Más recursos y esfuerzos para combatir el covid-19 globalmente

«Necesitamos fortalecer la cooperación global y la
solidaridad para combatir el COVID-19
«
Declaración Conjunta de la Alianza para el Multilateralismo

Las mutaciones del virus SRAS-CoV-2, causante del síndrome respiratorio agudo severo, más conocido como covid-19, ocurren con rapidez, ya que el patógeno busca las formas de perpetuarse, o sea adaptarse a las nuevas condiciones. La falta de higiene y la promiscuidad son factores a considerar en este caso.

En países con alta densidad poblacional, las mutaciones tienen más probabilidad de desarrollarse sin mucho impedimento, lo que al final produce las diversas variantes que ya se conocen. Se empezó con la alfa, originada en el Reino Unido, luego la Beta en Sudáfrica, Gamma en Brasil, Delta en la India y ya se llegó a la Mu μ, duodécima letra del alfabeto griego, originada en Colombia-Ecuador.

Hay otras variantes que han tenido un menor impacto. Son los casos de las variantes Kappa, aparecida en la India igualmente; Lambda en Perú, Iota en Nueva York, Zeta en Río de Janeiro, Eta en Nigeria, Épsilon en California y B.1.621 también en Colombia. 

Las variantes compiten entre sí, y una nueva y más agresiva suele desplazar a la existente. Alfa ha ido cediendo su puesto a la Delta, la cual tiene un elevado poder de transmisibilidad.

En la actualidad se disponen de vacunas, las que poseen un grado relativamente alto de eficacia. No obstante, la vida demuestra que personas incluso vacunadas con pauta completa han sido portadores asintomáticos del covid-19, lo que, si bien afecta poco o nada al portador, si contribuye a que continúe la propagación de no tomarse las medidas complementarias de distanciamiento, uso de la mascarilla e higiene en general.

Las dificultades están presentes, por un lado, existe mucho negacionismo del virus y las vacunas, la mascarilla se le ve por mucha gente como una molestia, incluso hay políticos que demuestran una ignorancia inconcebible respecto al uso de esta protección. Por otro lado, está la población inconsciente que no trata de seguir las normas establecidas. Se comportan así no por negacionismo, más bien es como un laissez-faire o una manifestación de un me da la gana vulgarmente al desconocer las implicaciones que tiene contagiarse para la persona y para la comunidad.

Un poco menos de publicidad comercial y más información tendiente a concientizar a las masas en las normas de prevención de la propagación del virus es necesaria. En los países se discute mucho, pero poco se habla al respecto. Eso que se llama en inglés awareness, parece ausente incluso en el llamado mundo desarrollado.

Economist.com comunica que la variante Delta está afectando el gasto de los consumidores en el mundo desarrollado, pero sin provocar un colapso. En países con muchas vacunas, un poco que se subestima el problema, evidencia de lo cual es que Europa ha reabierto en medio de su ola Delta. La confianza está en las vacunas, aunque una parte de la población se niega a vacunarse.  

La realidad es que la propagación de la Delta ha continuado a nivel mundial. Hay muchos brotes nuevos, algunos no muy altos, en países con bajo nivel de vacunación. La situación es tal que muchas grandes empresas ahora piden al gobierno de EE.UU. done vacunas y recursos a esos países, entre los que se incluye Vietnam. Muy bien que los países desarrollados se den a esa tarea, pero el gran capital no puede hacerse el bizco en este caso tampoco.  

La población del mundo desarrollado quiere libertad, tener vacaciones para viajar, asistir a restaurantes a comer o a cenar, los jóvenes quieren bailar salsa y reggaetón, en fin, pura vida como diría un buen tico.  

Los países pobres, muchos de ellos mal llamados en vías de desarrollo, se ubican en paraísos tropicales, con climas que atraen a todos los que pasan severos inviernos. Es allí adonde la gente quiere ir a pasar vacaciones, a oír y bailar los ritmos pegajosos, a bañarse en las playas de arena y otros placeres más, pero la realidad es que esos países tienen actualmente un nivel de vacunación bajísimo y el covid-19 campea libremente. Entonces los mismos turistas se convierten en portadores inconscientes del virus en sus países.

Ninguna región del mundo se puede liberar sola del covid-19, es necesario una labor mancomunada a nivel mundial. Pensar solo en campañas de vacunación en Europa y Norteamérica como solución de este problema, en un mundo globalizado e interconectado por vías de comercio y turismo, es sencillamente una necedad.

Los países pobres necesitan de una ayuda extraordinaria en vacunas para reducir los niveles de contagio de covid-19 y no dar lugar a que surjan nuevas cepas. Si no se hace una movilización de recursos en esta dirección, podemos estar seguro que el virus continuará ocasionando daños, incluso mayores, en un futuro inmediato en todo el mundo. La propagación y contagios continuarán, pues aislados no vivimos.

Los llamados países del G20 deben reunirse y discutir el tema para tomar decisiones inmediatas que ayuden a reducir los contagios globalmente. Las vacunas juegan un importante papel y se deben destinar fondos para una mayor reproducción en distintas partes del planeta, donde así sea factible, así como instalar nuevas plantas para su producción. A su vez, hay que organizar campañas de concientización en la población sobre las normas de distanciamiento, uso de mascarillas e higiene. No es de dudar que en muchas partes de zonas sub-desarrolladas ni del tema se hable, así haya gente muriendo.

Mientras el mundo pobre tenga contagios excesivos por covid-19, las regiones desarrolladas, por mucha vacunación que lleve a cabo en sus territorios, no dejarán de afectarse. Hay que poner fondos en manos de organizaciones no gubernamentales y de la OMS para que se pueda organizar y conducir un programa de reducción sustancial del covid-19 globalmente.

Cómo va el mundo con el cambio climático y las formas hasta desenfrenadas de producción industrial, es para estudiar y prevenir futuras pandemias, así como problemas asociados como la pérdida de biodiversidad y el aumento de la contaminación terrestre y marina.  El ser humano vive en la Tierra, lo que se pueda saber de la Luna y Marte es muy positivo, pero lo es más aún cuando inmensos recursos se dediquen a evitar nuevas calamidades y que la humanidad esté mejor preparada para afrontarlas.

Fuentes

Anon. 2021. How the pandemic became stagflationary. Economist.com, 2 sept. https://www.economist.com/leaders/how-the-pandemic-became-stagflationary/21804167

Anon. 2021. La variante Delta representa el 96,5 % de los casos de COVID-19 en España. RTVE.es, 6 sept. https://www.rtve.es/noticias/20210906/variantes-del-coronavirus-mas-preocupan-cuantas-hay-donde-se-encuentran/2070949.shtml

Escrito por Ricardo Labrada, 9 septiembre de 2021

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