“En Karlovy Vary abunda el agua y la reverencia
se hace con la cabeza y el tronco inclinados.”
Anon.

Praga, capital de la República Checa, es una ciudad muy atractiva y con mucha historia, pero no es el único lugar bello a visitar en ese país. No muy lejos, a menos de 130 km, se encuentra una ciudad más pequeña, creada en 1350, la cual se caracteriza por sus balnearios, fuentes de aguas termales y sus columnatas, que conocemos con el nombre de Karlovy Vary o Karlsbad en alemán, que le fuera dado en honor a Carlos IV, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y rey de Bohemia.

La ciudad se puede recorrer a pie a lo largo del paseo que va a ambos lados del río Ohře (Eger en alemán). De esta manera uno puede llegar al lugar de los balnearios y disfrutar de la vista de las arcadas y columnas. Junto al río, hay pasarelas peatonales con arcadas y columnas. No falta un bello obelisco, como tampoco iglesias como la de Santa María Magdalena.



Algo inevitable en una visita a Karlovy Vary es beber su agua termal, para lo cual es recomendable comprar una vasija de porcelana, típica del lugar, para después recoger el agua para beber.


En esa ciudad se organiza anualmente su reconocido festival de cine, al momento de nuestra visita (junio 2016), ya Karlovy Vary se preparaba para el evento con toda su elegancia y rigor.

Amigo, si visita Praga alguna vez, trate de dejar un espacio de su tiempo para visitar Karlovy Vary. La distancia se puede recorrer en menos de dos horas desde Praga. Le aseguro que pasará un rato agradable en un entorno limpio y recogido.

Amigo, si visita Praga alguna vez, trate de dejar un espacio de su tiempo para visitar Karlovy Vary. La distancia se puede recorrer en menos de dos horas desde Praga. Le aseguro que pasará un rato agradable en un entorno limpio y recogido.
Escrito por Ricardo Labrada, 26 junio de 2020