“El único deber que tenemos con la historia es rescribirla”.
Oscar Wilde (1854-1900) Dramaturgo y novelista irlandés
Desde temprana edad, en mi niñez, hubo un personaje que con el transcurso del tiempo se convirtió en un misterio para mí. Se trataba de una persona que respondía al nombre de Miguelito, que cuando tuve uso de razón ya él probablemente tenía más de 55 años, o sea era nacido en el siglo anterior. Miguelito le llamaban, su nombre real era Mijail, solía llamarle Miguelito el ruso, pero era ucraniano de nacimiento.
El ucraniano llevaba años viviendo en Cuba, país que en los años 50 albergaba a ciudadanos de muchos países, sobre todo judíos, libaneses, sirios, algún que otro turco, chinos, más que todo venidos de Cantón, españoles y algún que otro latinoamericano. En la barriada donde me crié, los judíos-polacos, húngaros y ucranianos predominaban, eran comerciantes por excelencia y eran dueños de tiendas, almacenes y bodegas en toda el área de la Habana Vieja. Pero Miguelito no era judío, era un ucraniano católico, que había salido de su país en el momento que la entonces naciente URSS firmaba el acuerdo de Brest-Litovsk en 1918.
Miguelito vivía en un cuartucho del primer piso del solar, donde vivía mi abuela con unas tías y primos en la planta baja en la Habana Vieja. El ucraniano llevaba años en el oficio de limpiar vidrieras de tiendas y ventanas de hoteles, trabajo que hacía durante la madrugada diariamente y en el que prosperó al extremo que se vio necesitado de crear su propia brigada de trabajo y en la cual trabajó mi tío Regi desde que se trasladó de Cienfuegos a la Habana.
Cuando visitaba a mi abuela allí veía venir a Miguelito, mi abuela siempre le brindaba un cafecito. No sé cuántas veces al día en esa casa se colaba café, era algo casi permanente. Todo el que llegaba allí siempre se le brindaba el buchito de café. Abuela y familia era gente muy humilde, pero su economía les daba para colar café muchas veces al día. No faltaba quien, entre ellos el mismo Miguelito, que llegara a casa de abuela y le trajera un sobrecito de café, sea Pilón o Tupi, marcas que entonces eran las más consumidas de café. Que conste, no era café mezclado, no hacía falta, Cuba producía más de 55 mil toneladas de café anualmente, lo que le daba para exportar y para su consumo nacional.
Otro aspecto que recuerdo de Miguelito, hombre realmente afable, era que solo fumaba cigarrillos de fabricación norteamericana. Si mi memoria no me falla, eran cigarrillos Camel, fumaba mucho y el olor de ese tabaco rubio se diferenciaba mucho del que los cubanos fumaban.
Mi curiosidad creció con el tiempo con respecto a Miguelito. A medida que aprendía más en escuela, el ucraniano era una incógnita, la que ha durado hasta hace muy poco. Miguelito nunca hablaba mal de los soviéticos y era una época en que los comunistas eran perseguidos en Cuba, incluso Batista, el entonces dictador, creó el Buro de Represión Anticomunista, BRAC. Así que católico por un lado, simpatizante de los soviéticos por el otro, ¿Por qué estaba fuera de la URSS? ¿Por qué no vivía allí?

Alexander Alexeiev, primer embajador de la URSS en Cuba post 1959
Llegó 1959 y a finales de ese años comenzaron los primeros contactos del gobierno cubano con el soviético. En 1960 se organizó una exposición soviética, la que fue propiciada por los primeros contactos de un soviético de nombre Alexander Alexeiev, el que visitó Cuba a finales de 1959, conoció de inmediato al Che Guevara, quien luego se lo presentó a la máxima autoridad y de la cual se derivaron las primeras acciones. La exposición de productos soviéticos fue inaugurada por el Ministro de Relaciones Exteriores de la URSS, Anastas Mikoyán.

Anastas Ivanovich Mikoyán
Miguelito estaba contento con esos eventos, llevaba tiempo en contacto con su esposa e hijo mayor, ambos deseaban que regresara y se quedara a vivir con su familia definitivamente. Miguelito explicó su situación a los interlocutores soviéticos y ya a inicios de 1961 regresaba en un barco soviético a su patria, la que había dejado en 1918.
Para nadie es un secreto que la historia se enseña de acuerdo a lo que escriben los vencedores y por eso, no entendía la razón por la que Miguelito se había ido de su país, incluso le había dado fuego a sus propiedades antes de marcharse. Tampoco tenía conocimiento en qué situación había dejado a su familia, pues él salió huyendo solo.
Cuando me enseñaban la historia del PCUS, si recuerdo bien era la versión de Afanasiev, la que hubo que actualizar algo a la llegada de Jrhuschov al poder con la muerte de Stalin, me mostraban una versión triunfalista del acuerdo de paz Brest-Litovsk, y nada más lejos de la realidad.

Firma del acuerdo de Paz en Brest-Litovsk
Aquel fue un acuerdo denigrante para la parte soviética, ya en el poder en la Rusia que salía del zarismo. Los alemanes y los austriacos vinieron a la mesa de negociaciones con el cuchillo en la boca. Sus ministros de relaciones exteriores, Cserning por Austria-Hungría, y Von Kuhlman por Alemania trataron de imponer un acuerdo inaceptable desde el principio. La parte rusa era encabezada por Kámenev, uno de los desgraciados en manos de Stalin posteriormente, y Joffé. Esas conversaciones se congelaron algo y a finales de diciembre de 1917 Trotsky se hizo cargo de las mismas por la parte soviética.
El segundo artículo de la propuesta de paz decía: “Habiendo reconocido el gobierno ruso, de acuerdo con sus principios, el derecho de todos los pueblos, sin excepción, que forman parte del Estado ruso, a disponer de sus destinos hasta el punto de separarse por completo, se da por enterado de las resoluciones que expresan la voluntad de los pueblos de Polonia, Lituania, Curlandia (Letonia), una parte de Estonia y de Finlandia, de separarse del Estado ruso y de constituirse en Estados realmente independientes”.
El 26 de enero de 1918 las conversaciones se detuvieron, el gobierno soviético por decreto anulaba todas las deudas exteriores de Rusia. A la vez en esos días, Alemania y aliados reconocieron a Ucrania como Estado independiente y firmaron, con una “delegación” ucraniana inventada, un acuerdo de paz. Alemania quería una supuesta paz, pero a la vez esperaba caer sobre las débiles tropas soviéticas una vez firmado el acuerdo en cuestión. Los soviéticos sabían que no había fuerza para oponerse a las fuerzas armadas austro-húngaras y alemanas, la paz era la única vía de salida. Trotsky se mostró renuente todo el tiempo a aceptar las condiciones de los rivales, pero ya el 3 de marzo de 1918 no quedó otro remedio, el mensaje soviético al efecto decía: “La paz que firmamos nos es dictada con las armas en la mano. La Rusia revolucionaria se ve constreñida a aceptarla, apretando los dientes…”
Algunos capítulos de ese acuerdo aparecen a continuación:
- Artículo 3: Rusia renuncia a cualquier reclamación sobre los territorios al oeste de la línea de influencia trazada previamente. El futuro status de dichos territorios será determinado por Alemania y Austria-Hungría.
- Artículo 4: Alemania continuará ocupando territorios al este de la línea de influencia trazada hasta que Rusia no desmovilice sus tropas. Batum (Batumi, ciudad y puerto en la actual república de Georgia), Kars y Ardahan (territorios parte actual de Turquía) serán despejados de tropas rusas y cedidas al Imperio otomano.
- Artículo 5: Rusia debe limpiar sus aguas de barcos de guerra de las otras naciones aliadas. Rusia debe limpiar las aguas del Mar Báltico y Mar Negro de sus minas, e indicar las rutas de navegación seguras.
- Artículo 6: Rusia debe suspender la lucha contra la República Popular Ucraniana. Rusia debe desocupar Estonia y Livonia, que serán ocupadas por policías alemanes. Rusia debe devolver a todos los habitantes de estas regiones que fueron deportados o arrestados. Rusia debe desocupar Finlandia y las islas Åland (actual territorio de Finlandia), incluyendo sus puertos. Si el hielo no permite que los barcos rusos dejen los puertos, debe dejarse una tripulación mínima en los mismos. Las islas Åland no deben volver a ser fortificadas.
- Artículo 7: Rusia debe reconocer que Persia (Irán) y Afganistán son estados libres e independientes.

Mapa de la repartición de territorios después de firmado el acuerdo de Paz en Brest-Litovsk
Cualquier que lea estos artículos puede decir que no hay nada de malo, el problema era de “quítate tú para ponerme yo”. También esa República Popular Ucraniana era una invención alemana, no había tal gobierno o ejecutivo que reivindicara la independencia ucraniana en ese momento, y es por aquí que comencé a pensar en el sentimiento y reacción de Miguelito. De hecho Alemania había invadido Ucrania en los días del 18 al 24 de febrero de 1918, o sea algo antes que se firmara el acuerdo de Brest-Litovsk (territorio actual de Bielorrusia, fronterizo con Polonia).
No tengo la fecha en que Miguelito se marchó de Ucrania, pero casi seguro estoy que debe haber sido en estas fechas que he mencionado anteriormente. Fue después de leer información sobre estas conversaciones y movimientos de varias fuentes, y no precisamente de la historia de Afanasiev, que comprendí la actitud de Miguelito en parte, aunque sigo sin entender cómo dejó a su familia atrás y se mantuvo alejado de la misma por casi cuatro décadas.
En agosto de 1962 me fui a la URSS a estudiar, meses después recibía una carta de mi abuela. Me pedía que me pusiera en contacto con Miguelito, me había mandado una dirección postal en ruso que no se entendía bien. Abuela me comunicaba que Miguelito estaba mal y que su familia no lo atendía, que estaba sobreviviendo cómo podía en esas condiciones, su mujer e hijo mayor, aquellos que si deseaban su regreso, habían muertos. Estaba en Minsk, capital de Bielorrusia, y Miguelito radicaba en una aldea de la Ucrania occidental. Le escribí, no sé si la carta le llegó, pero nunca tuve respuesta. Supongo que no le llegó y que su muerte habría ocurrido poco después. Lo lamentaba por el cariño que mi familia le tenía a Miguelito, persona generosa que en más de una oportunidad había dado sus pesos para que la familia pudiera cubrir algunas de sus necesidades.
Fuentes consultadas
Anon. Historia universal. Pacto de Brest Litovsk Tratado de Paz Rusia Guerra Mundial Final. http://historiaybiografias.com/brest-litovsk/
Anon. 2016. Historia y geografía. I Guerra Mundial (VIII)- El trarado de Brest-Litovsk, 8 febr. http://ghescuela.blogspot.pt/2011/04/i-guerra-mundial-viii-el.tratado-de.html
Escrito por Ricardo Labrada, 17 octubre de 2016