“Acto de venganza (1986)”, un filme histórico con protagonismo de Charles Bronson

El movimiento sindical es la fuerza principal que
ha transformado la miseria y la desesperación
en esperanza y progreso.”
Martin Luther King

A Charles Bronson le hemos visto en papeles de indios, vaqueros, mafioso, justiciero, policía, filmes todos de acción en los que los disparos y los puñetazos abundan. Pocas veces hemos visto a Bronson en un drama como tal. Recuerdo unos pocos, “Propiedad condenada (1966)” junto a Robert Redford y Natalie Wood, así como “Alguien detrás de la puerta (1971)” coprotagonizado por Anthony Perkins y Jill Ireland. No recuerdo alguna otra película de Bronson, donde no haya acción y violencia.

“Acto de venganza” del director John McKenzie aborda un hecho triste e histórico, ocurrido en 1969, relacionado con el sindicato nacional de los mineros en EE. UU. y las condiciones nada aceptables para su trabajo diario.

Se trata de un enfrentamiento entre un administrador y el presidente de la United Coal Miners Union, la patronal minera, todo un sindicato potente, pero no al servicio de los mineros. Ese presidente tenía grandes tentáculos y se creía Dios en las minas. No entendía que alguien le pudiera hacer oposición, él era todo y contra él nada se podía. Bronson interpreta el papel del administrador, de origen polaco, Joseph ‘Jock’ Yablonski, mientras que el veterano Wilford Brimley encarna al todopoderoso Tony Boyle.

La trama es interesante y poco abordada por el cine. Nuevamente, a mi memoria, el drama “Nido de ratas (1954)”, llamado “La ley del silencio” en España, el cual presenta a Lee J. Cobb como jefe corrupto del sindicato de los portuarios y al entonces joven Marlon Brando como un rompe huelga. La película presenta a ese sindicato como una organización mafiosa, aunque no lo dice, pero lo da a entender. El director Elia Kazan logró premiaciones por una peli, en la que trata de mostrar la inutilidad y corrupción de un sindicato de estibadores.  

Esta vez “Acto de venganza” muestra un cuadro parecido, con la diferencia que existe alguien que desea hacer oposición y se presenta a las elecciones del sindicato nacional. El todopoderoso Tony Boyle dominaba las urnas y no tuvo reparo en hacer aparecer a su persona como único vencedor. No sabía el presidente que Yablonsky obtuvo evidencias del fraude, las que le permitieron impugnar los resultados. La respuesta de Tony Boyle en las tinieblas no se hizo esperar, hubo desgracias y la justicia no dudó en condenar a los culpables.

Los sindicatos no es que funcionen bien en este mundo. Hay varios países del mundo, donde no son permitidos. En esa lista están Arabia Saudí, Bielorrusia, China, Emiratos Árabes, Qatar, Egipto, Paquistán, Suazilandia y Guatemala. En otros países pueden existir, pero son sindicatos serviles a las dictaduras imperantes. Cuba y Rusia son ejemplos, mientras que en otros los derechos de los trabajadores no es que estén muy bien protegidos, como son los casos de Reino Unido, Hong Kong, Burundi, la República Dominicana, Irán y Georgia.

Así que felicito al director McKenzie por haber escogido una trama muy actual basada en el libro de Trevor Armbrister. Las actuaciones de Ellen Burstyn, Caroline Kava y Ellen Barkin fueron aceptables para darle el brillo histriónico a esta película.  

Quien quiera saber no tan solo de los sindicatos, sino también del estado de los derechos de los trabajadores hasta el 2020, les invito a abrir y leer este informe. https://www.ituc-csi.org/IMG/pdf/ituc_globalrightsindex_2020_es.pdf

Esteban Hernández
3 abril 2023

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