“Si una persona no te demuestra con hechos lo
que dice, no vale creer en sus palabras.”
Anon.
Trataré de dar los hechos como lo describieron unos y otros, de tal manera, cada cual puede sacar sus conclusiones. No es propósito de este artículo entrar en detalles de la ideología de Julio Antonio Mella, uno de los hombres que creó el Partido Comunista de Cuba en 1925, junto a Carlos Baliño y otros más. La prensa cubana actual nos quiere hacer ver que ese partido como continuación de la obra martiana y del Partido Revolucionario Cubano creado por Martí con otros líderes más de la guerra iniciada en 1895 contra la metrópoli colonial, algo que es difícil admitir, ya que Martí leyó y conoció de las teorías marxistas, las que fueron objeto de su crítica.
La información disponible indica que Antonio Nicanor Mella, nació en la Habana el 25 de marzo de 1903, hijo del sastre dominicano Nicanor Mella Brea y de la irlandesa Cecilia Magdalena Mc Partland Reilly. Desde temprana edad Mella fue amante de los estudios, llegó a ser alumno del Instituto de la Habana, luego se trasladó a México para cursar estudios militares, lo cual no fue posible, ya que era prohibido en México en tiempos de paz. Regresó a Cuba y cursó estudios de bachillerato en Instituto de segunda enseñanza de la provincia de Pinar del Río. De ahí pasó a la Universidad de la Habana para estudiar Derecho y Filosofía en letras. Fue en ese centro cuando el joven Mella se reveló como líder estudiantil. Escribía en la revista Alma Mater bajo el pseudónimo de Lord McPartland, luego fue director de la revista Juventud, a través de la cual conoció a Baliño.
Ya en 1923 Mella era un activo líder estudiantil y sindical, sus ideas de izquierda no eran secreto para nadie. El primer Congreso Nacional estudiantil se efectuó en octubre de 1923, del que surgió la Universidad Popular José Martí, la cual fue creación y liderato de Mella. La fundación de esa universidad fue causa de ronchas entre varios entes cubanos de izquierda, los que veían a Mella como una especie de individuo arrogante, carente de modestia y muy autosuficiente.
Debido a su extensa labor política, participó en la creación del partido comunista de cuba, lo cual ocurrió el 16 de agosto de 1925 en una vieja casona de El Vedado. La fundación del partido tuvo lugar con la presencia de trece delegados de diversas agrupaciones comunistas y cuatro invitados liderados por Baliño, Mella y José Miguel Pérez Pérez, su primer secretario general. El partido fue afiliado a la Tercera Internacional.
José Miguel Pérez era canario de nacimiento, había emigrado a Cuba en 1921 y fue expulsado del país al considerársele “extranjero indeseable” por el gobierno de Machado. Más tarde Pérez fue igualmente fundador del partido comunista de las Canarias en 1933. En otras informaciones aparecen los nombres de varios emigrantes judíos de varios países del Este europeo, los que contribuyeron a la creación del partido comunista en Cuba. Uno de ellos era Abraham Grobart, luego conocido como Fabio Grobart, a todas luces miembros activos de la Internacional y perseguidos por su activismo en sus países respectivos, entre ellos Polonia, Lituania, Bielorrusia, Ucrania y Transilvania, ya entonces territorio rumano.
Es bueno saber en qué momento surge el partido comunista y cuál era la situación política de Cuba en 1925. Gerardo Machado, político del partido liberal, fue electo y ocupó la presidencia a partir del 20 de mayo de ese año. Machado venía con intenciones de grandeza. Entre sus planes estaba la construcción de carreteras, edificios y otras obras. Bajo su mandato se construyó el Capitolio y la Carretera Central, pero igualmente venía con el propósito de perpetuarse en el poder. Para este fin impulsó una serie de enmiendas constitucionales, entre ellas la extensión del mandato presidencial por ocho años y su reelección, lo que al fin logró con sus artimañas en 1928. Justamente ese momento coincidió con la depresión económica derivada de la continua caída de los precios del azúcar desde que ocupó la presidencia en 1925, lo cual generó descontento popular y protestas a lo largo y ancho del país, a las que Machado siempre respondió con una brutal represión.
La fundación del partido comunista no podía pasar inadvertida para Machado, el que logró acusar y detener a varios comunistas después del bombazo ocurrido en el teatro Payret el 17 de setiembre de 1925. Mella estaba en el grupo de los detenidos. Francamente no le veo ningún propósito en ese momento a que los comunistas u otros pusieran una bomba en pleno centro de la Habana entonces. Se me parece mucho al incendio del Reichstag el 27 de febrero de 1933. Observemos que entre la creación del partido y la bomba del Payret transcurrió solo un mes.
Mella negó haber realizado tal acción y una vez en prisión y condenado por haber violado la ley de uso de explosivos, y por entender injusta la detención y prisión, se declaró en huelga de hambre, pero lo hizo sin consultar al comité central, el que consideró como indisciplina partidista su decisión. Mientras el partido, dirigido por la Internacional Socialista, preparaba su juicio por la huelga de hambre, en Cuba se organizaron Comités Pro-libertad de Mella. Desde México, Chile, Uruguay, Paris y Nueva York se enviaron mensajes a Machado en pro de la liberación de Mella, Dos semanas después de iniciada la huelga de hambre y por su estado de salud, Mella fue trasladado al Hospital de la Penitenciaría en la Quinta de Dependientes. Igualmente, se le liberaba el 23 de diciembre a través de una fianza de mil pesos. Aquí cabe señalar que el resto de los sindicalistas detenidos, J. Peña, A. Ruiz, A. Barreiro, J. Rego y M. Makinson, permanecieron más tiempo en prisión.
A Mella, durante su prisión, se le expulsó de la Universidad de la Habana. El partido le acusó de indisciplina, insubordinación, oportunismo táctico, y falta de sentimiento de solidaridad. Según aparece en acta del juicio del partido, Mella, recién salido del hospital carcelario, devastado física y psicológicamente, exigió una sesión extraordinaria del CC para discutir las acusaciones formuladas en su contra. Sin embargo, el tribunal del PCC sesionó en ausencia de Mella negando rotundamente todos sus argumentos.
Mella reconocía no haber consultado su decisión de huelga de hambre, alegaba que no tenía forma de hacerlo estando detenido y que fue un acto, con el que él se responsabilizaba enteramente. Así y todo, el secretario general del partido, Francisco Pérez Escudero, daba a conocer la sentencia de expulsión. La decisión tomada por el partido fue fatal, Mella halaba más pueblo que toda la membresía del partido, por lo que hubo una división, los pro Mella y los pocos anti Mella. La Liga Anti-imperialista, el movimiento estudiantil y la Universidad popular José Martí se alejaron del partido comunista.
Tres meses después Mella fue llevado nuevamente a los tribunales por haber entrado en áreas de la Universidad, de la cual había sido expulsado. Visto todo lo que sucedía, persecución por parte de los órganos represivos de Machado y alejado de las filas del partido que él fuera co-fundador, Mella decidió salir de Cuba, embarcó en enero de 1926 a Honduras, de donde fue expulsado a Guatemala y de allí se trasladó a la capital mexicana a principios del mes de febrero de ese año. El gobierno del Presidente mexicano Plutarco Elías Calles le concedió asilo político.
A su llegada a México, el partido comunista de Cuba se dirigió mediante misiva a Rafael Carrillo, dirigente de la Federación Comunista del Proletariado Mexicano para acusar a Mella textualmente de: “perfecto y descarado saboteador de los ideales comunistas, a quien le tenéis que negar toda relación, y mucho menos ofrecerle tareas como si aún fuera acreedor a servir los ideales a los cuales ha renegado en Cuba vergonzosamente […] oír a un P. antes que la opinión de un líder extraviado que no descansa en sabotear, por infinitos medios, nuestra heroica labor.”
Los líderes mexicanos hicieron oídos sordos a las palabras de la dirigencia comunista cubana, la que seguía muy de cerca las orientaciones de la Internacional. El partido que Mella creó de hecho le imputaba que, él venía de las filas de la Liga Anti-Imperialista y que había entrado en el partido sin conocer los reglamentos a seguir, algo muy paradójico, que el creador del partido no conociera las reglas de su organización. La Internacional, sobre este asunto, declaró que el partido debió aplicar una política educativa al efecto, ya que la influencia de Mella sobre las masas era enorme. La Internacional declaró que el partido había optado por lo peor, la expulsión, y entendía que, el partido no aplicó ninguna elasticidad en este caso, por lo que miles de miembros de la Liga se declararon en rebeldía contra las decisiones del Comité Central del Partido. Buena parte de esa rebelión tuvo el apoyo de los miembros de clase media de la Liga. Al final, el Partido Comunista cubano se vio en la obligación de reconsiderar sus conclusiones y veredictos.
El 29 de mayo de 1927 el partido comunista cubano rehabilitó a Mella en sus filas, era mucha la presión. En México Mella encontró un buen aliado en la persona de Diego Rivera dentro de las filas del partido comunista del país. En ese momento la Internacional Socialista de América Latina se había opuesto a la candidatura de Mella para integrar el Presidium de la Profintern (Internacional Sindical Roja). La oposición por voz del viejo líder italo-argentino Vittorio Codovilla, se debía a que Mella ni era obrero, tampoco ente sindical. Me pregunto: ¿acaso Codovilla era obrero y sindical para opinar? Codovilla fue enviado a Argentina por el Partido Socialista de Italia a finales de 1912, donde se radicalizó para pasar a formar parte de los comunistas en ese país austral. Codovilla alegaba también que la consulta debió haberse hecho al partido comunista cubano, respuesta que ya todos podemos imaginar.
Mella en México, a su regreso de un viaje a Moscú, había declarado la necesidad de crear una nueva Central Sindical en México, lo cual era apoyado por la Profintern, algo que Codovilla y otros dirigentes se opusieron en su momento. En abril de 1928, Mella, en el marco del V Congreso del PCM, planteó la necesidad de reorganizar la lucha sindical contra la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), sin éxito tras la negativa dada por el mismo partido. Mella no se dio por vencido y solicitó la votación abierta para la creación de la Confederación Sindical Unitaria de México, pero aquello resultó nuevamente adverso para el dirigente cubano. El mismo Rafael Carrillo, Xavier Guerrero y el agente estalinista italiano Vittorio Vidali estuvieron entre los que propusieron la expulsión de Mella de las filas del PCM.
No olvidemos que el 1 de octubre de 1927 Trotsky era expulsado de la Internacional Comunista y tres semanas después del Comité Central del PCUS. En enero de 1928 fue desterrado a Alma Ata, capital de Kazajistán. A finales de ese año un agente estalinista le advirtió que si continuaba con sus actividades políticas iría a prisión por sedición, lo que obligó a Trotsky y familia emigrar clandestinamente a Estambul, Turquía, y de ahí a la isla Büyükada, donde permaneció hasta 1933. Todo eso coincidió con la actitud desafiante de Mella en contra de las orientaciones de la Komintern y del mismo Stalin, por lo que muchos no dudaron en calificar a Mella de Trotskista. Uno de los acusadores fue el pintor David Alfaro Siqueiros, mientras que Codovilla extrañamente no aceptó esa acusación.
En el curso de 1928 Mella había creado en México la Asociación de Nuevos Emigrados Revolucionarios de Cuba (ANERC) y su órgano de difusión ¡Cuba Libre!, cuyo primer ejemplar cayó en manos de Machado y sus gendarmes, por lo que el dictador cubano no tardó mucho en escribir al presidente de México, Plutarco Elías Calle, al que le reclamaba reprimir toda ofensa a su persona, por tratarse de un presidente de un país amigo. El presidente Calle no quiso meterse en complicaciones, eso a pesar que la publicación era legal, y ordenó su prohibición, por lo que “Cuba Libre” se continuó publicando clandestinamente. A eso hay que añadir la existencia del pacto de EE. UU. y México, el llamado “Morrow-Calles”, el cual se dirigía a combatir y perseguir a opositores, sobre todo comunistas. Así que, Mella se enfrentaba por un lado a la represión USA-Calle-Machado, y por otro, el Komintern sinónimo de Stalin.
Hubo una fiesta de fin de año de la ANERC en 1928, la que se realizó en el centro israelita del DF en México, donde la única condición fue la de no realizar publicidad de carácter político. Dos cubanos pusieron una bandera cubana sobre una mesa, la que fue retirada por otro cubano allí presente para no violar lo acordado, pero aquello fue observado y se hizo aparecer en la Habana como una forma de despreciar la bandera. Mella no perdió tiempo para negar todo lo que se había dicho al respecto.
Y llegó el día de la desgracia, 10 de enero de 1929, Mella iba acompañado de su novia, la ex-actriz del cine mudo, fotógrafa italiana y activista comunista Tina Modotti, en dirección al piso que ambos compartían, cuando dos disparos de bala calibre 38 alcanzaron a Mella. Uno a la altura del pecho derecho y otro sobre la clavícula izquierda. Eran las 9:45 de la noche, según relató María de las Nieves Rodríguez Méndez.
La acusación de la mayoría se dirigió a Machado. Tina Modotti, en una velada de recordatorio a Mella, dijo:
“En Mella mataron no sólo al enemigo de la dictadura de Cuba sino al enemigo de todas las dictaduras. En todas partes hay individuos que se venden por dinero y uno de éstos ha tratado aquí de desvirtuar el móvil del asesinato de Mella presentándolo como un crimen pasional. Una vez más afirmamos que el asesinato de Mella es el [sic] Presidente de Cuba, Gerardo Machado.
Machado o sea la caricatura de Benito Mussolini, ha cometido un crimen más; pero hay muertos que hablan y cuya muerte representa para los asesinos una amenaza igual o mayor que su vida de luchadores. Julio Antonio Mella asesinado por el Presidente de Cuba es ahora un símbolo de la lucha revolucionaria contra el imperialismo y contra sus agentes, y su nombre es una bandera. Él está en la lucha de los obreros y campesinos en todo el continente; está en la conciencia y en los movimientos de masas de los trabajadores; está entre los que pelean junto a Sandino, está entre los huelguistas de Colombia ametrallados por el capital imperialista. En esta noche al cumplirse un mes del cobarde asesinato, nosotros honramos su memoria y prometemos seguir la victoria de todos los explotados del mundo y así honraremos su memoria en la forma que más le hubiera gustado: no llorando sino luchando!”
Aquí cabe indicar que Tina fue expulsada de México en 1930 acusada de atentar contra la vida del presidente de México Pascual Ortiz Rubio. A Tina le acompañaba otro expulsado, el agente Vittorio Vidali, enemigo jurado de Mella, hombre fiel a las orientaciones de Stalin, con el que Tina mantenía relaciones íntimas desde la muerte de Mella, incluso a Vidali hay quienes le acusan de ser el autor de este asesinato. Tina y Vidali viajaron a Alemania. Ella en 1934 comenzó a trabajar para la Cruz Roja Internacional de la URSS, y en 1936 llegó aEspaña para formar parte del Quinto Regimiento durante la Guerra Civil. Tina fue de siempre un agente al servicio de Stalin y casi siempre bajo la orientación de su paisano Vidali.
Años más tarde, el 3 de noviembre de 1933, un hecho fortuito reveló una versión del asesinato, cuya responsabilidad recaía sobre Machado. La esposa de un cubano, al parecer amenazada de muerte, llamó la policía y contó cómo había sido asesinado Mella. Acusó a su esposo de haber sido el asesino, de nombre José Magriñat, el cual fue detenido y se dice que aparecieron varios testigos que así lo confirmaban. Dicen que Mella, antes de morir, mencionó dos nombres, el de Machado y el de Magriñat. El gobierno mexicano no dejó que nadie pudiera participar en las investigaciones sobre este hecho. Poco después Magriñat fue liberado y se le deportó a Cuba a bordo de una nave. Toda esta versión fue publicada por Cubadebate, donde anunciaban que se había encontrado un texto inédito de Tina Modotti sobre la muerte de Mella.
Pino Cacucci presenta otra versión basada en la existencia de tres testigos del asesinato de Mella. Se trata de un panadero, Luis Herberiche y los jóvenes Anacleto Rodríguez y José Flores, los que estaban en la puerta de su casa en Abraham González, quienes afirmaron ver a tres personas, dos hombres y una mujer, discutiendo animadamente, y que uno de los dos hombres sacó una pistola y disparó mientras el otro corría hacia delante. Herberiche tuvo un careo con Tina Modotti en la estación de policía, a la que le dijo en declaración: “No tengo ningún motivo para engañar a la justicia. Soy un comerciante al que no le gusta verse implicado en estos hechos. Siento mucho desmentir a la señora, pero lo que dije es la verdad y lo sostengo”.
Cacucci también cuenta que Félix Ibarra, militante en su época de la juventud comunista de México y que luego simpatizara con la oposición de izquierda apoyada por Trotsky, recordaba la figura enérgica y siempre activa de Mella, el que inicialmente se adhirió a la mencionada oposición, pero después se distanció de ella, aunque cuando creó la revista Tren Blindado, tomó el emblema utilizado por Trotsky. Ibarra varias veces le preguntó a su tío Alberto Martínez, dirigente del PCM, sobre quién había asesinado a Mella, y no recibió respuesta hasta un día que le dijo que había sido Sormenti (uno de los pseudónimos de Vidali). Luego le hizo la misma pregunta a Diego Rivera y este no dudó en afirmar que había sido Vidali, al que se le conocía también como Carlos Contreras o Enea Sormenti. Cacucci igualmente aseveró que Vidali, estando en Trieste, le dijo a una persona, que él no había sido el ejecutor de los disparos a Mella, pero si afirmó que la organización lo había liquidado.
Mella tenía amistad con Andreu Nin, un líder que no era partidario para nada con los planes o enfoques estalinistas. El propio Codovilla exigió la expulsión de Nin de las filas del partido en España, quien en 1935 creó el Partit Obrer d’Unificacio Marxista (POUM), y que al cabo de un tiempo fuera apresado, torturado y asesinado en Alcalá de Henares en 1937 por un grupo de estalinistas encabezado por un tal Alexander Orlov y en el que, se cree, Vidali también participara.
Una duda de las muchas que surge es cómo Tina no recibió rasguño alguno al momento en que matan a Mella. Las dos balas dieron en el cuerpo de Mella, pero la italiana no recibió nada. Tampoco pudo refutar lo dicho por el panadero que vio todo lo sucedido.
Son muchos poquitos, y siempre queda la duda: ¿Machado o Stalin? Uno era todo un dictador en la más grande de las Antillas, personaje que no le temblaban las manos para ordenar asesinar a todo el que se le opusiera. Mella era un activista muy incómodo, capaz de movilizar a obreros, campesinos y estudiantes, los que no movilizaban los buros políticos de los partidos comunistas en los que militó. Mella estaba muy distante de subordinarse tranquilamente a los ukaz de Stalin, por lo que, para el mandamás soviético, el cubano era otro ente incómodo. Las garras de Stalin eran largas y tendidas por todo el planeta y México, lugar donde asesinara a su gran opositor, Trotsky, el 21 de agosto de 1940.
Así que a los lectores les dejo opinar y decidir quién realmente mató a Mella, historia jamás contada en Cuba, excepto que había sido Machado el autor del asesinato, pero nada de su expulsión de las filas del partido, sus problemas en México, su independencia de acción y decisión. De poco vale que tal o más cual revista o periódico le den a uno conclusiones cuando se evita describir los hechos realmente ocurridos. Diabolizar a Machado no tiene caso, todos sabemos de sus crímenes y desmanes, pero santificar a Stalin no es que sea muy coherente. A fin de cuentas, si fue Machado o Magriñat, beneficio también para Stalin, y si fue el mandamás soviético y su gendarme Vidali, beneficio para el sátrapa cubano.
Nota adicional: Julio Antonio Mella estuvo casado con la estudiante de derecho Oliva Margarita Zaldívar, la que igualmente sufrió de arrestos durante el machadato.
Fuentes
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Cacucci Pino. 2020. Los motivos por los que asesinaron a Julio Antonio Mella. Fundación Andreu Nin, 2 abril. https://fundanin.net/2019/04/18/julio-antonio-mella/
Continanza Bárbara. 2017. Tina Modotti, fotógrafa revolucionaria. Izquierdadiario.es, 16 agosto. https://www.izquierdadiario.es/Tina-Modotti-fotografa-revolucionaria
Hatzky, Cristine 2008. Juicio político del Partido Comunista de Cuba a Julio Antonio Mella por motivo de su huelga de hambre. En “Julio Antonio Mella: una biografía, Editorial Oriente, Santiago de Cuba”, https://jcguanche.files.wordpress.com/2016/10/mella-juicio-politico.pdf
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Escrito por Ricardo Labrada, 30 diciembre de 2021