“Maixabel (2021)”, un extraño acto de conciliación

El que es incapaz de perdonar
es incapaz de amar.

Martin Luther King

Un filme basado en hechos reales, donde los nombres responden a una víctima del terrorismo ETA en España y los ejecutores son criminales sin sentido de lo que hacían. Ellos recibían la orden de matar y no había más nada que averiguar, ejecuta y mata, así de sencillo se ha jugado con cientos de víctimas del panorama político español.

Hago un breve resumen sobre la organización Euskadi Ta Askatasuna (ETA) (País Vasco y Libertad), inicialmente movimiento político de izquierda y luego armado en el país Vasco, España. ETA se fundó en julio de 1959 en Bilbao e inició su violencia a partir de 1968. Era un firme opositor al régimen franquista imperante en España, por lo que no tuvo dificultades para tener una membresía de muchos comunistas, los que en un momento determinado se dieron cuenta que esa violencia no iba a dar nada bueno, por lo que decidieron salirse a filas del partido comunista de Santiago Carrillo o al Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

Ese fue el caso de Juan Mari Jáuregui Apalategui, político socialista español, el que llegó a ser gobernador civil de Gipuzkoa, ya entonces miembro del PSOE. Juan Mari sabía que estaba sentenciado y muchas veces se lo hizo saber a su esposa, Maixabel Lasa. No se equivocaba, el 29 de julio de 2000 el comando Buruntza de ETA lo mató con dos disparos por la nuca en un bar en Tolosa. Así, sin más ni más, dos disparos y se fue una vida que no le hizo daño a nadie.

La peli me hizo pensar que la ETA obraba como la Cosa Nostra siciliana, el que se salga de ella sería sentenciado. Jáuregui era hombre que abogaba por la paz dentro del proceso democrático iniciado en 1978 en España.

La familia de Jáuregui no tuvo otra alternativa que aceptar este hecho fatal. Nadie le devolvería a Maixabel y a sus hijos su querido Juan Mari. Veía la película y me daba cuenta de que esa organización se había pasado de límites, quien enarbole la violencia no es que llegue a cosechar nada bueno. Pensaba en los irresponsables gobernantes de América Latina que dieron apoyo a ETA o que aún esconden a hombres perseguidos por la justicia española.

La película, dirigida por la madrileña Icíar Bollaín, siguió un guion casi detallado del asesinato, de los ejecutores, de su condena y años en prisión, los que parece que no terminarán jamás, así sea con algunas libertades.

El ejecutor de este asesinato es de nombre Ibon Etxezarreta, donostiano, más conocido como Potxolo, papel que en la peli interpreta el experimentado actor gallego Luis Tosar. Potxolo era todo un asesino, en su carrera criminal había unos veinte atentados, incluido otras personas ejecutadas a quemarropa. Potxolo, junto con otros etarras, fue detenido en 2001 y juzgado. El veredicto judicial era de una condena de de unos 390 años, como para pudrirse en la cárcel cuatro o cinco veces.

Cosas de la vida, tanto él como sus compañeros se dieron cuenta que la organización, una vez ellos, presos, no los atendió jamás, era como si no existieran, como si hubieran sido, en realidad lo eran, objetos en manos de sus dirigentes. Todo eso les dio que pensar, reflexionar si lo hecho había valido de algo, si lo hecho había sido todo dolor para las familias de los asesinados. Empezaron a razonar, ya no tenían el discurso tóxico de violencia de su organización, veían como el pueblo los veía y los condenaba en el resto de España e incluso por una buena parte de la población vasca.

Al rebobinar el casete de sus vidas, Potxolo y sus compañeros comenzaron a desmarcarse de la ETA y de sus objetivos de violencia. Maixabel, papel interpretado por la actriz Blanca Portillo, es una persona inteligente y de sentimientos superlativamente buenos. Lo digo, pues no sé cómo hubiera obrado de haberme visto en su situación. Ella se alzó incluso por encima de su familia y amistades y no dudó en entrevistarse con el ejecutor de su marido.

Aunque he relatado algo de la trama, creo que es mucho mejor que vean la película y la analicen desde los inicios. Vean la parte final, algo realmente inesperado y hasta inconcebible, pero útil para el presente y el futuro. No digo más, sólo añadir que la peli logró varios premios y nominaciones Goya, entre ellos premio como mejor actriz para Blanca Portillo. Igualmente, el filme fue muy premiado en el festival de San Sebastián en 2021, donde la directora Bollaín arrasó con varios premios.

Esteban Hernández
1 mayo de 2023

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