A Joaquín «Joe» Azcúe le llaman el Inmortal

Birdie Tebbetts fue un gran director, todo un filósofo, que venía
de la misma escuela del receptor Mickey Cochrane, por lo que todo
lo aprendido sobre la receptoría se lo debo a Cochrane y a Tebbets
.”
Joaquín “Joe” Azcúe

Joaquín Azcúe

El tema de la receptoría cubana es muy interesante. En Cuba ha habido buenos receptores sin lugar a dudas, lo mismo en el béisbol profesional como en el post 1961. Cada narrador, comentarista o analista tiene sus ideas a la hora de decir cuál o cuáles fueron los mejores en esta posición, criterios que deben ser respetados, así uno pueda no estar de acuerdo. Eso es parte de la pluralidad, no todos estamos obligados a pensar igual, cada cual tiene derecho a pensar y razonar como su cerebro le indique. También sucede que algunos peloteros que se marcharon del país, sobre todo a partir de 1961, han quedado en el olvido.

Ese parece ser el caso de un receptor que lo recuerdo bien, nacido en Cienfuegos el 18 de agosto de 1939, se trata de José Joaquín Azcúe López, hombre de 180 cm de altura, de buena complexión para situarse detrás del plato y recibir lanzamientos de alta velocidad.

Azcúe proviene de una familia de clase media. Su padre trabajaba en la industria azucarera durante el proceso de zafra y luego era distribuidor de gasolina, de queroseno y alcohol para la Sinclair, lo cual le proporcionaba los medios para vivir decentemente, y también que Joaquín y su hermano Jorge pudieran asistir a la escuela superior Champagnat, la que era administrada por los Maristas. Fue allí donde ambos hermanos comenzaron a practicar deportes, entre ellos fútbol, baloncesto y béisbol.

En sus años de estudio, a la edad de 16 años, Joaquín fue descubierto por un cazatalento de los Rojos de Cincinnati, de nombre Camilo “Corito” Varona, el que no tardó en contratarlo por 150 pesos mensuales y una mascota de receptor. Joaquín jocosamente decía que el contrato era la mascota y una coca-cola. Su hermano Jorge fue también contratado por los Bravos de Milwaukee, jugaba como inicialista y lanzador, pero sufrió una lesión en un juego cuando intentaba cubrir la primera, cayó y se golpeó seriamente su hombro de lanzar. Entonces no existían los avances actuales para ponerle el hombro nuevamente en forma, por lo que tuvo que dedicarse a otras labores.

El hecho de estudiar en los Maristas le daba la posibilidad a Joaquín de estudiar inglés, algo que sabía le haría mucha falta en un futuro, aunque valga la aclaración que en las escuelas cubanas públicas o privadas antes de 1959 se estudiaba inglés, asignatura obligatoria de examen oral y escrito para entrar a estudiar bachillerato.

El debut profesional de Joaquín fue en 1956 con los Rojos de Douglas en la Liga del Estado de Georgia, clase D, equipo que era dirigido por el lanzador zurdo, casi neerlandés, Johnny VanDer Meer, el mismo que lanzara dos juegos consecutivos de cero hit cero carreras en 1938 en la Liga Nacional. El cubano entonces jugó algo en la receptoría y en los jardines. De ahí pasó a los Rojos de Moultrie en la Liga de Georgia-Florida, clase D. En 1957 pasó a jugar con los Patirrojos de Palatka de la Liga Estatal de la Florida, clase D, donde nuevamente el timonel era VanDer Meer, y al año siguiente con los Rojos de Savannah de la Liga Suratlántica, clase A, pero al sufrir un tirón muscular fue pasado a los Jefes de Wenatchee de la Liga Noroccidental. A los Rojos de Savannah regresó para jugar 113 partidos en 1959.

A la vez comenzó a jugar con el Cienfuegos en la liga invernal cubana, equipo que contaba como receptor regular al “catedrático” de la posición, Rafael Noble. Joaquín jugó poco en la temporada de su debut, 1957-58, un poco más en las dos siguientes temporadas, sobre todo en la de 1959-60 cuando su equipo se coronó campeón y tuvo la oportunidad de jugar en la Serie del Caribe en Panamá (1960). En esta temporada se consideró que Joaquín no estaba apto aún para cubrir la posición como regular, ya los días de gloria de Noble iban pasando, por lo que los ejecutivos del Cienfuegos trajeron al conocido Dutch Dotterer, anterior receptor regular de los Cubans en 1956, para que fuera el receptor regular del equipo. En la temporada de 1960-61, la que se jugó sin peloteros importados, no había otra opción que darle la posición a Joaquín, quien sin mucho ruido ascendía defensiva y ofensivamente, al extremo de convertirse en baluarte en la victoria de su equipo en el último torneo profesional cubano de béisbol.   A la vez comenzó a jugar con el Cienfuegos en la liga invernal cubana, equipo que contaba como receptor regular al “catedrático” de la posición, Rafael Noble. Joaquín jugó poco en la temporada de su debut, 1957-58, un poco más en las dos siguientes temporadas, sobre todo en la de 1959-60 cuando su equipo se coronó campeón y tuvo la oportunidad de jugar en la Serie del Caribe en Panamá (1960). En esta temporada se consideró que Joaquín no estaba apto aún para cubrir la posición como regular, ya los días de gloria de Noble iban pasando, por lo que los ejecutivos del Cienfuegos trajeron al conocido Dutch Dotterer, anterior receptor regular de los Cubans en 1956, para que fuera el receptor regular del equipo. En la temporada de 1960-61, la que se jugó sin peloteros importados, no había otra opción que darle la posición a Joaquín, quien sin mucho ruido ascendía defensiva y ofensivamente, al extremo de convertirse en baluarte en la victoria de su equipo en el último torneo profesional cubano de béisbol.

Ofensiva JAzcue en profesional cubana

Ofensiva JAzcue en serie del caribe

En la temporada de 1960 a Joaquín se le entregó la posición de receptor de los Cubans. Coincidía que este equipo era dirigido por Tony Castaño, el mismo que dirigía al Cienfuegos en la profesional cubana. Como todos sabemos, en julio de 1960 le fue retirada la franquicia a la Habana y se pasó a Nueva Jersey con el nuevo nombre de Jerseys de Jersey City. Azcúe, después de jugar 97 partidos y batear para .270 fue ascendido a las Grandes Liga en sustitución de Dutch Dotterer, el que bajó al equipo mencionado de clase AAA. Su debut en el circuito mayor fue en el segundo juego de los Rojos de Cinci contra los Cachorros de Chicago en el Wrigley Field el 3 de agosto de 1960. En la alineación de ese partido estaba también el torpedero matancero Leonardo Cárdenas, su compañero también en el Cienfuegos. Azcúe fue situado como séptimo y Cárdenas como octavo. En su primera vez al bate se ponchó con los envíos del zurdo Dick Ellsworth, pero en la cuarta entrada, con corredores en primera y tercera, conectó sencillo impulsor de una de las dos carreras que anotó el Cinci en ese juego, pero que en ese momento sirvió para empatar el desafío. A la tercera vez entregó rolata de out. Ese juego lo ganaron los Cachorros 4-2, victoria de Ellsworth y derrota del derecho Jay Hook.

Terminada la temporada profesional cubana en 1961, Azcúe como otros tantos peloteros buscaron la forma de poder reportar a tiempo a los campos de entrenamiento de sus equipos respectivos. El cienfueguero había sido canjeado a los Bravos de Milwaukee el 1 de diciembre de 1960. Su salida de Cuba fue a través de México, de donde viajó a Vancouver, Canadá, ya que jugaba para los Mounties de Vancouver de la Liga de Costa del Pacífico, clase AAA. Allí lo hizo todo bien, jugó 82 partidos, bateó para .297 y empujó 43 carreras. Mejor aún fue que estando en Canadá consiguió visa de este país y pudo sacar a toda su familia, que incluye padres y hermano, de Cuba a través de Venezuela, proceso que le duró ocho meses.

En diciembre de 1961 Joaquín fue nuevamente canjeado a los Atléticos de Kansas City, uno de los peloteros que pasó a los Bravos en este canje fue el conocido lanzador derecho Bob Shaw, el que lanzara exitosamente para los Tigres de Marianao en la temporada de 1957-58 y en la Serie del Caribe en San Juan de Puerto Rico (1958). Entonces el cubano estaba jugando pelota en la invernal venezolana para los Leones de Caracas.

Con los Atléticos, dirigidos por el experimentado ex-jardinero derecho de los Yankees de Nueva York, Hank Bauer, tenían como receptor regular a Haywood Sullivan, por lo que el cubano estaba en funciones de reserva. Jugó 72 partidos y bateó para .220. El 17 de junio de 1962 bateó de 4-3 contra los Mellizos, juego que su equipo ganó 10-6, pero lo novedoso fue que se robó el home en la parte baja de la cuarta entrada. En las Menores había robado un total de 8 bases, en Cuba ninguna y la primera que se robó en Grandes Ligas fue precisamente la de este juego.

En 1963 Azcúe se pasaba el tiempo sentado en el banco de los Indios, el receptor regular de su equipo era John Romano, hombre de poder, quien al lesionarse le dio la posibilidad a Azcúe de jugar regular por un tiempo. El cubano comenzó bateando hits decisivos que le dieron muchas victorias a su equipo, fue entonces que el columnista Bob Dolgan del Plain Dealer decidió llamarle “El inmortal Joe Azcue”, lo cual recibió objeciones de muchos críticos, ya que consideraban que los inmortales eran peloteros como Lou Gehrig, Babe Ruth, Ted Williams y otros grandes. Así y todo se le quedó ese agradable apodo, que el que suscribe creía le venía por su extraordinaria defensiva, y no es así. Lo interesante de esa temporada de 1963 sucedió el 8 de agosto, en juego contra los Orioles, en juego sin anotaciones de ambas partes, Azcúe robó home nuevamente en la séptima entrada, anotación que decidió finalmente este partido. Diez días después el cienfueguero conectó dos cuadrangulares y empujó 3 para que su equipo derrotara 7-4 a los Medias Rojas de Boston.

Un total de cinco bases robadas en su carrera en las Mayores, dos de ellas de home, es algo curioso e impresionante, máxime que se trata de un hombre corpulento en nada caracterizado por su velocidad en las bases. Cuando escribí el artículo sobre el arte del robo de home, por la cabeza del que suscribe jamás pasó que un hombre como el cienfueguero hubiera hecho esa hazaña.

Canjeado a los Medias Rojas en 1969, una vez más Azcúe era el receptor de reserva, el regular era Russ Gibson, quien se alegró mucho de tener en el banco al cubano. Apenas jugó 19 partidos el cienfueguero en sus dos primeros meses en este equipo. Se cansó de no ser usado y decidió regresar a su casa en Kansas. El director Dick Williams le amonestó y le amenazó con volverlo a canjear, y el cubano le respondió que cuanto antes era mucho mejor, ya que no tenía intenciones de regresar con los de Boston. Fue el 15 de junio cuando fue cambiado a los angelinos, donde las cosas no fueron bien. El cubano entendía que el jefe de operaciones de los angelinos, Dick Walsh, lo subestimaba y no le pagaba lo debido. Solo había dos receptores con promedios mejores al bate en su liga estaban Thurman Munson y Ray Fosse. Azcúe buscaba un aumento de 5 mil dólares, nada realmente. Fue entonces que decidió retirarse para trabajar como vendedor de seguros de vida, además de contribuir a la construcción del Estadio Kauffman, parque de los Reales de Kansas City. Allí vertió hormigón, limpió madera en condiciones de lluvia, nieve y frío. Es bueno resaltar que Azcúe estudió en los EE.UU. durante buena parte de su carrera como pelotero y en esos estudios mucho le ayudó su esposa, Judy, sobre todo en la compresión del inglés técnico.

Cuando Dick Walsh fue reemplazado por Harry Dalton, el contrato de Azcúe con los angelinos fue renovado en enero de 1972. Sabía bien que ya sus años mejores habían pasado y que sería receptor de cambio en el equipo. De todas formas, agradeció este regreso. Como su rendimiento no fue nada bueno, lo mandaron al equipo de Salt Lake City, donde volvió a batear para .319 en 45 desafíos. Los Cerveceros de Milwaukee se dieron cuenta de este resultado y realizaron canje para hacerse de los servicios del cubano. No había forma, se fue de 14-2 y ninguna empujada, así que su cambio al  equipo de Milwaukee de nada valió. En noviembre de ese año fue liberado y entonces los Indios le contrataron como jugador/auxiliar de su sucursal en la Liga Texas, clase AA. Allí fue bateador designado y bateó a sus anchas, .312 con 63 empujadas e integró el Todos Estrellas de la Liga.

El cubano tenía a veces sus problemas con el mascoteo, en 1967 y 1970 fue líder en passed balls en la Liga Americana, en ambos casos con un total de 17.  La introducción de las cámaras en 1967 y sus grabaciones ayudaron a Azcúe a mejorar su defensa detrás del plato. Según él mismo afirmó: “Cuando me sentaba en cuclillas antes de que saliera el lanzamiento, estaba bien. Pero cuando la pelota estaba en camino, usualmente me caía, lo que me impedía moverme si la pelota tocaba tierra, solía sentarme en lugar de poner mi cuerpo hacia delante para que la pelota chocara contra mí”. El cubano supo corregir el problema y tuvo promedio de fildeo de .999 en 1967, a pesar de los PB, y de .996 en 1968, registros que invito a encontrarlos en otros receptores regulares de cualquier circuito profesional o amateur.

Ofensiva JAzcue en la MLB

Lo que a Joaquín no se le podía robar fácil, había que pensarlo, era un reto salirle al robo y lo demostró desde que llegó a las Mayores. En 1960 registró 50% de cogidos robando, en 1966 increíble 62%, en 1967 53%, en 1972, su última temporada, 60%. En 1969 fue el receptor líder en asistencias con 70 en la Liga Americana, anteriormente, en 1963, primero en dobles matanzas en su posición, con 13, y eso que no jugó toda esa temporada regular.

Defensiva en la MLB

Chuck Rosciam ubica a Azcúe como el décimo receptor de todos los tiempos en eficiencia en capturas de robadores de bases. A continuación los 21 primeros de todos los tiempos.

mejores receptores en cs

BR– base robada;   CR- capturas de robo; IRB– Intenciones de robo de base;

Ofensivamente tuvo temporadas aceptables durante el tiempo que jugó para los Indios (1963-69), en lo sucesivo no fue más regular, excepto cuando jugó para los angelinos en 1970. En 1968 fue parte del Todos Estrellas de la Liga Americana, partido en el que se fue de 1-0 al bate (un ponche).

El gran receptor más nunca ha regresado a Cuba, realmente familia no le queda en la tierra que lo vio nacer, aunque se sabe que siguió la pelota cubana de Series Nacionales en una época, la que solía oír por radio. Actualmente vive con toda su familia, que incluye hijos y nietos en Kansas City.

Fuentes

Figueredo Jorge S. 2003. Cuban baseball- a statistical history, 1878-1961. McFarland / Co. Inc., Publishers. 544 p.

Markowitz David.2015. Joe Azcue. Once upon 1 .406, March 15. https://davidjmarkowitz.wordpress.com/2015/03/15/2015-cleveland-indians-the-unappreciated/jos-azcue/

Nowlin Bill. 2018. Joe Azcúe. SABR.org, Febr 15  https://sabr.org/bioproj/person/6b53d8ae

Rosciam Chuck. 100 Best Catcher CS% Totals http://members.tripod.com/bb_catchers/catchers/100BestCSCar.pdf

Tidyman John H. 2009. Gimme Rewrite, Sweetheart–«: Tales from the Last Glory Days of Cleveland Newspapers. Gray & Co., Publishers, Cleveland, p. 145.

 

Escrito por Esteban Romero, 22 octubre de 2019

 

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