“El progreso hacia la igualdad de género es
fundamental para el desarrollo sostenible.”
Fondo de las Naciones Unidas para la Población
Cada sociedad tiene sus formas y reglamentos. En muchos países estos responden al dogma impuesto por la religión predominante. Esos preceptos, de no modificarse con el tiempo, provocan problemas a nivel familiar e incluso de comunidad o barrio.
Las mujeres deben obedecer al pie de la letra lo que se les impone. Ahí no hay libertad alguna, todo está sentado acorde a cómo lo dice la religión, la que dicta las normas de carácter moral.
Pero siempre hay alguien que se puede saltar el reglamento y caer en una situación penosa. Una mujer no casada no debe tener sexo y sí lo tiene deberá asumir los castigos caso de ser descubierta. Esto puede ser muy evidente cuando la osada mujer termina encinta y su barriga no hay forma de esconder.
Acudir a los padres es peligroso, el castigo podrá ser extremadamente severo, a lo que hay que sumar el desprecio de la sociedad circundante. Hay que escapar y dejar atrás a todo lo que uno quiere, a no ser que el hombre que la disfrutó se haga cargo debidamente del asunto, pero no es así. Lo ridículo de todo eso es que los preceptos morales castigan a la mujer, pero no intentan buscar al hombre que gozó del sexo con la fémina e igualmente castigarlo.
Toda esa trama es la que se desarrolla en el filme, coproducción marroquí-franco-belga-catarí, con dirección y guion de la marroquí Maryam Touzani, y filmación completa en una barriada bastante pobre de la ciudad de Casablanca.
El título responde al nombre que le da a su criatura su madre Samyah, papel interpretado por Nisrin Erradi. Al inicio un bebé odiado, pero que a pocos días de nacido gana el afecto de su madre. Las circunstancias de cómo Samyah se abrió paso para parir y sobrevivir a las normas punitivas vale la pena ver en el presente filme.
Lubna Azabal interpreta muy bien el papel de la comprensiva Ablah, la que recuerda junto a Samyah parte de su desdichada vida y lucha para hacer que su hija pudiera educarse en escuela.
La directora del filme, Maryam Touzami obtuvo premios en Cannes y Chicago, así como Lubna Azabal y Nisrin Erradi en otros certámenes por sus excelentes actuaciones. Así que un filme en un mundo no muy conocido en occidente y que hace entender la magnitud de los problemas que enfrentan las mujeres en esa sociedad.
Esteban Hernández
30 noviembre de 2022