El coronavirus SARS-CoV-2 surgido en la ciudad de Wuhan, China, en diciembre de 2019, causante de una pandemia extendida a más de 175 países, se ha demostrado que es producto de la evolución natural, como así lo confirman los resultados publicados por científicos de los Estados Unidos, el Reino Unido y Australia en la revista Nature Medicine. El análisis de los datos de la secuencia del genoma del SARS-CoV-2 y de los virus relacionados no arrojaron evidencia de que el virus se haya producido en un laboratorio o haya sido diseñado de otro modo.
Poco después de comenzada la epidemia, los investigadores chinos revelaron la secuencia genómica del SARS-CoV-2, cuyos datos fueron proporcionados a la comunidad científica. La secuencia de los datos mostró que el número de casos con COVID-19 aumentó debido a la trasmisión de humano a humano después de una introducción simple del patógeno en la población humana. Los científicos analizaron la plantilla genética de las proteínas de espigas, que son estructuras externas del virus usadas para agarrar y penetrar las paredes externas de las células humanas y animales. Ellos examinaron dos características importantes de la proteína de espiga, el dominio de fusión al receptor (RBD siglas en inglés), que es como un gancho de aferramiento a las células del hospedante, y el sitio de escisión, un órgano abridor que permite al virus abrirse y entrar a las células del hospedante.
Los científicos encontraron que la porción de RBD de las proteínas del SARS-CoV-2 evolucionaron efectivamente para apuntar sobre una característica molecular en el exterior de las células humanas conocidas como ACE2, que es un receptor involucrado en la regulación de la presión sanguínea. La proteína de espiga del SARS-CoV-2 fue tan efectiva en su unión con las células humanas, que de hecho permitió a los científicos concluir que eso fue el resultado una selección natural y no producto de diseño genético artificial.
Los Coronavirus pertenecen a una gran familia de virus que causan enfermedades ampliamente y con severidad. La primera enfermedad causada por un coronavirus fue la que apareció en el 2003, conocida como Síndrome Agudo Severo Respiratorio (SARS siglas en inglés, que resultó en una epidemia en China. Una segunda se registró en Arabia Saudi en 2012, que se le conoció como Síndrome Respiratorio del Medio Oriente (MERS siglas en inglés). El centro de estudios del Coronavirus John Hopkins informa que ya el 25 de marzo de 2020 existían unos 422 989 casos de contagios con el COVID-19, con 18 916 muertes y 108 578 recuperados.
Más información al respecto se puede encontrar en Scripps Research.
25 marzo de 2020