“El cambio climático global ha complicado el problema de las especies invasoras. Un clima más caluroso permite a algunas invasoras diseminarse ampliamente, lo que provoca la extinción de organismos nativos en su hábitat tradicional y le da espacio para el establecimiento de las invasoras.”
Richard Preston (1954, escritor estadounidense)
Las especies invasoras son de hecho una de las amenazas crecientes a la biodiversidad a nivel global. El trasiego de productos, con el libre comercio entre varias naciones y regiones del mundo, provocan que la entrada de estas especies se facilite a la vez que se rompen las barreras biogeográficas existentes.
Cuando una nueva especie, con potencial invasor, entra en un nuevo hábitat, de establecerse y diseminarse, puede causar la desaparición de otras especies, lo que genera una alteración de la estructura y composición de las comunidades. Esto indica que para preservar la biodiversidad, no queda otra alternativa que prevenir tales introducciones.
El cambio climático es una realidad y especies adaptadas a medios cálidos e inexistentes en clima templado, puede entonces encontrar condiciones favorables para expandir su distribución.
En el caso de las plantas invasoras, las características más comunes son:
- La habilidad de reproducirse sexual y asexualmente, algo muy común en especies de plantas perennes.
- Rápido crecimiento
- Rápida reproducción
- Alta habilidad de dispersión
- La plasticidad fenotípica, o sea la capacidad de alterar la forma de crecimiento de la especie para adecuarse a las condiciones prevalentes.
- Tolerancia a variadas condiciones ambientales
- Habilidad para vivir sobre una amplia gama de alimentos
Una especie invasora puede llegar a utilizar recursos naturales inaccesibles para plantas comunes del hábitat. Un ejemplo claro es el de las plantas del género Prosopis, introducidas en muchos países del Medio Oriente y África, las que toman el agua de las profundidades del suelo en zonas áridas.

Prosopis juliflora
La introducción de especies capaces de multiplicarse con rapidez, provocan un desbalance de los recursos naturales disponibles, lo cual se refleja negativamente en el ecosistema y provoca cambios de composición de organismos. Los macroelementos en el suelo, sobre todo el nitrógeno y el fosforo, se convierten entonces en factores limitantes.
Las plantas invasoras usan el llamado mecanismo de facilitación, o sea liberar sustancias químicas a través de sus raíces o por su follaje de manera de crear un ambiente poco favorable para el crecimiento de otras especies de plantas, fenómeno conocido como alelopatía. La inhibición del crecimiento y desarrollo de otras plantas permite el crecimiento exitoso de la nueva especie invasora. Plantas como Cynodon dactylon, Cyperus rotundus, Parthenium hysterophorus, entre otras, son altamente alelopáticas, las que se establecen con densidades medias o grandes, y provocan la eliminación de otras especies comunes en el lugar.

Cynodon dactylon
Afortunadamente, los ecosistemas con una alta diversidad de especies suelen ser menos afectados por las invasoras debido a una menor disponibilidad de nichos. No obstante, esta condición no siempre se comporta de igual forma, ya que mucho dependerá del nivel de individuos de la especie invasora introducida en el nuevo hábitat.
No todas las especies invasoras tienen que ser introducidas. En la actualidad hay muchas prácticas en la agricultura que pueden convertir a una especie en invasora. El ejemplo más claro es el de los biotipos de malezas resistentes a los herbicidas de mayor uso en la agricultura de varios países.
Lo más indicado para poder afrontar el problema de las invasoras es la prevención mediante la evaluación de riesgo de especies que potencialmente puedan introducirse y establecerse. De haber alguna probabilidad de introducción, entonces es menester ver los controles de frontera que se puedan utilizar e igualmente los métodos de control en caso de escape y entrada de la especie. El método que se adopte en caso de manejo de post entrada, dependerá de la distribución y abundancia de la especie en el nuevo territorio, así como su factibilidad económica.
Fuentes
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Huenneke, L.; S. Hamburg, R. Koide, H. Mooney, and P. Vitousek (1990). Effects of soil resources on plant invasion and community structure in California (USA) serpentine grassland. Ecology 71: 478–491.
Stohlgren, T.J.; D. Binkley, G.W. Chong, M.A. Kalkhan, L.D. Schell, K.A. Bull, Y. Otsuki, G. Newman, M. Bashkin, and Y. Son (1999). Exotic plant species invade hot spots of native plant diversity. Ecological Monographs 69: 25–46.
Escrito por Ricardo Labrada, 20 agosto de 2018