“Más allá del brillo y el encanto, la isla Hvar
sigue siendo un paraíso por descubrir.
No existen palabras suficientes para describir
la belleza y singularidad de la isla Trogir.”
Dichos populares sobre las islas croatas
El regreso a Croacia desde Montenegro fue rápido y con buenos modos. Temprano en la mañana salimos de Kotor para llegar lo más rápido posible a la frontera y no tener que perder tiempo haciendo cola. Esta vez fue más fácil que a la entrada, chequeo de pasaporte y se acabó. El control croata fue más rápido.
En lo sucesivo tomamos la misma vía de regreso, pasando por Cavtat, Dubrovnik e internarnos en la cuenca del Neretva, donde si fotografiamos partes del río y de la ciudad de Komin. En esa zona hay varios puentes, uno muy moderno y otros menos recientes. Deseosos estábamos de llegar a Dvernik, lugar donde abordaríamos el ferry que nos llevaría a la famosa y bella isla Hvar.
Por suerte llegamos rondando las 10:30 de la mañana, había cola de autos en espera de ferry. Primero adquirir los boletos para el coche y dos personas, luego dar una vuelta a pie por el lugar hasta que llegara el ferry. Siempre hay una de estas naves cada media hora o menos, la cual va y llega en 15 minutos al pueblo de Sucuraj en la isla Hvar.
Llegado a Sucuraj, a bajar el coche con cuidado del ferry y emprender el viaje en dirección a Hvar, aunque nuestro lugar de alojamiento estaba en Stari Grad (Vieja Ciudad), el poblado más antiguo de la isla, el que queda poco distante de la ciudad de Hvar. La carretera no era de las mejores, algunas subidas y otras bajadas por sendas angostas. Sólo cuando estábamos llegando al entorno de Hvar, es que la carretera se puso decente. Así que, si va a conducir allí desde Sucuraj, paciencia y no mucha velocidad. El trayecto se puede recorrer en unos 50 minutos. A este respecto, hay que señalar la existencia de un puerto vecino a la ciudad de Hvar, al cual llega ferry desde Split. Podíamos haberlo cogido de regreso a Split, el viaje dura dos horas. De todas formas, el regreso a regresar a Sucuraj-Dvernik sería cercad del mediodía del siguiente día.
La isla Hvar tiene varios pueblos, pero decidimos concentrarnos en visitar Stari Grad y Hvar, además de pasar cerca de algunas de sus playas. Se sabe que el primer asentamiento en la isla fue el de Stari Grad, poblado fundado por los griegos más de tres siglos a.C., en sus inicios llamado como Pharos. Tal como estuvo y es, a la ciudad le valió ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Allí lo primero que encontramos fue un embarcadero, cuyo paseo nos lleva hasta una placita, alrededor de la cual hay varios restaurantes con terrazas, algo muy conveniente en ese momento para almorzar. A poca distancia se halla la iglesia San Esteban dedicada al Papa Esteban I y la pequeña plaza homónima. Esta Iglesia parroquial, de estilo barroco, fue construida en 1605 sobre otra anterior construida en el siglo XII. Su fachada externa denota antigüedad. Lo interesante es que el campanario-torre de la iglesia está algo separado del templo principal.
En Stari Grad dimos algunas vueltas, visitamos un mercadillo situado muy cerca del embarcadero, el que resultó agradable por el trato de los comerciantes. Allí el sol a media mañana en el verano es tan fuerte como en otros lugares cálidos del planeta.
Después de esta visita, la que en realidad continuamos algo en la mañana siguiente, tomamos rumbo a visitar Hvar y algunas de sus playas, las que en muchos casos no tienen fácil acceso con coche, muchos prefieren llegar a pie, algo que nos propusimos por lo empinado y no muy transitable para personas de la tercera edad. Con juventud todo se puede, así que, quien pueda que lo disfrute.
En Hvar lo primero que visitamos fue la catedral de San Esteban, personaje que no conozco, pero que parece ser muy famoso no solo en Croacia, sino también en otros lares de Europa central. Por ejemplo, en Budapest la basílica principal es la de Szent Istvan (San Esteban). En cuanto a Hvar, se puede decir que el templo fue construido sobre los restos de otra iglesia cristiana del siglo VI, el que se convirtió en el convento benedictino de Santa María de Lesma. A partir del siglo XIII, se le empezó a considerar como catedral. La plaza, donde se ubica en la actualidad, recibe también el nombre de San Esteban.
En lo alto de Hvar aparece la fortaleza española, también llamada Tvrdava Fortica, construida en el siglo XVI por ingenieros españoles, la cual sirvió para proteger a Hvar de los ataques turcos. Sin embargo, lo que vemos actualmente es una reconstrucción de la fortaleza, ya que la misma se incendió después de las batallas de defensa de los ataques turcos. Se puede ascender al lugar, siempre que haya juventud y equilibrio para no caerse. Por lo que nos conformamos con apreciarlo desde la parte llana de la ciudad.
La Riva o paseo marítimo de Hvar, algo menos largo que el de Split, nos lució agradable. El calor era tal que decidimos tomar un helado. También están allí la logia veneciana y la torre del reloj, de los cuales no tengo foto de calidad, así que la que vea, es tomada de TripAdvisor.
Al siguiente día volvimos a dar una vuelta por Stari Grad y aprovechar para desayunar. Alrededor de las 11 salimos de regreso a Sucuraj, donde esperamos una media hora por el ferry y de regreso al área continental. Como dije, podíamos haber regresado con Ferry rumbo a Split, dos horas de viaje, pero no deseábamos volver a transitar por la carretera Makarska a lo largo de la costa que va desde Dvernik a Split, la misma que habíamos cogido por equivocación y que resultó un verdadero regalo de belleza a nuestros ojos. También al ir por esa carretera encontraríamos algún que otro restaurante para almorzar. Así fue en un lugar elevado, en una amplia terraza, donde disfrutamos de la comida croata y del paisaje insular que teníamos de frente.
No piense que íbamos a dormir en nuestra última noche en Split, ni modo, nos fuimos a la isla Trogir, la que aparte de ser otro lugar atractivo, está a 20 km de Split, a sólo unos 30 minutos en coche debido al tráfico. Pernoctar allí nos facilita la vida al siguiente día por su cercanía con el aeropuerto de Split.
Llegar a Trogir fue ir directamente al hotel, buscar donde aparcar el auto hasta la siguiente mañana y visitar a pie los principales lugares de la isla, también declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Allí lo principal a visitar es la Catedral de San Lorenzo, construida en el siglo XII, la que posee un campanario, desde el cual de puede tener una vista ideal del lugar. También está la Torre del Reloj y el ayuntamiento, construido en el siglo XV, todo eso en la plaza principal de Trogir llamada San Pablo II.
En los alrededores hay muchas cafeterías, restaurantes, tiendas de venta de suvenires, algunas en sus atractivas calles estrechas. En la noche es muy agradable el paseo por estos lares.
Un poco hacia atrás del hotel, en el que nos quedamos, está la Fortaleza Kamerlengo Foto tomada de Wikipedia), igualmente en el siglo XV, la que sirvió de base militar. El lugar tiene un cine al aire libre y sirve para otros eventos culturales.

Después de haber visto la dificultad para conseguir hospedaje decente y económico en Split, sugiero quedarse en Trogir. Obvio es necesario rentar un coche. De Trogir a Split es un paso de media hora, igualmente queda más cerca de las cataratas Krka. La isla posee playas de agua cristalina, las que no visitamos por no estar en nuestros objetivos. Otra ventaja es su cercanía con el aeropuerto.
Una visita a lo largo de costa adriática oriental es algo muy atractivo y para no olvidar. Este es un recorrido de belleza natural desde Croacia a Montenegro, como para rememorar las aventuras de Ulises en la Odisea.
Ricardo Labrada
20 abril 2023