Grandes directores del cine japonés

Los instructores pueden impartir solo una fracción de la enseñanza. Es a través de tu propia práctica dedicada que los misterios del Arte de La Paz se manifiesten en tu vida.”
Morihei Ueshiba

Esteban Hernández

No es propósito aquí hacer una historia sobre el desarrollo del cine japonés, pero sí de hablar de tres grandes directores que le han dado suficiente brillo al séptimo arte en ese país del lejano oriente.

Me refiero a Yasujiro Ozu, Akira Kurosawa e Hiroshi Inagaki, los cuales trataron de dar una imagen de la historia, tradiciones y cultura en general de su país.

Ozu era nacido en 1903 en Tokyo y murió a los 60 años de edad, afectado de cáncer. Sin embargo, Ozu tuvo tiempo de dirigir 54 películas y escribir 26 guiones. Él era lo que se llama un realizador lírico del cine, quien a su manera supo adentrarse en los problemas de la sociedad japonesa. Ozu gustaba de tocar el tema de las clases pudientes en Japón y las tensiones existentes entre las mismas. En 1927 se estrenó como director de un film silente “Zange no yaiba (1927)” (La espada del castigo), al que le siguieron varias películas silentes más, entre ellas la comedia “Wakaki Hi (1929)” (Días de juventud) y el drama “Tokyo no gassho (1931)” (Coro de Tokyo), los que versaron sobre temas relacionados con los estudiantes.

Yasuhiro Ozu

Yasuhiro Ozu

Ozu dirigió unos 33 filmes silentes, él mismo se declaraba no muy favorable al ruido dentro del cine. Su primera película sonora fue el drama “Hakoiri musume (1935)” (La sirvienta inocente) con Tomio Aoki, a la que le siguió el drama “Shukujo wa nani o wasureta ka (1937)” (¿Que olvidó la dama?) de nuevo con Aoki, mientras que su primer gran éxito fue con el drama “Hermanos y hermanas de la familia Toda (1941)” protagonizado por Mieko Takamine.

Luego dirigió los dramas “Primavera tardía (1949)” protagonizado por Aoki, “Principios de verano (1951)” con Setsuko Hara, y “El otoño de la familia Kohayagawa (1961)” con Ganjiro Nakamura, filmes que le valieron premios Kinepa y que tuvieran una buena acogida del público nipón.

Afiche de “El otoño de la familia Kohayagawa (1961)”

Afiche de “El otoño de la familia Kohayagawa (1961)”

Las películas de Ozu fueron conocidas en el extranjero prácticamente con el fallecimiento de este realizador. En Japón fue una figura muy reconocida y se le concedió una medalla por parte del gobierno de su país.

El otro destacado fue Hiroshi Inagaki nacido en 1905 en Tokyo, quien como director se hizo famoso al dirigir películas basadas en leyendas e historias de su país. Su primer gran éxito fue dirigir la famosa trilogía Samurái, cuyos tres filmes fueron: “Samurái I: Musashi Miyamoto (1954)”, “Samurái II: Duelo en templo Ichijoji (1955)” y “Samurái III: Duelo en la isla Ganryu (1956)”, todos estos filmes protagonizados por ese gran actor que fue Toshiro Mifune. El primero de esta trilogía le valió Oscar como mejor película extranjera en 1954.

Hiroshi Inagaki

Hiroshi Inagaki

Toshiro Mifune en

Toshiro Mifune en «Samurai (1954)»

Durante ese período dirigió también el drama “El hombre del carrito (1958)” nuevamente protagonizado por Mifune, película que se desarrolla en el Japón feudal y tiene que ver con un pobre conductor de carro, que logra rescatar y devolver a casa un niño perdido, pero que igualmente ayuda a educar al niño, el cual crece y logra encaminarse en estudios universitarios. Esta película tuvo un reconocimiento en occidente al recibir premio en el Festival Internacional de Cine de Venecia 1958. En realidad la película premiada vino a ser la segunda versión que Inagaki dirigía, la primera fue realizada en 1943 y se llamó “La vida de Muhomatsu”.

Mifune en

Mifune en «El Hombre del Carrito (1958)»

La película que más le ha gustado al que suscribe, de las realizadas por Inagaki es “Nippon tanjo (1959)” (Tres tesoros), film basado en una novela de Eiji Yoshikawa, que puede interpretarse como una historia de cómo surge la nación del Japón, con una trama llena de mitos comparable con la creación de Roma a partir de los hermanos Romulo y Remo amamantados por la loba. Ver una película como Nippon Tanjo es sencillamente algo de leyenda lleno de pinceladas e historias creíbles e increíbles. El film es igualmente protagonizado por el incansable Toshiro Mifune.

Escena de

Escena de «Tres Tesoros (1959)»

Inagaki murió en 1980 seriamente afectado por su adicción al alcohol. Se dice que este director le dio por la bebida al ver que muchos de sus nuevas propuestas de filmes no eran aceptados por ser costosos en su realización. Aparte de eso ya existía una figura que le hacía sombra y resultaba ser más rentable para el cine, hablo aquí de ese otro gran director que fue Akira Kurosawa, igualmente nacido en Tokyo en 1910 y que se convirtió en un coloso de la gran pantalla de su país.

Kurosawa era un hombre de amplios conocimientos de la literatura universal, la pintura y el arte en general, lo cual le ayudó extraordinariamente a realizar las más variadas. Algunos argumentos de sus películas sirvieron para luego ser adaptados a nuevas películas en un ambiente occidental. Al igual que Ozu e Inagaki, sus películas de ayudaron a conocer muchas de las leyendas y costumbres del Japón.

Akira Kurosawa

Akira Kurosawa

Kurosawa dirigió 32 filmes entre 1941 y 1993 además de haber escrito 67 guiones y ser productor de 12 filmes. Su gran mérito estriba en que no se encerró en un género de film determinado, lo mismo dirigió películas de acción, épicas, dramas y otras.

Sus primeros éxitos versaron sobre el arte marcial del judo, “Sugata Sanshirô (1943)” (La leyenda del judo) y “Zoku Sugata Sanshirô (1945)” (La nueva leyenda del gran judo) protagonizados por Denjirô Ôkôchi. Más adelante Kurosawa conoció al gran Toshiro Mifune, que si bien actuó para Inagaki varias veces, se convirtió en el actor preferido de AK desde 1948 cuando se realizó el drama-suspense “El perro ambulante (1948)”, al que le siguió el film de crimen “El ángel ebrio (1948)” también con Mifune.

Su gran éxito llegó con el drama “Rashômon (1950)” con Mifune, excelente film basado en las historias del escritor Ryunosuke Akutagawa, donde se demuestra como una verdad puede ser deformada por distintas fuentes.

Mifune en

Mifune en «Rashomon (1950)»

Se sirvió de Fiodor Dostoyevski para dirigir el drama “El idiota (1951)” protagonizado por Setsuko Hara. A continuación vino el famoso film épico “Los siete samurais (1954)” con Mifune, un clásico de todos los tiempos que cuenta la historia de siete valientes samurais que luchan por defender la causa de un grupo de campesinos pobres, Luego llegó el film de guerra-acción “Trono de sangre (1957)”, cuya trama es una adaptación de la obra “Macbeth” llevada a la vida del Japón medieval.

«Los siete samurais (1954)» con Mifune al frente

En la década de los 60 Kurosawa dirigió famosas películas, como fueron los filmes de acción “Yojimbo, el bravo (1961)”, “Sanjuro, el camelias (1962)”, y el drama-suspense “Infierno del odio (1963)”, el drama “Barbarroja (1965), todos éstos protagonizados por Mifune; y el drama “Dodeskaden (1970)” con Yoshitaka Zushi y Kin Sugai, que aborda la vida de gente pobre en Tokyo.

Mifune en

Mifune en «Yojimbo (1961)»

«Barbarroja (1965)»

Kurosawa tuvo una pausa como director, posteriormente dirigió el estupendo film de acción “Dersu Uzala (1974)” con Maksim Munzuk, film de co-producción nipona-rusa que demoró dos años su filmación en Siberia y que trata sobre la vida de un cazador siberiano; y el film épico “Kagemusha (1980)” con Tatsuya Nakadai, que contó con la co-producción de Francis Ford Coppola y George Lucas, film sobre como un ladrón suplanta a un señor feudal todopoderoso del Japón.

Afiche de

Afiche de «Dersu Uzala (1974)»

Muchos de esos éxitos Kurosawa luego logró adaptar  sus tramas en filmes occidentales, al cooperar en el montaje de los mismos. Estos fueron los oestes “Los siete magníficos (1960)” de John Sturges, que no es más que una versión de “Los siete samurais”; “Por un puñado de dólares (1964)” de Sergio Leone, versión de “Yojimbo, el bravo”; y “Cuatro confesiones (1964)” de Martin Ritt, versión de “Rashomon”.

Los premios recibidos por Kurosawa sobrepasan ampliamente a los obtenidos por Ozu e Inagaki, lo que indica la popularidad que alcanzaron los mismos fuera del Japón.

El gran director nipón murió en 1998 siempre en su natal Tokyo, y su nombre hoy día es reconocido como uno de los grandes de la dirección en el cine universal de todos los tiempos.

Aunque el presente artículo gira alrededor de estos tres grandes directores, es evidente la gran contribución del actor Toshiro Mifune, protagonista de muchas de las mejores películas de dos de los tres directores aquí descritos.

Bibliografía consultada

  • Hernández, Esteban. Grandes del cine de todos los tiempos-directores (en preparación).

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