidad no faltó en el mandato de Zayas, algo muy del gusto de todos los mandatarios cubanos. Frente al Palacio Presidencial, ahora Palacio de la Revolución, Zayas inauguró un monumento a su persona y un parque que llevaba su nombre. El monumento fue retirado después de 1959 al igual que los de otros mandatarios en la ciudad de la Habana.   

Se sabe que Zayas apoyó decididamente la candidatura de Gerardo Machado para presidente de la República y no cumplió lo pactado con García Menocal. Terminado su gobierno, Zayas se retiró de la vida política y continuó escribiendo, pero en cuanto Machado enseñó sus garras, uno de los que se opuso a su política fue Zayas.

Como escritor, destacan sus obras Cuba autonómica (La Habana, 1899) y Lexicografía antillana (La Habana, 1914). También produjo varios escritos políticos y poéticos. Fue director de revistas como La Habana literaria. Como intelectual Zayas presidió la Academia de la Historia de Cuba y la Sociedad Económica de Amigos del País; dirigió la revista Habana Literaria, y publicó artículos en varias revistas como Bohemia, El Figaro, Revista Cubana, el Teatro y otras. Realizó la compilación en dos tomos de las obras de José de la Luz y Caballero, y escribió la poesía patriótica en Cuba, un capítulo de la historia general del país.

Si se hace un balance de lo realizado por Zayas en su mandato como presidente, debo decir no estar de acuerdo con mi abuela, ya que lo positivo de la gestión de Zayas se ve enormemente opacado por la manera en que se enriqueció, sobre todo en un momento que se sufría una crisis económica a nivel nacional. Hay que reconocer que supo maniobrar en una Cuba no tan libre como se pueda pensar, más bien un protectorado estadounidense, un país con una corrupción galopante, a la cual contribuyó con su propia actitud, y una economía depauperada o en fase inicial de mejoramiento. Fueron cuatro años solamente de gobierno, lo recalco, no fue un decenio ni nada similar, donde hubo logros indudablemente. Hay que abrir los ojos y no dejarse engañar con las leyendas de que todo lo anterior fue negativo.  

Fuentes

Anon. s/a. Alfredo Zayas y Alfonso. Enciclopedia universal. https://enciclopedia_universal.es-academic.com/71332/Alfredo_Zayas_y_Alfonso

Anon. s/a. Alfredo Zayas el cuarto presidente de Cuba. Memorias de la Habana. https://memoriadelahabana.com/alfredo-zayas-el-4to-presidente-de-cuba/

Castellanos Dimas. 2020. Aciertos y desaciertos: Alfredo Zayas. Diario de Cuba, 6 Dic. https://diariodecuba.com/cuba/1607247945_27013.html

Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. 2004. Biografia de Alfredo Zayas. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. https://www.biografiasyvidas.com/biografia/z/zayas_alfredo.htm

González Díaz Francisco. 1916. Un canario en Cuba. Imprenta La Prueba, calle Obrapía 99, La Habana. Online https://mdc.ulpgc.es/utils/getfile/collection/MDC/id/40229/filename/73373.pdf

Guerra Ramiro. s/a. Gobierno del Dr. Alfredo Zayas y Alfonso. Cuba y su historia. https://cubaysuhistoria.wordpress.com/la-republica/primeros-gobiernos/gobierno-del-dr-alfredo-zayas-y-alfonso/

3 setiembre de 2022


[1] Sueldo de que disfruta una persona sin merecerlo o habiendo trabajado poco o nada.

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