“Las olas llegan del mar hasta mí, luego me hablan por sí mismas.”
Fabrizio Caramagna (1969, poeta italiano)
Muchas veces habíamos ido a disfrutar a la playa de Gaeta, ubicada dentro de la región de Lazio en Italia y siempre le pasábamos de largo a otro lugar llamado Sperlonga, la que contemplábamos solo al parar en un mirador. Como era verano, siempre estaba repleta de turistas y por muy bella que fuera no invitaba a bajar para visitarla, por lo que lo sabio era ir allá en época otoñal y disfrutar de los paisajes de este pequeño pueblo caminando con serenidad.
La distancia de Roma a Sperlonga es de 150 km, trayecto que se puede realizar tomando la autovía Pontina hasta la indicación de desvío hacia Sabaudia-Terracina, carretera ancha, pero secundaria. Es por esa razón que llegar al destino final se toma un par de horas tranquilamente. Lo mejor es que por esas rutas uno puede disfrutar de las elevaciones en torno a la Ciociara con sus verdes montañas. El mar no se ve hasta que uno llega a Sperlonga.
El borgo o pueblo tiene un poco más de 3 mil habitantes. Era por estos lares que Tiberio emperador tenía una cueva toda adornada y lista para sus orgías, además de los aposentos que poseía en la no lejana isla de Capri. El monarca es reconocido como uno de los más perversos en la historia de la humanidad, capaz de practicar la pederastia con varios niños a la vez. Tiberio tenía una cueva llamada Sperlunca y se supone que el nombre del pueblo venga de ahí.
La playa se caracteriza por su longitud y su arena blanca, la que invita al baño. A lo largo de la misma uno encuentra restaurantes, cafeterías y bares, aunque en la época que la visitamos recientemente, muchos de estos locales estaban cerrados. En una punta cercana al embarcadero de pescadores, hay una torre no muy alta, llamada Truglia, de la cual se puede ver una elevación. Pensé que era alguna de las islas de la zona, pero un italiano, igualmente en visita como nosotros, me aclaró que era tierra firme, un promontorio. Supongo que sea el Promontorio Villa di Tiberio y Costa Torre Capovento.
Sperlonga fue lugar habitual de saqueo por los sarracenos y piratas. Su economía dependía netamente de la pesca, pero que en las últimas décadas ha derivado al turismo, el que deja ganancias sustanciales en la época estival. Nos regocijamos con los paisajes allí vistos y también con el almuerzo muy italiano que saboreamos. Italia tiene muchos lugares para ver, pero si se le ocurre a Ud. visitar algún balneario cercano a Roma, creo que Sperlonga sería una buena opción.
Ricardo Labrada, 22 noviembre 2022