Se escribe sobre deportes, sobre todo béisbol. El cine es abordado desde una óptica clásica. Historia y descripción de lugares visitados son otros de los temas, así como biografías de grandes de la ciencia. Hay de todo un poco para aquel que guste leer.
Hablar de los peloteros afroamericanos que le dieron brillo a la pelota cubana es realmente un placer. Son nombres que muchos no conocen y tampoco saben de lo que hicieron deportivamente, sea en su país de origen o en Cuba. Aquí se describe el desempeño de dos de esas figuras notables de la pelota de Ligas Negro y profesional cubana.
El primero es Spottswood Poles, jardinero más conocido como Spot Poles, bateador ambidextro, nacido el 27 de diciembre de 1887 en Winchester, Virginia, el que debutó como pelotero en las Ligas Negro en los inicios del siglo XX, concretamente en 1909 con los Gigantes de Filadelfia de la llamada Liga Internacional (nada que ver con la otra donde jugaban los peloteros blancos). En ese conjunto se mantuvo un año más para después jugar durante cuatro temporadas con los Gigantes Lincoln de Nueva York en la liga independiente negro. Este equipo cambió de nombre. Estrellas Lincoln de Nueva York y luego una vez más, Gigantes Lincoln. Spot jugó con estos hasta el final de su carrera en 1923, lo que le valió ser considerado ligamayorista por la MLB. En el curso de su carrera tuvo una interrupción para participar como soldado en el grupo de los llamados combatientes infernales de Harlem del cuerpo 369 de infantería del ejército francés durante la I Guerra Mundial. En esta contienda obtuvo 5 medallas en batallas y al final, por sus méritos en combate, se le condecoró con el Corazón Purpura.
Como pelotero jugó 14 temporada, con línea ofensiva de ,304 ,380 ,375, con 66 XBH, 107 impulsadas y 67 bases robadas. Poles tuvo enfrentamientos con equipos de Ligas Mayores, frente a los cuales bateó 25 imparables para promedio de ,610. El lanzador Sam Streeter de Ligas Negro consideró que Poles era más rápido que Cool Papa Bell.
Casi desde sus inicios como pelotero, Poles jugó en la pelota cubana, siempre para el Fe en 1910-1913 y 1914-15, en las que fue líder en dobles (5) en la temporada de 1910-11, y líder en veces al bate (151), carreras anotadas (40), hits (55), triples (8) y slugging (.510) en la temporada de 1913. En cuatro temporadas promedió ,319 ofensivamente, con 22 XBH y 48 bases robadas. Este gran estadounidense, todo un patriota de la humanidad, falleció el 12 de septiembre de 1962 en Harrisburg, Pensilvania.
El otro pelotero es el lanzador derecho Joe Williams, también conocido como Cyclone Joe, Smokey Joe o Ciclón, nacido el 6 de abril de 1885 en Seguin, Texa, fue otra de las grandes estrellas del pitcheo de las Ligas Negro y del béisbol de todos los tiempos. Se registró que su inicio en el béisbol de la pelota de los afroamericanos fue en 1907. Sin embargo, B-R bullpen habla de 1905 con los Bronchos negros de San Antonio cuando llegó a tener G-P 28-4 (,875). Al año siguiente estuvo con el Austin con 15-9 (,625), nuevamente con el San Antonio en 1907, con 20-8 (,714). En la campaña de 1908, con el San Antonio, 20-2 (,910), y en 1909 con este mismo equipo y los Gigantes de Birmingham, G-P 32-8 (,800). Toda esa labor prácticamente en el anonimato. Posteriormente comenzó a jugar en la pelota de los afroamericanos en el norte de EE. UU., donde supo vencer a equipos de blancos en varias ocasiones. En 1911 le dio lechada, primero a los Gigantes de Nueva York, luego a los Yankees. Ambos juegos terminaron con marcador de 6-0. En 1913 le ganó juego al famoso Grover Alexander y en el 1914 le lanzó juego de cero hits cero carreras a los castores de Portland y le ganó a los Filis de Filadelfia con anotación de 10-4, equipo al que volvió a vencer en 1916.
A partir de 1914 Joe Williams jugó para Gigantes Lincoln Nueva York/Gigantes Americanos Chicago (1914), Gigantes Lincoln Nueva York (1915-1923), Gigantes Reales Brooklyn (1924), Grises Homestead (1925-1931), Grises Homestead/Lobos Detroit (1932). Su labor fue extraordinaria, máxime que desde 1916 sufría de dolores del codo. Su G-P en 26 temporadas fue 120-70 (,632), con 159 juegos completos, 19 lechadas y 6 salvados, PCL 2,48 y WHIP 1,35.
Igualmente fungió como mánager-jugador desde 1915. El equipo al que más dirigió fue a los Gigantes Lincoln de Nueva York (1916-1923). Su registro como director en ocho temporadas fue de 118-104 (,532). Tampoco era un out al bate, tuvo promedio sobre ,300 en 16 temporadas, su línea ofensiva fue de ,282 ,343 ,400, con 55 XBH y 127 carreras empujadas. Los expertos afirman que el ciclón era más completo que Satchel Paige, solo que Williams no era de auto promoverse como Paige. El registro de juegos ganados y lechadas de Williams enfrentándose a equipos de Grandes Ligas fue superior al de Paige. Por otro lado, el ciclón bateaba y Paige no era una maravilla ofensivamente.
A partir de 1911 el ciclón lanzó en la pelota cubana, lo hizo para el Habana (1911-12), el Fe (1912-13), y el San Francisco (1915-16). Fue líder en juegos lanzados (20), colíder en juegos completos (12) (empatado con José de la Caridad Méndez) y colíder en ganados (10) (empatado con Frank Wickware) en la temporada de 1911-12. En tres temporadas ganó 22 y perdió 15 (,595) y completó 26 juegos.
El comité de veteranos de Cooperstown exaltó a Joe “Ciclón” Williams al Salón de la Fama en 1999. Casi medio siglo antes había fallecido este gran lanzador, el 25 febrero de 1951 en ciudad Nueva York.
Fuentes consultadas– baseball-reference.com y seamheads.com
“La familia es lo más importante, es incluso más importante que el béisbol”. Luis Tiant Jr.
Los peloteros cubanos de calidad eran tantos, que debutaban fuera de Cuba por no tener lugar en las nóminas de los cuatro equipos que competían en la desaparecida pelota profesional en 1961. Había otros que eran sluggers fuera de Cuba y cuando llegaba el invierno se tenían que conformar como reserva en el banco. Bien, al grano, el lanzador derecho Luis Clemente Tiant Vega, el hijo de otro lanzador, el zurdo Luis Eleuterio Tiant Bravo, del que hablaré, es un ejemplo de lo dicho.
El papá de Luis Clemente fue un lanzador con aceptables resultados en las Ligas Negro, circuitos en los que lanzó 11 temporadas en el período entre 1930 y 1947, mientras que en Cuba lo hizo desde 1926. Luis Eleuterio era famoso por sorprender a hombres en primera, era un artista según los expertos de la época. También dicen ahora, no he leído nada de la época al respecto, que tenía un wind up enredado, el que confundía a los bateadores.
Su hijo, Luis Clemente, había nacido el 23 de noviembre de 1940 en Marianao, “ciudad que prospera”, ¿Se acuerdan del cartelito que estaba a la entrada de Marianao una vez uno pasaba el puente sobre el parque Almendares? De Marianao salieron varios peloteros de calidad. Luis Clemente, al que con el tiempo comenzaron a llamar el Tiante, había debutado como lanzador en México en 1959 con los Tigres de la capital. Pitcheó bastante, pero las cosas no salieron como él hubiera querido, G-P 5-19 (,208). Un año después todo cambió, 17 victorias y 7 derrotas, con 9 juegos completos. Y todavía en Cuba la afición no lo conocía.
Vino la crisis en 1960, la MLB se negó a autorizar a los peloteros estadounidenses que fueran a Cuba. Ya al país se le había quitado la sede de los Cubans, trasladada para Jersey City. El caso fue que el campeonato de la pelota profesional cubana se vio obligado a jugar con peloteros criollos. Gracias a Orestes Miñoso, entre otros, los que hablaron con la dirección de la MLB para que les dieran el permiso para poder jugar en Cuba. De eso en la Habana no se acuerdan o lo mencionan a conveniencia. Esto dio oportunidad a que muchos peloteros criollos pudieron debutar y dar un buen espectáculo.
Miguel Ángel González, el reglano dueño de los Leones del Habana y otrora pelotero- mánager-coach en grandes ligas, no se cansaba de traer peloteros estadounidenses para nutrir sus nóminas en la década de los 50 y se vio carente de suficiente pelotero cubano para cubrir sus necesidades en 1960. Hubo que hacer unos canjes forzados. El Habana así adquirió los servicios del receptor Rafael Noble y de Octavio “Cuquí” Rojas del Cienfuegos, así como otros peloteros disponibles. A su vez, Miguel Ángel trajo a varias figuras cubanas con resultados fuera del país. Entre estos estaban dos lanzadores, los que se destacarían en las Mayores posteriormente, eran ellos Diego Seguí y Luis Tiant Jr.
Fermín Guerra, el mánager del Habana en esa temporada, usó bastante a Tiant. El marianense logró ganar 10 juegos, casi la tercera parte de lo que ganaron los Leones (G-32) en esa justa. Como le vi entonces lanzar, afirmo que Tiant no usaba el wind up que le hizo luego famoso, sobre el cual quisiera referirme en otro artículo, pero sí tenía una bola rápida que cruzaba a cualquiera. Tampoco tenía bigote al inicio de esa temporada.
Tiant Jr. no llegó a las Mayores hasta 1964, debutó con la tribu de Cleveland exitosamente (G-P 10-4 ,714). En 1968 se desbordó, G-P 21-9, PCL 1.60, 9 lechadas y 264 K en 258 entradas. Significo esto para aquellos que dicen que el éxito de Tiant comenzó en los 70, muy incierto. Él ganó 104 juegos, 63 juegos completos y 21 lechadas para la tribu en el período de 1964 a 1969. Es cierto que en 1969 su rendimiento en las filas de los ahora Guardianes decayó y así pasó a lanzar con los Mellizos en 1970 (7-3 ,700). Fue transferido a los Medias Rojas en 1971, temporada para olvidar, pero las cosas cambiaron en 1972, Tiant volvió a ser el ganador de antes. Archivó 122 victorias, 113 juegos completos y 26 lechadas lanzando para los de Boston entre 1971 y 1978. Los expertos afirman que Tiant en esa época fue que usó su wind up, enseñando su número en su espalda al bateador rival. Abran el enlace abajo y lo verán lanzar.
Tiant Jr. asistió a sólo 2 post temporadas, la primera con los Mellizos en 1970, nada bueno que recordar. En 1975 fue todo un caballo, ganó 3 juegos (1000) y propinó 20 ponches. Su equipo perdió con el Cinci 4-3, dos de las 3 victorias de los Medias Rojas se debieron a la labor del cubano.
Tiant Jr. era un pitcher incansable, su laboriosidad recuerda la de Miñoso como jardinero. Siempre jugando en la liga que fuera. Fue el pitcher cubano con más victorias, superó así a Adolfo Luque, Camilo Pascual y a Miguel Cuellar (vean la tabla abajo). Sus numeritos en la MLB, G-P 229-172 (.571), juegos completos 187, lechadas 49, salvados 15, PCL 3,30, WHIP 1,20, K 2416 en 3486,1 inn. Mírenlos bien, sobre todo los ilustres votantes en Cooperstown, ¿cuántos están y no se parecen?
Como todos sabemos, en 1961 se acabó la pelota profesional, la esclava como la calificara el líder máximo. Como para reír, esclava fue la que vino después. Aparte de no tener acceso a los juegos de la MLB, en el país no se publicaba nada de nada sobre esta pelota. Por esa razón los cubanos nos vimos privados de poder disfrutar de lo que Tiant y otros peloteros cubanos hicieron. Sí recuerdo que, en viaje a congreso técnico en 1979, hablé de béisbol con algunos colegas norteamericanos y uno de ellos me decía que ya no había muchos peloteros cubanos como antes en la MB, pero que aún les quedaba Luis Tiant activo, de quien me habló maravillas y de su wind up.
A mediados de los 90 del siglo pasado tuve que viajar varias veces de Roma, Italia a Venezuela por razones de un proyecto de trabajo y aprovechaba en mis ratos de ocio para ver juegos de la fuerte liga invernal venezolana, en la que Tiant ya entonces era entrenador de pitcheo. Una sorpresa tuve en 1998 cuando había terminado de desayunar en el hotel en Caracas y miré, me dije ese es Luis Tiant, quien se disponía a desayunar. Allá fui a saludarle, era un placer darle la mano al Tiante, todo transcurrió amigablemente hasta que se presentaron dos entes del INDER. La cara de Tiant cambió en el acto, adiviné que querían hablar con él, por lo que me despedí y desearle lo mejor. Supongo que estaban allí para pedirle al Tiant que fuera a Cuba a dar algunas de sus clases, me imaginaba la respuesta por las dificultades que él tuvo para sacar a su padre del país, pero bueno, son conjeturas de uno.
Tiant falleció el 8 de octubre de 2024. Siento mucho la muerte de un hombre que le dio mucha gloria a su país, brilló y no poco. Cuanta satisfacción tendría si el comité correspondiente de Cooperstown lo exaltara, como él merece, al Salón de la Fama.
“Puedes pensar que no lo lograrás, puedes pensar de abandonar el juego, pero si miras fijamente la pelota, podrás lograr cualquier cosa” Hank Aaron (famoso slugger de los Bravos 1954-1976)
En el clásico de béisbol en 2017 todos pudimos ver una figura dominante en el pitcheo del conjunto de Japón, de nombre Shohei Ohtani, quien era igualmente eficiente al bate y utilizado en calidad de designado cuando no lanzaba. Antes de 2018, o sea su llegada a la MLB de la mano de los Angelinos Anaheim, Ohtani fue noticia en una ocasión al conectar un batazo que dio contra el techo del estadio en que jugaba, el que se convirtió automáticamente en jonrón.
Su llegada a la MLB vino naturalmente precedida de mucha fama, bien ganada, por cierto. Así que para los Angelinos era una oportunidad mostrar a dos estrellas en su conjunto, como lo son Mike Trout y Ohtani. Anaheim no era lo que realmente buscaba Ohtani, él buscaba jugar en equipo competitivo, por lo que una vez agente libre le dio el adiós al equipo de su debut.
Veamos antes algunos datos de este gran pelotero nipón. Nacido el 5 de julio de 1994 en Ōshu, ciudad ubicada en la prefectura de Iwate en el norte de Japón. Según lo que he podido recopilar, la región de esta ciudad es conocida por su belleza natural y su rica cultura, además de ser importante en la producción de arroz. Allí se encuentra el templo de Chuson-ji. Ohtani estudió hasta el nivel secundario de la Escuela en la Prefectura de Iwate, donde comenzó a destacarse en el béisbol. No llegó a cursar estudios universitarios, entró en el mundo del béisbol profesional de manera directay debutó en la Nippon Professional Baseball (NPB) el 2 de marzo de 2013 con los combatientes de Hokkaido Nippon-Ham, donde enseguida mostró sus habilidades ofensivas y como lanzador. Batea y corre, lanza y domina.
Shohei Ohtani asistió a la **Escuela Secundaria de la Prefectura de Iwate**, donde se destacó en el béisbol. Tras graduarse, fue seleccionado por los Hokkaido Nippon-Ham Fighters en el draft de 2012 de la Nippon Professional Baseball (NPB). Ohtani no asistió a la universidad, ya que decidió entrar directamente en el béisbol profesional. Hasta dónde llega la información, su trayectoria educativa formal culminó con su formación secundaria.
Shohei Ohtani debutó en la Nippon Professional Baseball (NPB), la liga de béisbol profesional de Japón, el 2 de marzo de 2013. Jugó para los Hokkaido Nippon-Ham Fighters y rápidamente se destacó por su habilidad tanto como lanzador como bateador. Su desempeño en la NPB lo convirtió en una de las jóvenes estrellas más prometedoras del béisbol japonés antes de trasladarse a las Grandes Ligas de Estados Unidos.
Entre 2013 y 2017 con el equipo ya mencionado, Ohtani tuvo registro como lanzador de G-P 42-15 (,737), PCL 2,52, WHIP 1,08 y 624 ponches. Al bate tuvo línea ofensiva de ,286 ,358 ,558, con 123 XBH incluido 48 jonrones y 166 empujadas. Me llama la atención que solo robó 13 bases en cinco temporadas.
Durante el tiempo que jugó con los angelinos disparó 171 jonrones, menos de 29 por temporada, con 437 empujadas (72,3 por temporada) y robó 86 bases. En esta temporada de 2024 los números son estratosféricos, hasta el 19 de septiembre, acumulaba 120 impulsadas, con 92 XBH incluido 51 jonrones y 50 bases robadas. Sencillamente extraordinario, con su desempeño ese 19 de septiembre abrió el nuevo club de 50-50. El cubano José Canseco había inaugurado el selecto club de 40-40 en 1988, al cual luego se integraron figuras como Barry Bonds, Alex Rodríguez, Alfonso Soriano y Ronald Acuña. Sin embargo, Ohtani es el pelotero que más rápido integró y sobrepasó el 40-40. Su jonrón 40 fue un grand slam conectado el 23 de agosto.
A todos los peloteros mencionados los vi jugar, todos con méritos en sus logros, pero hay algo que llama la atención en Ohtani a la hora de robar, corre y se desliza ordenadamente en las bases. Al robar su base 49 corriendo hacia la antesala, se puede decir que el tiro del receptor de los Marlins fue preciso, así y todo, Ohtani llegó a deslizarse a tiempo, el antesalista le tocó la rodilla con su guante y bola en mano, el pie del nipón ya había llegado a la almohadilla.
Nadie es perfecto, somos humanos, Ohtani gusta mucho de hacer swing a lanzamientos altos y se poncha, pero tiene la capacidad de hacer los ajustes necesarios en el transcurso del juego, por lo que quien lo ponchó corre el riesgo que el nipón le suene uno de sus grandes batazos en las siguientes veces al bate.
Volviendo al juego del 19 de septiembre, creo que fue una locura, TB 17 producto de 3 jonrones, incluido uno por el jardín izquierdo, dos dobles y un sencillo, con 10 impulsadas, la mitad de las que anotó su equipo, además de robar dos bases.
Ohtani nos tiene reservadas muchas más sorpresas cuando comience a lanzar. Hasta ahora ha ganado 38 y perdido 19, con PCL 3,01, WHIP 1,08 y 608 ponches en 481,2 innings. Todo eso cuando era parte de los angelinos. Con los Dodgers no se ha subido a la lomita y su codo operado está en período de recuperación. Veremos que viene en el 2025. Personalmente creo que los Dodgers tendrían más carreras de tener a Ohtani de tercero en el orden al bate precedido de dos grandes como Mookie Betts y Freddie Freeman.
Si su salud le funciona, no dudo que llegará a los 500 o más jonrones, más de 1200 empujadas y más de 200 bases robadas. En cuanto a su pitcheo, bien podrá lograr cien o más victorias, tiene para eso y sabe lanzar en los momentos cruciales con precisión y quien lo dude que le pregunte a Mike Trout, antiguo compañero de equipo y receptor de un ponche lanzado por Ohtani para finalizar el último clásico con victoria para la selección de su país.
Todos los que gustan del béisbol sienten siempre respeto y admiración por figuras como Babe Ruth, el que también fue lanzador-jardinero y, para mí, el mejor slugger de todos los tiempos. Ohtani puede ser un eficiente emulo de Ruth, que nadie lo dude. El nipón parece encaminado a dejar hazañas y convertirse en una figura, ya lo es para mí, legendaria de la MLB.
“Es difícil vencer a un deportista que nunca se rinde.” Babe Ruth
Le llamaban Mochito y había nacido el 25 de diciembre de 1961. De siempre me dijeron que era santiaguero de nacimiento, algo que no he podido corroborar. Buscando un poco de información, veo que ya en los escolares jugaba béisbol con el equipo del llamado municipio especial de Isla de la Juventud.
Su llegada al béisbol grande en Cuba tuvo lugar en la XVIII Serie Nacional (1978-79),con el equipo de su casa, entonces dirigido por Rodolfo Fuentes, en el cual jugaban figuras como Silvio Montes, Reinaldo Herrera, los gemelos Pablo y Pedro Pérez, y el antesalista Armando Johnson, el que fuera años después mánager de este equipo. Esos conjuntos de la Isla entonces eran sumamente débiles. En el año del debut de Calvo, la Isla tuvo promedio G-P 10-40, Prom. 200 en esa serie nacional.
Calvo tenía calidad desde que debutó, pues fue parte del equipo Habana, dirigido por Roberto Ledo, a la V Serie Selectiva (1979). Cuando aquello hacer el equipo Habana no era fácil, pues se trataba de una selección de los equipos capitalinos, el Habana provincia y el de la Isla, unos 120 peloteros para crear team con un cuarto de ellos. Calvo integró inmediatamente el Habana, aunque no como regular, ya que en el campo corto jugaba como regular Rodolfo “Jabaito” Puente. No obstante, no fue parte del Habana a la VI Serie Selectiva.
Calvo tenía poder y le vi dar largos jonrones en el Latino, en series selectivas, frente a lanzadores de varios equipos. Lograba chocar la bola y bateó con frecuencia muchos jonrones en la primera mitad de la década de los 80. El Slugging es un elemento de valor en la pelota de cualquier circuito. Su swing, por cierto, no era aparatoso, era como si sus muñecas le bastaran para llevar la pelota a las profundidades. En base no era muy rápido, pero sabía correr. Disparó 156 jonrones, cifra aceptable, además de otros 167 XBH, y 540 empujadas. Se ponchó un 13% de las veces que fue al bate, lo cual es positivo para un pelotero de poder.
Ese brazo, no recuerdo si fue en 1983 o 1984 que se hicieron pruebas de habilidades en juego de Estrellas, y Calvo participó en los tiros a home. A muchos nos llamó la atención, ya que él jugaba el campo corto y no los jardines en aquel entonces. Le llegó su turno en aquella prueba y metió la pelota contra la cerca detrás del home, algo que repitió más de una vez. Los aficionados en el Latino quedaron asombrados con el brazo de Calvo. No sé si el apodo de Mochito le viene por lo de su brazo.
Es una lástima que su desplazamiento en el campo corto no haya sido el mejor, había torpederos defensivamente superiores a Calvo. Un comentarista de provincia Habana una vez me comentó que Calvo, en situaciones complicadas con hombres en base, no sabía adonde tirar con bola en mano. Eso fue una apreciación de esa persona, pues no vi realmente nada de eso, solo que él no les llegaba a los batazos que Rolando Verde y Germán Mesa lograban fildear. En los Agropecuarios, el regular del campo corto fue casi siempre Manuel Morales en los años que Calvo jugó con este equipo.
Fue por ese motivo que fuera movido a jugar los jardines, más que todo el izquierdo, y también se desempeñara como antesalista. También se vio la posibilidad de convertirlo en lanzador. Lanzó en 20 juegos (79 inn.), ganó 2 y perdió 2 con PCL 5,81 y WHIP de 1,94.
Calvo no llegó a liderar departamento ofensivo alguno en series nacionales y selectivas, pero su presencia en esos equipos, sobre todo en selectivas era un reconocimiento de su valor como pelotero. En Series Nacionales jugó desde 1978 hasta la serie de 1991-92, siempre con la Isla. No me aparece en la nómina de la Isla de la XXVII Serie (1987-88). Al parecer entonces estuvo lesionado.
En Series Selectivas jugó, como ya se dijo, con el Habana de Roberto Ledo desde la V Serie Selectiva (1979). Volvió al Habana en la VII Serie (1981) bajo las órdenes de José Alpízar. Con el Habana estuvo hasta la XI Serie (1985), y desde 1986, con José Miguel Pineda, con los Agropecuarios hasta la XVI Serie (1990), con ausencia en 1988.
La pregunta que me hago es de qué murió Juan Carlos Calvo el 25 de julio de 2024, tenía 62 años. Si bien no era un joven, tampoco era un hombre de prolongada edad. Las fuentes del país no lo dicen por ningún lado. En todo caso, que descanse en paz y gracias por su entrega en el terreno de juego, además de su espectáculo con sus tiros y largos batazos.
“Me convertí en buen lanzador el día que dejé de esforzarme en que el bateador abanicara el lanzamiento, desde entonces traté de que tratara chocar la bola.” Sandy Koufax
Ni idea tenía sobre estas lides, por cierto, pobremente informadas por la prensa del pasado. Sabía y he hablado en el blog sobre justa de béisbol de españoles en Cuba. El equipo Dependientes, asiduo competidor en torneos amateurs, tenía una amplia representación española, incluso los cubanos en broma le llamaban los Dipindientes, pero pelota de judíos o hebreos en Cuba, realmente no.
Se trataba de pelota con jugadores juveniles, los que efectuaban sus juegos en el parque “Rafael Conte” de Lawton. Escarbando un poco he conseguido solo alguna información del torneo de 1943, en el cual participaron los conjuntos de Deportivo Macabí, Unión Juvenil, Centro Israelita y Hatzhomer Hatzair, los que iniciaron esta lid el 7 de febrero, pero no me pidan más datos, pues no los encontré. Por suerte, tengo un poquito más del torneo de 1945 cuando los equipos fueron Deportivo Macabí, Unión Juvenil, Centro Israelita y B´Nait B´Rith. A continuación, aparece el estado de los equipos y el bateo colectivo de cada uno de ellos del 24 de febrero de 1945.
De algunos nombres de peloteros, el único conocido era Juan Izaguirre, del que no sé si tenía algo de judío. Este pelotero también conocido como Sabú, era habanero y jugó en la liga nacional amateur a partir de 1947 hasta 1951 con los Corredores de Aduana. Era de color canela y dicen que fue el primero no blanco como tal que jugó en esta liga. No estoy muy seguro al respecto, ya que el lanzador René “Tata” Solis del Deportivo Rosario (1945-47) había debutado antes que Sabú en la liga nacional amateur, y el Tata no era blanco tampoco, pero bueno eso no interesa. Sea como sea, Izaguirre fue todo un destacado en la amateur oficial y su rendimiento le permitió integrar el equipo Cuba a la Serie Mundial Amateur-Managua (1950) y a los Juegos Panamericanos- Buenos Aires (1951). Él jugaba la inicial, la intermedia y la antesala, además de poder lanzar sin dificultad. Sabú fue líder en carreras anotadas (17), jonrones (4) y carreras impulsadas (21) en la Serie de 1950, mientras que en los primeros Panamericanos, los de 1951, fue líder en hits conectados (17, empatado con Israel Arredondo de Venezuela).
En 1952 firmó profesional con los Tigres de Marianao, equipo en el que jugó en 1952-53 y luego de 1954 a 1958. No era pelotero regular, pero sí un utility de calidad, además de servir como auxiliar de este conjunto. En Ligas Menores jugó un total de siete temporadas.
Tengo colegas israelíes, con los que he participado en eventos científicos-técnicos internacionales, nada que ver con el béisbol. Con uno de ellos en una ocasión compartimos alojamiento y en el cuarto donde dormía, tenía un Smart TV, lo que me facilitó poner un juego de béisbol diferido. El colega vino y no conocía nada de las reglas de este deporte, le expliqué algo, pero él se aburrió y se marchó a su cuarto. No sabía él que ha habido muchos peloteros judíos en la MLB. En estos momentos están jugadores como el antesalista Alex Bregman, los jardineros Kevin Pillar y Joc Pederson, el inicialista Rowdy Téllez, el lanzador Max Fried. Un destacado del pasado fue el jardinero Ryan Braun de los cerveceros.
No obstante, a la hora de hablar de peloteros judíos de excelencia en la MLB, hay que mencionar a dos nombres. Comienzo por el primero, el inicialista y jardinero izquierdo Henry Benjamin Greenberg, más conocido como Hank Greenberg y apodado como Hammerin´ Hank. Un hombre de extraordinario poder, el que debutó en 1930 con los Tigres de Detroit y se mantuvo en este equipo casi de por vida en su carrera, la que se vio interrumpida al estallar la segunda guerra mundial. A Greenberg no hubo que llamarlo, ya que se declaró disponible desde el primer día de este conflicto y con ello la MLB perdió la atracción jonronera de este pelotero. En las 13 temporadas que jugó disparó más de 30 cuadrangulares en seis temporadas, en 1938 fue su máximo con 58. Su regreso a la MLB tuvo lugar en 1945, jugó solo 78 partidos y disparó 13 jonrones, pero en la temporada siguiente despachó 44. No entiendo la razón para que los Tigres vendieran a Greenberg a los Piratas, equipo en el que finalizó su carrera como pelotero, pero con despedida a lo grande, 25 jonrones y 74 impulsadas. De por vida conectó 331 cuadrangulares, 379 dobles y 71 triples, con 1274 impulsadas.
Greenberg sufrió y no poco del antisemitismo prevalente en los EE. UU. en el pasado y no pocas veces estuvo dispuesto a enfrentar al ofensor. Después de su retiro, los Indios de Cleveland le hicieron gerente del equipo y él no dudó en reclutar varios peloteros afro, como fueron los casos de Larry Doby, Luke Easter, Orestes Miñoso entre otros. La Labor de Greenberg le valió ser promovido al puesto de Mánager General de este equipo.
En video que poseo, vi una breve entrevista que le hicieron a Greenberg sobre el mejor slugger de todos los tiempos, él no dudó en mencionar el nombre de Babe Ruth. Afirmaba que todos los lanzadores le temían al Bambino cuando estaba en la caja de bateo y que como él ningún otro. El otro grande es un lanzador nacido en Brooklyn, el cual fue antes de debutar en el béisbol un gran jugador de baloncesto, sus casi 190 cm de altura le permitían desenvolverse bien en el deporte de las bolas y las canastas, pero era también bueno en béisbol. Creo, a la memoria, que él se desarrolló junto con los hermanos Torre, Frank y Joe, en Brooklyn. Hablo de Sanford Koufax, lanzador zurdo que debutara con los Dodgers de Brooklyn en 1955. Por fortuna, tengo su postal del año de novato, la que conservo y sé que vale. En mi infancia llegué a tener cientos de postales y la de Koufax ahí está, pero de este pelotero supe cuando su debut, pero no trascendió, ya que Sandy no lanzó en las series mundiales de 1955 y 1956. Estaba en el bull pen, pero como un aficionado más. En 1959 pasó inadvertido al perder el único juego que lanzó contra los Medias Blancas de Chicago en 1959, pero fue factor importante de las victorias de su equipo, ya instalado en Los Ángeles, en las series mundiales ganadas en 1963 y 1965, donde ganó dos desafíos en cada serie. Tuvo otra serie en 1966, donde no le fue bien y perdió un encuentro. No obstante, de este pelotero no supe más, incluso había pasado al olvido. Como ya dije en otros artículos en el blog, a partir de 1960 la información de los campeonatos de la MLB pasaron a mejor vida en Cuba.
De Koufax se puede hablar mucho, en series mundiales lanzó en 8 juegos, 7 como abridor y logró PCL de 0,95. En un juego de 1963 contra los Yankees repartió 15 ponches, serie que los Dodgers le propinaron pollona a los Yankees, dos juegos de ellos ganado por Koufax. En 12 temporadas regulares ganó 165 y perdió 87, 137 juegos completos y 40 lechadas, con PCL de 2,76, WHIP 1,11, y 2396 ponches en 2324,1 innings lanzados. Entre 1962 y 1965 lanzó cuatro juegos de cero hits, cero carreras. Más detalles visiten el link a continuación:
En 1966 estaba estudiando en Kiev y en el grupo de estudiantes extranjeros había un buen grupo de húngaros, los que recibían regularmente las publicaciones de sus diarios y revistas en la capital de Ucrania. Un día de enero de 1966 vi una portada de la revista Nemzeti sport de ese país. Me llamó la atención, pues era un pelotero el que aparecía ahí, deporte no practicado por los Magyar. Inmediatamente le pedí a uno de ellos me tradujeran lo que se escribía sobre el gigante en portada. Era nada más y nada menos que Sandy Koufax, el cual había sido declarado deportista del año 1965 por la AP. La traducción fue algo difícil, ya que usaba términos beisboleros traducidos al magyar, los que al amigo húngaro le resultaba difícil llevar al ruso. No obstante, me hizo recordar a este pitcher y saber de su excelencia deportiva, sobre sus juegos No-No lanzados. Para mi suerte encontré su postal en casa al regreso a la Habana, que reproduzco a continuación.
“Un ganador es aquel que sale diariamente al terreno y se esfuerza en extremo para lograr algo realizado.” Joe Torres (pelotero-mánager)
Más me gusta comentar en las redes y hacer saber lo que pienso sobre la pelota actual en la MLB, pero por razones que desconozco, ya eso sólo es posible en X (antes twitter) y no en las páginas de los equipos en la web MLB.com. Así que los buenos deseos o críticas me los tengo que guardar, a falta de lo cual utilizo mi espacio en este blog y digo lo que entiendo.
Vivo del otro lado del Océano Atlántico, pero eso no es obstáculo para no ver varios juegos en directo, sobre todo aquellos que se juegan en las tardes en EE. UU. como también ver diariamente juegos condensados de más cinco equipos que sigo, sobre todo por la presencia de peloteros cubanos. Así que estoy muy al tanto de lo que pasa por allá.
En el 2023 los cubanos se destacaron bastante, no puedo decir lo mismo del 2024. Basta con ver que uno solo, Yordan Álvarez, hizo el equipo de la Liga Americana para el juego de las estrellas. Para colmo, el mánager lo dejó batear una sola vez, una interrogante para mí. ¿Se habrá enojado Monsieur Bochy porque Yordan haya hecho swing en 3 y nada? Mis felicitaciones al tunero como quiera que sea, él se cuida y trata de no participar en los derby de jonrones. Seguro estoy que donde él lleva la bola, no son tantos los que pueden hacerlo, pero parece que no es devoto a este tipo de competencia.
¿Quién me iba a decir hace unos años que vería al avileño Adolis García compitiendo en derby de jonrones en la MLB? Lo hizo el pasado año y repitió ahora. Quedó fuera por un sistema que no me convenció, dio 18 palos en condiciones, pero las reglas lo eliminaron pronto. A Adolis le vi debutar con el Ciego de Ávila y era bateador de tacto, rápido en las bases, con un físico nada parecido al que tiene ahora. El Bombi no era un jonronero, pero la hamburguesa parece hacer sus milagros.
Del resto puedo decir que Yandy Díaz inició flojo la temporada, pero ha logrado tomar las riendas y volver a ser el eficiente bateador del pasado año. No dudo que termine sobre los ,300 de promedio ofensivo y con buen OBP. Aunque ahora está en lista restringida del Tampa por razones que desconozco. El mánager Kevin Cash dice que no es nada disciplinario. Randy Arozarena es un ser humano, claro, pero es un pelotero y como tal debe rendir, así que no hay justificación. Ya es hora de que haga los debidos ajustes al bate y reduzca la enorme cifra de ponches recibidos de todas formas, cantado o con swing. En las temporadas de 2022 y 2023 se ponchó 156 veces en cada una, pero ahora anda por 93, de seguir como va, puede llegar a los 180 ponches. Randy puede elevar su OBP con menos ponches y también lograr conectar más jonrones, poder le sobra. Prácticamente cuando escribí esto sobre Randy tal parece que me debe haber oído en el más allá, pues su regreso después del break del juego de los estrellas, ha sido estelar. A los Yankees les conectó con fuerza y oportunidad. El equipo de estos dos criollos, el Tampa Bay, no es el mismo del pasado año, el pitcheo no está a la debida altura, Pepiot no es Glasnow, Eflin no está al nivel de 2023, Shane McClanahan no estará disponible hasta el 2025, Armstrong es eficiente por una entrada, Garrett Cleavinger y Zack Litell es como vengan, Bradley ha mejorado ciertamente, mientras que al bate el RISP más miserable no puede ser. Cuidado si no les da por canjear a su slugger, el mexicano Isaac Paredes. Lo bueno del Tampa es que nunca se dan por vencido y aún perdiendo dan deseos de verlos jugar.
Ya dije de Yordan, no quiero hablar de “Pito” Abreu, es posible que su retiro esté tocando las puertas, quizás sea un mal momento. Lo cierto es que está en la calle y sin llavín. Los Astros comenzaron el campeonato fatalmente, pero han logrado enderezar las cosas y hay que contar con ellos para los play off. Si el pitcheo logra mejorar y añaden otro bate al equipo, los Astros darán batalla.
El otro que sigo, es el peor equipo de la MLB, con el peor dueño, gerencia y mánager de ambas ligas. Hablo de los Medias Blancas de Chicago, los que están de nuevo en rebuilding, parece que sus constructores son de los más malos que pueda haber en los EE. UU. El santiaguero Oscar Colás ya no es esperanza de nada, oportunidades tuvo el pasado y el presente año, pero no las ha sabido aprovechar. Tiene 25 años, así que tiempo tiene aún para componerse y mostrar todo su potencial. Yoán Moncada nuevamente lesionado, este será su última temporada con los Medias Blancas, y nadie le va a pagar 14 millones anuales en el futuro a no ser que tenga más salud y su bate produzca. Defensivamente es una maravilla, pero son muchas cosas por ajustar. Yoán Manuel, el hombre del central Constancia (Abreus), tiene ya 29 años, así que el tiempo vuela y veremos que hará para fortalecer su organismo y evitar las repetidas lesiones. Luis Robert, cuanto me gusta verle fildear en el central, lo hace con elegancia. Su bate suena cuando la choca, pero digo cuando la choca, pues la slider hacia afuera le hace daño y se va con ella con facilidad. Si logra elevar su contacto con la bola, su OBP y promedio ofensivo crecerán. Su poder está ahí, sus batazos son kilométricos y salen como misiles para los jardines. Luis es también propenso a las lesiones, lástima, velocidad le sobra para robar 30 o más bases cada año. Por ahí el rumor que será canjeado, no sé qué clase de rebuilding hace Chris Getz. Los mismos peloteros ya no es que deseen estar en un conjunto que solo sabe perder. Garret Crochet, el zurdo maravilla actual de la Liga Americana, no aceptó contrato a largo plazo con los Medias Blancas. Son cosas que no entiendo, un dueño pidiendo que le hagan un estadio nuevo y es incapaz de mover sus pesetas para mejorar al equipo. Los juegos de los Medias Blancas son aburridos, pues no hay mucho que ver. Otro que el decapitado binomio Hahn-Williams vendía como cosa buena era al jardinero dominicano Eloy Jiménez, a real bust, como dicen los americanos, no sale de un machucón en otro. El bull pen del Chicago WSox es de lo peor que haya visto en mi vida, pero no pasa nada, no sé cuánto le importa esto al dueño, Jerry Reinsdorf.
Sigo al Texas por ver a Adolis batear. Los campeones de la serie mundial 2023 es muy probable que vean la post temporada en su casa por la TV. Su pitcheo no ha dado el efecto necesario. Ofensiva tienen en Semien, Corey Seager, Langford, Smith y Adolis, hombres capaces de cambiar la decoración del juego en cualquier momento de disponer hombres en bases. Monsieur Bochy es de los que ganaba las series mundiales con los Gigantes en temporadas alternas, a lo mejor, irá por igual camino con los Vigilantes, y les tocará en el 2025.
Punto y aparte, los Dodgers, el equipo que se ha gastado un pastón en dos peloteros japoneses, uno muy justificado, el supermán Shohei Ohtani, el hombre que batea y corre, y se dice que volverá a lanzar el año próximo, pero las cosas no han sido iguales con el lanzador Yoshinobu Yamamoto. Realmente me decepcionó cuando los Padres le dieron estaca de todos colores en el segundo juego efectuado en Japón. En los siguientes dos juegos lanzados no fue que brillara, pero luego supo componerse y espero que sea aún mejor cuando regrese, ya que estará fuera de juego hasta agosto. En la pelota japonesa no permitía jonrones, pero en la MLB ya le han dado 6. En este equipo juegan dos cubanos, Miguelito Vargas, el que sube y baja de Liga a criterio del mánager Dave Roberts, y el otro es el oriundo de Mantua, Andy Pages, bueno fildeando en los jardines y con poder al bate. Llama la atención que en esta temporada haya habido tres peloteros oriundos de Mantua en la MLB, ellos son Pages, Arozarena y el lanzador Vladimir Gutiérrez, el que lanzó en un solo juego y le batearon sin piedad en 4 entradas. Los Dodgers tienen un hospital ambulante en estos momentos, varios lanzadores lesionados más otros jugadores regulares como es el caso de esa maravilla de nombre Mookie Betts. A eso sumo que el mánager, Dave Roberts, por más que digan, no es el mejor. Él llega a la post temporada y ahí se queda, excepto en 2020 cuando vencieron al Tampa. Los pronósticos dicen que ellos llegarán a la serie mundial, quisiera equivocarme, pero me parece que este equipo no les llega a otros dos con una ofensiva pronunciada, los Filis y los Bravos. Los Filis chotearon a los Dodgers en tres juegos, una pollona con amplia ventaja en cada juego. Veremos que hará la gerencia de este conjunto hasta el día último de canjes. Los Dodgers para poder avanzar necesitan dos abridores y un bate más de fuerza, el que pudiera ser un antesalista, ¿Isaac Paredes? Hasta ahora la adquisición de Cavan Biggio carece de importancia, eso no añade nada ofensivamente.
Dicen que los Yankees irán a la Serie Mundial también, equipo le sobra para eso, pero y ¿el mánager? Aaron Boone fue un buen antesalista defensivo, pero no creo que como timonel haya hecho lo correcto. Tuvo equipo en las dos últimas temporadas y no pasó nada. Esos supertrabucos no suelen ganar, mejor es tener un equipo más balanceado sin tanto slugger, con más hombres de contacto y velocidad. No obstante, Brian Cashman, el gerente de los mulos y sus superiores han tenido bastante paciencia con Boone. Al momento de redactar estas líneas el equipo pierde más juegos de los que gana, y eso con un dúo de bateadores, Soto-Judge, que acumulan 57 jonrones. El lanzador dominicano Luis Gil, muy dominante, me ha impresionado bastante.
Llegado a este punto, creo que hay tres fuertes candidatos para llegar a la Serie Mundial representando la Liga Americana. Ellos son los Orioles de Baltimore, un equipo muy completo y balanceado; los Astros como ya dije, aunque todavía tienen que sobrepasar a los Marineros de Seattle, y el sorprendente conjunto de los Guardianes de Cleveland, otro equipo que sale a comerse el terreno y está al mismo nivel de ganados y perdidos de los Orioles.
Así que Yankees y Dodgers tienen que ponerse las pilas y apurarse si quieren escenificar una serie mundial como aquellas de los años 50.
Hay otros cubanos que he visto jugar ocasionalmente, muy bien el relevista matancero Cionel Pérez de los Orioles, muy por encima de su compañero avileño Yennier Canó. A Lourdes Jr. le he visto jugando contra los Dodgers y su poder está ahí mismo. En los piratas están Aroldis Chapman con sus lanzamientos meteóricos y el receptor Yasmani Grandal, el que sigue igual ofensivamente que como estaba el pasado año con los Medias Blancas, con bajos promedios. Jorge Soler es un bateador peligroso, pero sus registros hasta ahora van muy por debajo de los del pasado año. El relevista Raisel Iglesias se le ve seguro y establecido como cerrador en un equipo ganador como los Bravos.
En fin, pueda que omita a alguien involuntariamente, pero al final he dicho lo que llevo pensando en las últimas semanas del estado del actual campeonato de la MLB. Es mi criterio, el que puede no ser el suyo, pero a ambos hay que respetarlos, ¿no creen?
“El béisbol es más que un juego, es una forma de vida. Este deporte te enseña sobre el sacrificio, el trabajo de equipo y la perseverancia.” Orlando Cepeda
El gran Orlando Manuel Cepeda, más conocido como Peruchín, falleció el 28 de junio de 2024 en Concord, California, pelotero que vi poco jugar. Había debutado en 1958 con los Gigantes, en su primer año en San Francisco, atrás había quedado el Polo Grounds neoyorquino, y en la nueva sede aparecía la superestrella de Willie Mays, pero otros destacados como Monte Irvin y Hank Thompson ya no estaban en sus filas, por lo que la llegada de Peruchín fue de tremenda ayuda. En ese año de su debut, Cepeda promedió ,312, OBP de ,342 y Slug. 512 producto de 67 XHB, entre ellos 25 jonrones y 96 impulsadas.
Cepeda, nacido el 17 de septiembre de 1937 en Ponce, Puerto Rico, en el seno de una familia pobre, llegó a las Mayores después de haber pasado tres temporadas en ligas menores. En 1957, con los Molineros de Mineápolis, Peruchín rompió la pelota al promediar línea de ,309 ,344 y ,508, con 59 XBH, entre ellos 25 jonrones y haber impulsado 108 carreras. Con tales números no había nada que esperar para que llegara a la pelota grande. Llegó y triunfó, su destacado desempeño le valió el novato del año de la Liga Nacional en 1958 y hacerse dueño de la inicial en su equipo hasta 1959, ya que en 1960 esa posición fue defendida por otro grande de esta franquicia, Willie McCovey, al hombre que los lanzadores no le querían pitchear con hombres en posición anotadora. Cepeda pasó a jugar el jardín izquierdo, aunque también alternaba en la inicial. Así la maquinaria de Frisco se fue engrasando para poder llegar a la serie mundial de 1962 y poder presentar una ofensiva respetable a base de Harvey Kuehn, Mays, McCovey, Cepeda, los hermanos Alou, Ed Bailey y Jim Davenport.
Dije al inicio que le vi poco jugar. En 1959 en Cuba se podían ver juegos de Grandes Ligas por la TV los miércoles, sábado y domingo. La totalidad de los juegos que se televisaban se efectuaban en la costa oriental de EE. UU., era un asunto de horario, por lo que tenía que coincidir que los Gigantes estuvieran por esos lares para ver algún que otro juego de su equipo. Peruchín era muy mencionado por su calidad por los narradores y comentaristas cubanos de la época, hablo de los conocidos Felo Ramírez, Rubén Rodríguez, René Molina entre otros. Después del cuarto trimestre de 1960, adiós a esa pelota, podíamos ver los box scores que el periódico El Mundo, dirigido por Luis Gómez Wangüemert, publicaba hasta su desaparición en mayo de 1968 por ordenes de arriba. Llegó el bloqueo, pero el interno en la isla y nos quedamos con los deseos de saber de los resultados de la pelota grande.
No obstante, la figura o más bien el nombre de Peruchín nunca desapareció de mi disco duro mental y le recordaba como uno de los peloteros boricuas más grandes que haya llegado a la MLB. Peruchín jugó con los Gigantes hasta mayo 1966 cuando fue canjeado a los Cardenales por el lanzador zurdo Ray Sadecki. Con los de Missouri estuvo hasta 1969 cuando nuevamente fue canjeado a los Bravos de Atlanta por el receptor y futuro mánager de los Yankees, Joe Torre. Tres años después vino otro cambio, interesante, por cierto, de los Bravos a los Atléticos de Oakland por el polémico lanzador derecho Denny McLain, estrella durante los 60 con los Tigres de Detroit, el que cumplió condena dos veces, la primera por extorsión y posesión de cocaína, y la segunda por fraude de 52,5 millones en la caja de pensiones. A eso sumen que Mclain había sido suspendido antes de esas condenas, cuando tenía 28 años, por apuestas y lanzarle agua en la cara a dos periodistas. Digo interesante, pues en ese momento McLain era un cadáver como lanzador. Es cierto que en 1972 ya Cepeda no era lo mismo que 14 años antes, pero la realidad es que el valor del boricua era muy superior al de McLain al momento del canje. Con los Atléticos Cepeda duró poco y sus dos últimas temporadas, 1973 y 1974, las jugó para los Medias Rojas Boston y Reales de Kansas City, respectivamente.
Entre sus buenas temporadas aparece la primera con los Cardenales en 1967 cuando ayudó a su equipo llegar a ganar el campeonato de la Liga Nacional y luego la serie mundial enfrentados a los Medias Rojas Boston. En ese año Cepeda quedó de líder en impulsadas con 111, conectó 25 jonrones y 37 dobles, y su línea mejor no pudo ser, ,323, 399 y ,524., lo que le valió el MVP de la Liga Nacional. Su bateo en esa serie mundial fue pobre, tal y como le pasó en la de 1962 con los Gigantes. No obstante, en la siguiente temporada los de Missouri volvieron a ganar en la Liga Nacional. Su ofensiva fue inferior en la temporada regular a la anterior cuando bateó para ,244 de promedio ofensivo y conectó XBH 44, entre ellos 16 jonrones e impulsó 73, pero en la Serie Mundial, ganada por los Cardenales contra los Tigres de Detroit, bateó ,250 con 7 imparables incluido dos cuadrangulares y 6 impulsadas.
En su carrera de 17 temporadas, logró promediar ,297, 350 y 499, con 417 dobles, 27 triples, 387 jonrones y 1365 impulsadas. En 1961 lideró jonrones con 46 y 142 empujadas, y cosas de la vida, quedó segundo como MVP. El gran Frank Robinson lo venció y en buena lid por ese premio. Robinson acumuló OPS de 1015, pero por debajo de Peruchín en jonrones e impulsadas.
Cepeda tuvo sus tropiezos en su vida, de los que me resisto a hablar. Esa historia se la dejo a otros que conozcan más y les apetezca hablar del tema, pero, así y todo, Cepeda logró resultados y méritos suficientes para llegar a Cooperstown al ser exaltado en julio de 1999.
Hoy en la mañana (29 junio 2024) cuando veía el condensado entre los Dodgers y los Gigantes, veía y me enteraba del fallecimiento de este peloterazo. Me llamó la atención el sentimiento mostrado por Bob Melvin, mánager actual de los Gigantes, quien es oriundo de la bahía y seguro estoy que debe haber visto muchas veces a Peruchín jugar.
“Para sobresalir, uno debe estar completamente dedicado a su deporte escogido. uno tiene que estar preparado para trabajar duro y aceptar la crítica constructiva.” Willie Mays
El final de la temporada de 1917 de la Liga Nacional Amateur fue caliente. En juego del 26 agosto de ese año entre el Vedado Tennis Club, los marqueses, contra el Atlético (CAC), varios fanáticos del CAC invadieron el terreno para evitar una victoria de los marqueses. El CAC alegó no reconocer la victoria del VTC, ya que no pudo consumir su última vez al bate en la novena entrada. La reclamación era infundada debido a que los peloteros del CAC abandonaron el juego tan pronto como sus fanáticos invadieron el terreno. La prensa señalaba que esos fanáticos poco después se retiraron sin necesidad de usar fuerza represiva como había reclamado el VTC.
El asunto tuvo su repercusión, el Dr. Alzugaray, presidente de la Liga, renunciaba a su cargo a inicios de septiembre. El 15 de ese mes se publicaba una carta abierta del secretario de los universitarios (Varsity), Andrés García Barreras, en la cual acusaba al CAC de no haber permitido la finalización del juego del 26 de agosto, el que estaba perdiendo, a los que acusaba de provocadores de este incidente. La carta en todo momento quitaba responsabilidad al equipo que iba ganando el desafío, el VTC.
El 28 setiembre el secretario del CAC, Jorge Armando Ruz, presentó una carta en la que su equipo renunciaba el título de campeón de este torneo, cuyas razones expresó con una especie de hará kiri seguido de su apoyo al mánager del equipo y de una crítica a aquellos equipos que querían darle lecciones de civismo al CAC.
Expongo todo este antecedente, pues entiendo que el mismo provocó la salida de varios equipos para jugar en la llamada Liga Inter-Club creada por el Vedado Tennis Club (VTC) en 1918. Ese campeonato se inició el 21 de abril, pero con juegos en el Oriental Park, o sea una semana después de la inauguración de la temporada regular de la Liga Nacional Amateur.
En la Liga Nacional jugaron los conjuntos de Atlético de Cuba, Bellamar (Matanzas), Ferroviarios y Lawton. Por su parte, la liga Inter Club tuvo la participación del VTC, Universidad, Loma Tennis, Círculo Militar y Asociación de Dependientes. Llama la atención que los árbitros para ambos circuitos fueron casi los mismos, Eustaquio Gutiérrez y Alfredo Cabrera, con Julio Franquiz como anotador. Octavio Diviñó, Alfredo Arcaño y Andrés Orgazón también fungieron como árbitros en la Liga Nacional Amateur. Lo interesante es que además de estas dos ligas estaba la Social también. Como dijera un experto en aquel momento, muchas ligas y calidad dispersa.
En la Inter Club el VTC de Julio Sabí se llevó el triunfo en reñida lucha con los Universitarios. Los marqueses traían en sus filas a peloteros como A.M. Cárdenas en la receptoría, José Emilio Obregón en la inicial, Raúl del Monte y E. Valdespino en la intermedia, Bebito Suárez como antesalista, Gustavo Gómez como torpedero y secundado por el joven Jorge Casuso. Los jardines fueron defendidos por el mismo Sabí, Bienvenido Obregón en el central, Carlos Aguilera y Frank Lavandeira, mientras que los lanzadores fueron Antonio Casuso, A. Colás y Vicente Alonso.
Por más esfuerzo que he hecho, la información encontrada sobre los torneos de la Inter Club e incluso de la misma Liga Nacional Amateur de 1919 y 1920 fue escasa. En 1919 el Círculo Militar, dirigido por Mesa, se llevó el banderín, donde la figura clave de esta victoria fue el lanzador zurdo matancero Martín Junco, quien estableció récord de 37 escones consecutivos, 28 de los cuales fueron para un mismo club, y 20 de esos 28 fueron dados en un mismo día.
Sin más remedio salto para la temporada de 1921, en la que jugaron los equipos de la Universidad, VTC, Loma Tennis, La Salle y los Dependientes. Este campeonato, cuyos juegos se efectuaron principalmente en el Víbora Park, fue un paseo para los Universitarios, mientras que el campeón de bateo fue Sergio Cervantes (34-15 ,441). Domingo “Bebito” Suárez anotó 14 carreras y Francisco Bandera robó 12 bases, los tres peloteros de las filas del Loma Tennis.
Al cierre de esa temporada, se enfrentaron el campeón de la Inter Club, Universidad, con el de la Liga Nacional Amateur, el debutante Fortuna. Una serie co-criolla entre “gatos y perros”. La tropa de Pepe Guasch de la Universidad traía en su nómina a César García como receptor, en el cuadro: Juan M. Páez 1B-P, G. Cuervo 1B, Rafael Inclán 2B, Daniel Blanco 3B, Oscar Ortiz SS, Amigo, en los jardines a César Sánchez LF, Porfirio “Bambino” Espinosa CF, A. “Tonilo” González RF, mientras que los serpentineros fueron el oriental José M. Morcate y Luis Camejo, aunque el lanzador principal fue Juan M. Páez. El Fortuna de Juanillo Albear trajo a Alfonso Peña como cátcher, el cuadro fue defendido por René Rodríguez 1B, Joaquín Gutiérrez 2B, J. Miranda 3B y Rafael Quintana SS: los jardineros: Justo Pérez LF, Tomás “Cuco” Reyes CF-P, E. Ruíz CF, Jesús Lorenzo RF, Armando de Juan RF-2B y Morales RF. Los serpentineros fueron el también jardinero Silvino Ruíz y Armando Sansirena.
La serie fue a siete partidos, a ganar 4, y comenzó el 3 de setiembre de 1921. La serie comenzó el día 3. El Fortuna ganó los tres primeros juegos consecutivamente, pero el en el cuarto partido hubo lechada de 2-0 de Juan M. Páez, hazaña que repitió el 24 de setiembre (6-0). Un día después, reñido juego que los universitarios ganaron por la mínima, 2-1, así se emparejó la serie. El 2 de octubre fue el día del juego decisivo, el Fortuna llegó al noveno inning con ventaja de 4-2, pero los universitarios fabricaron rally de 3 y se llevó la victoria final.
En 1922 el campeonato de la Inter Club trajo a cuatro equipos: VTC, Universidad, Loma Tennis y Ferroviario. Fue un torneo corto, en el cual VTC y Universidad quedaron empatados (8-4, 667) y hubo necesidad de una serie extra de 3 juegos, a ganar 2 para decidir el campeón. VTC se llevó el triunfo en el primer partido con anotación de 8-1. Toñito Casuso ganó este desafío, mientras Bienvenido Obregón jonroneaba por los vencedores. José Morcate fue el lanzador derrotado. El segundo juego fue nuevamente victoria para los marqueses con anotación de 10-5, victoria para Francisco Aixalá con relevo corto de Toñito Casuso. En ese partido Bienvenido Obregón volvió a jonronear, mientras Porfirio “Bambino” Espinosa lo hacía por la Universidad. El juego lo perdió Rafael Córdoba relevado por Páez y Cuervo. De esta manera, el Vedado Tennis se coronó campeón de esta justa, pero por razones que desconozco la Universidad fue el equipo que fue a la serie co-criolla contra el Fortuna, campeón de la Liga Nacional Amateur.
Las nóminas de los rivales fueron las siguientes:
Universidad Receptor: Miguel Aguilera (3B-LF) Cuadro: F. Boada 1B, Rafael Inclán 2B, Rafael Córdoba 3B, Oscar Ortiz SS, Jardineros: V. Orta LF, César Sánchez LF, Porfirio “Bambino” Espinosa CF, Antonio “Tonilo” González RF, Prado Lanzadores: Juan M. Páez, Alfredo Pequeño, M. Carzariego, uis. Camejo
Fortuna Director: Juan Albear Receptor: Armando Figarola (1B) Cuadro: Alfonso Peña 1B-C, Luis Puig 1B, Domingo “Bebito” Suárez 2B, Juan Oteiza 3B, Armando Oliva SS Jardineros: Julio “Camarón” Vázquez LF, Tomás Reyes CF, F. Casa RF, Felipe Laza RF Lanzadores: Silvino Ruíz (3B-LF), Raúl Laza y Domingo Vázquez
Una serie rara, a ganar 5 partidos. El primer juego lo ganó el Fortuna, pero la galleta de los caribes fue contundente, 12-5, con un Silvino Ruíz completamente vapuleado. Raúl Laza ganó el tercer juego para el Fortuna con anotación de 3-1. Una vez más Páez victorioso, el cuarto juego fue ganado por los Caribes con anotación de 7-4. El 16 de diciembre Páez volvió a alzarse con la victoria para los Caribes en partido de 8 entradas, el que concluyó con anotación de 16-10, donde no escampó para la mayoría de los lanzadores utilizados. Hubo jonrón de Julio Vázquez por los derrotados y de Rafael Inclán por los Caribes. La serie así se puso 3-2 a favor de la Universidad. El siguiente juego fue una nueva derrota para el Fortuna con anotación de 10-9. Los lanzadores del equipo blanquinegro no pudieron ante el empuje ofensivo de los Caribes. El 24 de diciembre los Caribes triunfaron por quinta vez, la anotación fue muy convincente, 10-4, con victoria para Páez y derrota para Raúl Laza.
La liga Inter Club desapareció en 1922, ya que hubo acuerdo y jugaron todos los equipos en un mismo torneo, el de 1923 de la Liga Nacional Amateur. Fue tregua de una temporada, no hubo Inter Club, pero la Universidad organizó la Liga Federal en 1924, de la que ya se habló con anterioridad:
Fuentes consultadas:la prensa cubana digitalizada de la época, disponibles en las webs de la Universidad de Florida y de la Biblioteca Nacional de España.
“Creo que quien le haya visto jugar, estará de acuerdo que Willie Mays fue el mejor.” Monte Irvin (pelotero y compañero de Mays)
Aunque esperado por su avanzada edad (nacido el 6 de mayo de 1931 en Westfield, Alabama) la noticia del fallecimiento del gran pelotero Willie Howard Mays resulta triste, pero a la vez una oportunidad para recordar sus habilidades y conducta en el terreno, para exaltarlo y hacerle ver a los jóvenes peloteros el ejemplo a seguir. Su excelencia falleció el 18 de junio de 2024 en Palo Alto, California.
Mays era algo más que un pelotero cinco herramientas, ya que en el terreno estaba puesto solo para jugar, nada de broncas, y muy afable con sus compañeros de juego. En 1951 debutó y desde entonces su OPS no se bajaba de ,700. En 23 temporadas en las Mayores bateó seis veces para OPS por encima de 1000. Su rendimiento con los Gigantes ayudó a que esta franquicia asistiera a cuatro postemporadas y cuatro series mundiales, de las que su equipo ganó una en 1954 y gracias en buena parte a su fildeo en el primer juego de esa serie contra los Indios (ahora Guardianes) de Cleveland. Aquel partido iba empatado a 2 carreras en el octavo inning cuando el inicialista Vic Wertz, el que venía encendido, ya había bateado 4 hits en ese juego, incluido doble y triple, disparó batazo por el central, al que Mays le llegó completamente de espalda al home. Se fueron a extrainning y en el décimo los Gigantes anotaron 3 decisivas por jonrón del emergente Dusty Rhodes con 2 a bordo a costa de los envíos del estelar Bob Lemon. Los siguientes tres juegos fueron victorias para los Gigantes, con lo cual se completó la pollona.
Los cubanos estuvimos cerca de verlo jugar con el Almendares en el estadio del Cerro en la temporada de 1950-1951, pero no se hizo realidad debido a una lesión. En ese momento, Mays aún no había debutado con los Gigantes de Nueva York, pero sí venía precedido de buenas opiniones de los cazatalentos que le habían visto jugar para los Barones Negros de Birmingham en la Liga Americana Negro en 1948. Los Gigantes le habían contratado en 1950 y lo mantuvieron por dos temporadas en las Menores, donde bateó para ,477 en 35 juegos con los Molineros de Mineápolis de la Asociación Americana (AAA) en 1951.
Antes de relatar algo más de lo que Mays hizo en las Mayores, quiero hacer un paréntesis para describir lo que este peloterazo hizo en la VII Serie del Caribe (Caracas, 1955). Mays fue parte de la nómina de los Cangrejeros de Santurce, dirigidos por Herman Franks, además de una ofensiva temible, encabezada por el futuro miembro del Salón de Cooperstown, Roberto Clemente, además de Buzz Clarkson en la antesala, Bob Thurman en los jardines, Don Zimmer en el campo corto, y Harry Chiti como receptor. El cuerpo de lanzadores era encabezado por Bill Greason, Rubén Gómez, San Jones y el dominicano Jorge o George “Garabato” Sackie entre otros. En esa serie Mays consumió 14 veces al bate de manera improductiva, preocupante que una estrella se mantenga silenciada en una serie corta de seis juegos. La resurrección llegó cuando sonó jonrón con uno a bordo para dejar al Magallanes de Venezuela al campo. El juego siguiente fue entre Santurce y Almendares, donde nuevamente Mays sonó línea de hit impulsora de la carrera decisiva. El Santurce continuó su paso y Mays produjo paralelamente para asegurar las victorias necesarias de su equipo. Fíjense si Mays bateó después del slump inicial que, conectó nueve imparables (Líder), incluido dos jonrones, empujó 9 (Líder) anotó 6 y logró slugging de .855., fantástico, no tiene otro adjetivo.
Los Gigantes se movieron de la costa Este (Nueva York) al Oeste (San Francisco), donde Mays fue todo un ídolo y llegó a formar un temible one-two con su compañero y tocayo Willie McCovey, cuya ofensiva fue decisiva para que los Gigantes se enfrentarán a los Yankees en la Serie Mundial de 1962, la que perdieron por un pelito. En el séptimo juego de esa serie, la anotación hasta la novena entrada era de 1-0 a favor de los Yankees. Por lo mulos abrió y lanzaba Ralph Terry. La carrera de los Yankees fue anotada por el inicialista Bill Skowron cuando Tony Kubek bateó para doble play. Llegó la novena entrada y los Gigantes no estaban dispuestos a regalar nada. Matty Alou abrió la entrada con toque de hit por los Gigantes. Seguidamente Terry ponchó a Felipe, el hermano de Matty, y a Chuck Hiller. Dos outs y Mays al bate, el que disparó línea por la raya del derecho, que parecía buena para empujar a Alou desde primera. Roger Maris cortó bien el batazo y puso la bola en home como si fuera un chicharo, por lo que Don Mateo Alou fue detenido en tercera y Mays en segunda. Al bate el otro Willie, el McCovey, bateador zurdo. Se caía de la mata, primera desocupada, base intencional, pero detrás venía el boricua Orlando Cepeda. Nada, el librito no funcionó, el mánager Ralph Houk de los Yankees dejó a Terry que le lanzara a McCovey. A esa hora una velita para los santos en Guanabacoa. Al tercer lanzamiento de Terry, McCovey sonó línea que parecía volaba al camarero Bobby Richardson, pero no, saltó y la engarzó, así los Yankees ganaron aquella serie mundial, pero vean que Mays encendió la mecha con dos outs y puso a los Mulos al borde la derrota. Así era Willie Mays.
Veamos algo de las estadísticas de Mays en las Mayores, siempre en la Liga Nacional:
Novato del año en 1951
Asistió a 24 juegos de las estrellas
MVP en 1954 y 1965
Líder de los bateadores- ,345 en 1954
Líder OBP en 1965 (,398) y 1971 (,425)
Líder en slugging en 1954 (,667), 1955 (,659), 1957 (,626), 1964 (,607) y 1965 (,645)
Líder en carreras anotadas 1958 (121) y 1961 (129)
Líder en hits en 1960 (190)
Líder en triples 1954 (13), 1955 (13) y 1957 (20)
Líder en jonrones 1955 (51), 1962 (49), 1964 (47) y 1965 (52)
Líder en bases robadas 1956 (40), 1957 (38), 1958 (31), 1964 (55) y 1965 (63)
Líder en asistencias como jardinero central en 1955 (22), 1956 (14) y 1960 (11)
Líder en doble plays como jardinero en 1954 (9), 1955 (8), 1956 (6) y 1965 (4)
Obtuvo 12 Guantes de Oro como jardinero desde 1957 hasta 1968
Ofensivamente en su carrera bateó para promedio de ,301, OBP ,384 y slugging ,557, con OPS ,940. Conectó un total de 1326 XBH incluido 660 jonrones, 1909 carreras impulsadas y 339 bases robadas. En cinco series mundiales promedió ,230, OPB ,305, Slugging ,325, XBH 3 y CI 6. Defensivamente promedió ,981 en 2842 juegos.
Por esas cosas que uno no logra entender, los Gigantes canjearon a Mays a los Mets por el lanzador Charlie Williams y 50 mil dólares en 1972. Mays era para que se hubiera retirado integrado a su equipo de siempre, los Gigantes, sean de Nueva York o de San Francisco.
A Mays pude verle en algunas tomas de juegos de los años 50 y luego en otros juegos de 1972 y 1973. De una cosa me daba cuenta y era de su velocidad, sabía correr las bases y su fildeo no era aparatoso, sabía medir la bola y moverse en los jardines.
Ha habido muchos grandes del béisbol en el terreno, unos sobresaliendo en una cosa y otros en otras, Mays sobresalía en todo. A mi modesto entender, el pelotero que en la actualidad más se le acerca por su efectividad es Mookie Betts. Mays jugó 24 temporadas y se retiró a los 42 años. Betts tiene once campañas y 31 años, o sea que está casi a mitad de camino. Con el mismo empeño de Willie Mays, Mookie Betts lo podrá igualar. De todas formas, por ahora el mejor es y fue Willie Mays, todo un referente de la excelencia en el béisbol.
«Siempre me imagine que los juegos de Serie Mundial eran los más fáciles de lanzar, ya que el equipo rival no te conoce.” Red Ruffing
La enciclopedia beisbolera doméstica de mi padre solía hablar de las tantas figuras que los Yankees tuvieron en su historia en el pasado. Un día era DiMaggio, otro Bill Dickey, algo para Tony Lazzeri, mucho para Lou Gehrig y Babe Ruth, y entre los lanzadores no dejaba de mencionar a Lefty Gómez y Red Ruffing entre otros.
De Charles Herbert Ruffing es de quien les hablaré en este artículo. Le decían Red por ser pelirrojo, había nacido en el seno de una familia alemana emigrante el 3 de mayo de 1905, eran cinco hermanos, su padre se dedicó a trabajar en duras faenas de minería en Granville, Illinois. El viejo Ruffing se rompió la espalda trabajando como minero carbonero, luego pasó a trabajar en oficina y siguió ascendiendo hasta llegar a ser alcalde de Coalton.
A su hijo Charley no le gustaba la escuela, por lo que a los 13 años colgó los libros y se fue a trabajar en lo mismo que su padre, como minero para ganar 3 dólares diarios. Al poco tiempo se dedicó a acoplar vagones de tren y fue ahí cuando le sucedió algo inesperado e irreversible. Uno de sus pies quedó debajo de una rueda de vagón y ahí perdió 4 dedos de ese pie. Para su suerte, los médicos le salvaron el pie, caminaría con un solo dedo en ese afectado.
Estuvo tiempo alejado del trabajo y también del juego de béisbol, era parte del equipo de la mina y se desempeñaba como jardinero. Durante su rehabilitación anduvo con muletas y un exjugador de ligas menores le aconsejó se dedicara a lanzar. A fin de cuentas, él no podía correr como los demás, así que los jardines era un tema para olvidar.
Ruffing puso empeño y logró dominar como lanzador al jugar en clase B. Cuando tenía 19 años, los Medias Rojas de Boston se interesaron por él y lo adquirieron. En 1924 ya Ruffing era parte de la nómina de los Medias Rojas, pero no era que le fuera bien en este equipo, donde perdío mucho más de lo que ganó. Los Medias Rojas formaban nóminas de bajo presupuesto, Ruffing les cuadraba bien entonces, pero llegado el 1930, los de Boston seguían en la miseria y el propietario del equipo, Quinn, decidió canjear a Ruffing a los Yankees a cambio del jardinero-inicialista Cedric Durst más $50,000. Suerte para Ruffing, salir de la pobreza y caer en un equipo que era idolatrado por muchos en la pelota de esos años.
Con los Yankees fue otra cosa, se sentía más respaldado al campo y comenzó a demostrar su consistencia y su viabilidad ganadora. Seguro estoy que en esos momentos nadie se acordaba de que este lanzador no tenía cuatro dedos de un pie. El pelirrojo tuvo cuatro temporadas de 20 o más juegos ganados, en su carrera logró ganar 273 desafíos con 225 derrotas (,548), buena parte de esas venían de su trabajo anterior con los Medias Rojas. Su PCL fue de 3,80, WHIP 1,34, inició 538 juegos, completó 335 y salvó 18, ponchó a 1987 bateadores en 4344 entradas lanzadas. Fue Líder en victorias 21 en 1938 y en lechadas (5) en 1939. Su WAR a su retiro fue 68,6.
Participó en las Series Mundiales de 1932, 1936, 1937, 1938, 1939, 1941 y 1942, en total siete series, en las que logró 7 victorias y 2 derrotas (,778), completó 8 juegos de los 10 que inició. Su PCL fue 2,52 y WHIP 1,18, con 61 ponches en 85,2 innings. Los Yankees tuvieron en Ruffing a un lanzador muy confiable para este evento supremo de post temporada.
Para el mánager Joe McCarthy no había duda, Ruffing era el lanzador para abrir en el primer juego de Serie Mundial. Sabía que era hombre tranquilo, flemático y consistente. Ruffing acoplaba bien con otros peloteros de su equipo con características similares, como eran los casos del receptor Bill Dickey, y los infielders Frank Crosseti y Tony Lazzeri.
Igualmente, fue un bateador destacado para ser lanzador y medio mutilado de una extremidad, logró promedio ofensivo de ,266 en 22 temporadas, conectó 144 extrabases (98 dobles, 13 triples y 38 jonrones), con 273 impulsadas. De hecho, en varias oportunidades compareció al plato en calidad de bateador emergente.
El gran lanzador se retiró en 1947, temporada que jugó para los Medias Blancas de Chicago. Era de suponer que, por sus resultados y esfuerzo por las razones ya conocidas, Ruffing no tendría mucho tiempo que esperar para llegar al Salón de la Fama de Cooperstown. Bueno, la historia no fue así, pasaron los años y el famoso Bob Feller escribió sobre la consideración que debía haber con algunos peloteros, eran los casos de Luke Appling, Satchel Paige y Red Ruffing. Cualquiera que aspire entrar en el salón de los famosos tiene que llevarse un 75% de los votos, Ruffing nunca llegó a esa cantidad. En 1967 obtuvo 73% de votos y se le concedió “bondadosamente” la exaltación al Salón. A mi entender, toda una ridiculez. Ruffing mereció haber llegado antes y creo que muchos pueden estar de acuerdo con este criterio. Ser estrella vedado de órganos esenciales para la locomoción y el control de los lanzamientos es algo raro.
A los 68 años era miembro del Salón y para recibir ese premio tuvo que ir de Cleveland a Cooperstown en sillas de rueda, había sufrido un primer ictus, luego contrajo cáncer de la piel y finalmente falleció de leucemia el 17 de febrero de 1986 en el hospital de Alturas de Mayfield en Ohio. Pauline and their son Charles Jr. survived.
Los Yankees le recordaron y situaron una placa en su honor en el Yankee Stadium en 2004.
«Uno de los aspectos más bonitos del béisbol es su historia.» James Abbott Anthony (famoso lanzador zurdo y carente de mano derecha)
Lides beisboleras se sobraban a lo largo de todo el país en Cuba, entre esos torneos no faltó uno auspiciado por la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), los que tuvieron su inicio el 30 de agosto de 1942. Esta primera justa se llamó campeonato de la CTC, cuyo secretario general era Lázaro Peña, de las filas del partido comunista. Ya lo sabes, estimado lector, si no lo sabías. Por cierto, la primera bola de la jornada inaugural estaba previsto fuera lanzada por Peña, pero al final lo hizo Leovigildo Vicente, otro dirigente de la CTC.
Los equipos eran amateurs y representativos de los sindicatos de varias empresas o entidades. En ese primer campeonato participaron los equipos de Asociación Nacional Empleados Públicos (ANEP), Centro Benéfico Jurídico, Periódico Hoy, Sindicato Ambrosia, Unión Cigarreros, Federación de Plantas y Aguas, y los Motoristas, en total siete equipos, en los que podían jugar peloteros aficionados de las ligas nacional amateur y social. Estos torneos eran a una vuelta, pero el primero se realizó a dos vueltas debido a los pocos equipos participantes.
Entre las figuras conocidas que participaron en el torneo estaban el receptor Ramón Carneado, los infielders Ernesto Estévez, Santiago O´Hallorans, el antesalista Manuel Quintela y los lanzadores Oscar Ruíz y Waldimiro Arcos en la Federación de Plantas y Aguas; Juan Mercadefe como jardinero y el lanzador Lino Donoso en la Unión de Cigarreros; el jardinero José Antonio “Guineo” Zardón en el Sindicato Ambrosia; el antesalista Eddy Gavilán y el lanzador Armando Roche en el Periódico Hoy; el receptor Manuel Mantara, y los lanzadores Luis “El Herrero” Blanco y Ramón “Moaín” García en el Benéfico, y Pedro Ullrich (hermano de Santiago) por la ANEP.
El Periódico Hoy parecía campeón, pero el 10 enero de 1943 hubo triple empate en el primer lugar, Periódico Hoy, Centro Benéfico Jurídico y la ANEP. En serie extra el Benéfico eliminó al Hoy, mientras que la ANEP hacía lo mismo con el Benéfico para así coronarse campeón.
El torneo de 1943-44 se llamó campeonato obrero, nada de CTC, en el que participaron los equipos de Ruta 29, Ramo del Tabaco (San Antonio de los Baños), Tejar Matos, Sindicato Ambrosia, Periódico Hoy, Centro Benéfico,Sindicato de la Galleta, Unión de Cigarreros, Prácticos de Farmacia, Clínicas y Farmacias, Sastrería San Luis (representativo del Sindicato de la Aguja), Sindicato del Mueble, Federación Plantas Eléctricas, Acumuladores Los Ángeles, Central Amistad y Central Providencia, un total de 16 equipos a jugar en una sola vuelta un todos contra todos.
La Ruta 29 presentó un equipo muy balanceado, entre las figuras conocidas estaba el jardinero Armando “Jo-Jo” Báez, y los lanzadores Mariano de la Puente y Antonio “Lindo” Suárez. El Ramo del Tabaco no se quedó atrás, el jardinero José Mir estaba en sus filas, además de los estelares Julio “Jiquí” Moreno y Gumersindo Monrabal. En las filas del Ambrosia estaba el receptor Celestino Durán, Zardón en los jardines, y los lanzadores Pedro Travieso y Pedro Ullrich. El Hoy presentó a Roche nuevamente como lanzador principal; el Sindicato de la Galleta al entonces jovencito Lino Donoso; el estelar jardinero Hiram González jugó para la Sastrería San Luis, y los eléctricos vinieron con alto voltaje de pitcheo, con Rigoberto Villanorvo, “Coco” del Monte e Ignacio Olachea, además de Eddy Marco en los jardines, Ealo en la inicial, Quintela en tercera y Ernesto Estévez sea en 2B como en el SS. Acumuladores Los Ángeles vino con Juanito Izaguirre, Mario Vega en la antesala, y los lanzadores Luis Zequeira, Luis Alomá y Pedro “Natilla” Jiménez. La presencia de esas figuras de las Ligas Amateur les daba cierto colorido a estos breves torneos beisboleros.
Cuando comencé a leer las nóminas, me dije que los tabacaleros se harían del título, pero no fue así, los guagüeros de la Ruta 29 no creyeron en tabaco ni aguja, y se llevaron el banderín al solo perder un desafío y empatar uno. El campeón tuvo a un Mariano de la Puente perdedor del único desafío de su equipo, pero ganador de casi todos los restantes, y logró el título de pitcheo del campeonato, mientras Mario Díaz Boceta (Sastrería San Luis) se llevaba los departamentos de bateo y de carreras anotadas.
El campeonato de 1944-45 comenzó el domingo 12 de noviembre. Esta vez los equipos participantes fueron: Deportivo Hoy, Acumuladores Los Ángeles, Tejar Mato, Centro Benéfico Jurídico, Ruta 29 (campeones en 1943-44), Estibadores de Regla, Sindicato Telefónico, La Aguja, Ramo del Tabaco, Sindicato del Mueble, Sindicato Ambrosia y Sindicato de Empleados de Crusellas.
Los guagüeros de la Ruta 29 pasaron a un segundo plano, ya que la batalla se concentró entre el Ramo del Tabaco, Estibadores de Regla y el Sindicato Telefónico. Los tabacaleros trajeron una nómina más reforzada, en la que se hallaban experimentados como el camarero Juan Moreno, el antesalista Ciro Nueva, los jardineros Alejandro Montesino, José Mir y Armenio Torres, mientras que los lanzadores fueron el también jardinero Eddy Marco, Gumersindo Monrabal y el as del equipo,Julio Moreno. Los de Regla descansaron sobre los envíos de “Lindo” Suárez, pero al campo lo tenían todo: Miguel López como receptor, Virgilio Arteaga en la inicial, “Huevito” Rodríguez defendiendo el segundo saco, Julio Gómez en la antesala y Jesús Mera como torpedero. En los jardines estaba el también lanzador Ignacio Ferrer, el siempre útil Alberto “Galate” Gómez, Alejandro Rodríguez y José Luis “Jorocón” García. Los del Teléfonos trajeron a José “Cheín” García como lanzador principal, Ramiro Ramírez como cátcher, el inicialista Vicente Quesada, Mario Díaz Boceta en la intermedia, Willy Miranda en el campo corto y Agustín “Tin” Delaville como jardinero.
El torneo concluyó en febrero con victoria decisiva de 6-4 de los tabacaleros sobre los estibadores, juego emocionante y decidido en extra-inning. El equipo campeón tuvo una buena contribución de parte de Jiquí Moreno, el que trabajó 87 entradas y ganó 3 juegos. El jardinero derecho E. Rovira del Periódico Hoy fue el campeón de bateo de la justa.
Un nuevo torneo tuvo lugar en 1945-46, iniciado en octubre, en el que participaron los equipos de Ramo del Tabaco, Estibadores de Regla, Ruta 29, Deportivo Hoy, Acumuladores Los Ángeles, Tejar Mato, Sindicato de la Galleta, Sindicato Telefónico, y los debutantes Sindicato Papeleros y Cartoneros, Flota Blanca, Sindicato Belot, Dependientes de Almacenes, Sindicato Jarcia (Matanzas), Sindicato Papeleros y Cartoneros, Sindicato Arechabala (Cárdenas), Ariguanabo y Sindicato de la Aguja (antes Sastrería San Luis).
Algunas figuras destacadas de otros torneos no participaron esta vez, como fue el caso de Jiquí Moreno, pero el Jarcia vino con una especie de híbrido de Deportivo Matanzas/Hershey, en el que jugaban experimentados como el receptor-jardinero Marcos Monroe, defensores del cuadro como Enrique Hernández, Osvaldo Santacruz, Urso Barrera, J. Gaspar “Curro” Pérez, Antonio “Quilla” Valdés, y jardineros como Mario Díaz, Enrique del Sol y Pedro Echeverría. Los lanzadores fueron el as del Rosario René “Tata” Solís y Renato Castillo. Este equipo vino a ganar y lo logró, pero en reñida batalla con los Estibadores de Regla, los que no se quedaron atrás en nómina, eran prácticamente una versión del Regla B.B.C. de la Liga Amateur. Veamos, “Tango” Suárez como receptor, José Luis “Jorocón” García en la inicial y los jardines, “Huevito” Rodríguez en la intermedia, Julio Gómez e Isidoro Carballeira como antesalistas, Jesús Mera en el campo corto, en los jardines Alberto “Galate” Gómez y Gaspar del Toro. Los lanzadores fueron “Lindo” Suárez y José “Sombrilla” Feo entre otros. Ambos equipos quedaron empatados y hubo serie extra de 3 partidos a ganar 2. Hicieron falta solo dos para que “Tata” Solís se encargaran de los reglanos, el que ganó ampliamente el primer juego y luego relevara para asegurar la victoria del Jarcia en este campeonato.
Por lo visto y comprobado, 1946-47 fue el último campeonato de los proletarios, torneo iniciado el 20 de octubre en el estadio de la Tropical. La primera bola iba a ser lanzada por el entonces director de la DGND y periodista, Luis Orlando Rodríguez, el que el 5 de enero de 1959 se convirtiera en ministro del interior del nuevo gobierno en Cuba. En su lugar, la primera bola fue lanzada por Lázaro Peña, aún secretario de la CTC. Los conjuntos a discutir el título fueron Sindicato de la Aguja, Sindicato Estibadores (Regla), Tejar Matos, Deportivo Hoy, Ramo del Tabaco, Sindicato Telefónico, Sindicato Dependientes de almacenes, Sindicato de la Galleta, Sindicato de los Muebles, Sindicato papeleros y cartoneros, además de Ómnibus Aliados, Sindicato de las Construcciones, Sindicato de Barberos (Bauta) y Havana Docks (los muelles de la Habana).
En el papel me daba la impresión de que la Aguja y los Estibadores eran ambos como conjuntos de Regla, por cierto, los más fuertes del torneo. En la Aguja estaban Argelio Brito como receptor, en el cuadro los hermanos Danny y Rafael Concepción, R. Batista y O. Bosch, en los jardines José Ramón “Cabito” López, y Francisco Pérez como lanzador principal. Por su parte, los Estibadores venían con Miguel López como receptor, los jardineros Roberto Méndez, “Jorocón” García y Alberto “Galate” Gómez, y los lanzadores Ignacio Ferrer y Juanito Izaguirre.
La pelea fue reñida entre ambos conjuntos, al final la Aguja sólo perdió uno y empató otro, pero los Estibadores perdieron 2 y por ahí se les fue el banderín. Los otros cercanos fueron Tejar Matos, Deportivo Hoy empatados en el tercer y cuarto lugar. El 21 de febrero fue la despedida a estos breves, pero interesantes torneos.
Nota: la única fuente utilizada fue la del periódico Hoy, diario que publicaba los box scores de casi todos los partidos de estos campeonatos, información disponible y digitalizada por la Universidad de Florida.
“Un equipo que gane un campeonato no es precisamente destacado, se puede considerar bueno uno que gane dos, pero aquel que gane tres o más consecutivamente es el que logra la grandeza.” John McGraw (legendario ejecutivo y director en la MLB)
La llamada pelota semiprofesional se jugaba en Cuba desde los años 30 del pasado siglo. Al no poseer detalles de esa pelota en esa década, si les voy a dar una descripción de lo ocurrido en los 40, aunque de antemano es ineludible reconocer que los primeros campeonatos semi pro fueron aquellos organizados hasta 1940 dentro de los campeonatos de la liga Inter-Fuerzas Armadas. Varios profesionales surgieron y se desarrollaron en esa liga, algo que ya he apuntado con anterioridad, entre ellos están Alejandro Crespo, Héctor Rodríguez del Regimiento 7, líder de los bateadores en la justa de 1938; Rogelio “Mantecao” Linares con la Marina de Guerra; “Sagüita” Hernández con el Regimiento 6 (Columbia), entre otros. Inicialmente no había ningún orden en el número de profesionales que podían jugar en cada equipo de esa liga hasta que antes de comenzar el campeonato de 1939, el ejecutivo de la Liga, presidido por el teniente León, tomó la decisión de admitir un máximo de tres peloteros profesionales por cada equipo.
Esos torneos fueron un progreso en la pelota cubana, ya que admitía a cualquier pelotero sin importarle el color de la piel, algo que la elitista y supremacista blanca Liga Nacional Amateur no permitía. La Liga Inter-Fuerzas Armadas sirvió para que la xenófoba Nacional Amateur se viera en la obligación de permitir peloteros negros en las filas de las selecciones nacionales. Así pudo el zurdo Wenceslao González integrar el equipo Cuba de 1939 y el receptor Carlos Colás en 1940, ambos provenientes de los campeonatos de los militares.
Los campeonatos semipro organizados tomaron más auge cuando los torneos de los militares cesaron en 1940. Hubo un intento de resucitarlos en 1942, pero no se logró, en su lugar organizaron torneos anuales de softbol. En los semipro no había discriminación, solo que quien ahí jugara no podía volver al béisbol amateur, pero si se daba el caso de varios peloteros profesionales jugando al nivel de semipro en momentos de ninguna actividad beisbolera profesional o de no poseer de momento algún contrato en los EE. UU. o México.
En 1941-42 se organizó el campeonato de la Liga Popular con la participación de los conjuntos de Deportivo Única, Ambrosia, Deportivo Contreras, Ruta 10 y 11, Predilecta y Sindicato Motoristas. Fue un torneo a dos vueltas y concluida la primera, los equipos clasificados podían reforzarse hasta con tres peloteros. Fue un campeonato interesante, de muchas altas y bajas en la tabla de posiciones, hasta que la Predilecta se llevó el banderín derrotando en desafío extra al Deportivo Única. En las filas de la Predilecta jugaban Catalino Ramos, Pedro Jorrín, Mauricio Funes, Miguel Ángel Nicolás, Manuel Domínguez como jardinero y lanzador, los pitchers Wilfredo Salas, Justiniano González, Antonio “Loco” Ruíz (también infielder) y Oscar “Diamante” Amaro. La Única, por su parte, trajo en su nómina al receptor Rubén Borroto, al infielder-lanzador Pedro “Chino” Ibáñez, al torpedero Armando Ledesma SS, y a los lanzadores Juan Alfaro, Joaquín Téllez y el as principal, Juan “Bibi” Crespo, hermano del gran Alejandro.
En 1942 hubo un torneo de esta liga, en el que participaron los equipos de Casa Ferro, Rutas 10 y 11, Deportivo Oliveite, Esso, Rutas 23 y 25, Farmacia Salvador y Músicos B.B.C. Sus resultados no los encontré en la prensa disponible. Es de suponer que, si no se informan los resultados, no hay nada que publicar. Tampoco la prensa poseía agentes para estar recopilando los resultados de cada juego en las distintas ligas nacionales y locales.
En 1943, hubo dos campeonatos, casi paralelos, por un lado, el llamado comercial, en el que jugaron los conjuntos de la Predilecta, Deportivo Contreras, Havana Electric, Orbay y Cerrato, La Única, La Pasiega, Ambrosia, El Baby, Marianenses y Rutas 23-24-25, y por otro el auspiciado por la Dirección General Nacional de Deportes (DGND). Primero veamos a los torneos de la comercial.
En el campeonato de 1943 el Deportivo Contreras, dirigido por Rafael Contreras, se llevó el triunfo, merecido por su juego y por el trabuco que presentó, en el que jugaban receptores como Fermín “Strike” Valdés, Ramón Couto y Raúl Aragón, en la inicial Rogelio “Mantecao” Linares, Pedro “Charolito” Orta en la intermedia, Luis Minsal en la antesala, y Cándido Mora o Francisco Pedemonte como torpederos, En los jardines estaban Avelino “Belito” Álvarez, Andrés Vázquez y Rogelio Bolaños, mientras que los lanzadores fueron Silvio Romero, Mario Lecubet, Julio Alfonso y Leandro Forbes. Mario Lecubet fue el campeón de pitcheo al ganar siete desafíos y Claro Duany (Ambrosia), bateando horrores, se llevó el de bateo. La antesala del Ambrosia fue defendida por Orestes Miñoso. En las filas de Orbay y Cerrato jugaron Chiflán Clark como jardinero-inicialista, Conrado Pérez como infielder, y Leovigildo Xiques como jardinero central.
La comercial de 1944 tuvo la participación de los conjuntos de Deportivo Contreras, Marina (de Pinar del Río), Ambrosia, Orbay y Cerrato, La Única, El Baby, Rutas 23 y 25, y Marianenses. La sonrisa esta vez fue para la Marina gracias a la labor de una especie de Shohei Ohtani de la época, hablo de Raimundo “Ray” Gavilán, oriundo de Piloto, Pinar del Río, hombre que lanzaba y bateaba como el mejor, quien además de lanzador, jugaba los jardines y la inicial. Gavilán era pitcher de todas las semanas, por lo que logró ganar 19 juegos, lanzar 20 escones consecutivos, récord para la liga, a la vez que hasta el 3 de setiembre de ese año tenía 14 jonrones y 44 impulsadas. En ese momento, Gavilán superaba (,463) en una centésima el promedio ofensivo de Orestes Miñoso, quien logró finalmente aventajarlo y al ausentarse en los últimos juegos de su equipo, le arrebató el título de bateo a Gavilán y le privó de la triple corona ofensiva. La Predilecta presentó a un jardinero ex juvenil muy efectivo, Ángel Ibáñez, luego convertido en “guagüero”, el que después alternaba su juego en Cuba y Panamá.
En 1945 no hubo equipo Marina de Pinar, se cambió el nombre, se llamaba Mayca, también de Pinar. De los dos campeonatos anteriores estaban Ambrosia, Deportivo Contreras, Orbay y Cerrato, la Única, El Baby y Havana Electric, mientras que debutaban los conjuntos de Corona, Tabacos Beck, Bar Tuyo y Mío, La Parisien, Portuarios (Matanzas), Estrellas de Porto, Ruta 4, Ruta 16, y Motoristas y Conductores. Ambrosia contó con los servicios del lanzador Oscar “Diamante” Amaro para llevarse el banderín viniendo de abajo para finalmente superar al Mayca. Que conste que ni Miñoso, ni Duany estaban en el equipo campeón esta vez. Muy lamentable que Orbay y Cerrato haya abandonado este campeonato en sus mismos inicios. Ofensivamente el veterano Rogelio Bolaños del Deportivo Contreras fue la sensación al promediar por encima de los ,400.
Pinar no dejó de cambiar nombre nuevamente, para 1946 fue Campa S.A., equipo que contó nuevamente con la ofensiva de Ray Gavilán, líder en jonrones e impulsadas, mientras que su lanzador principal, Ruperto Cruz, también se llevaba el liderato de los bateadores. Hubo nuevos equipos como Motorola, Buena Vista de San Luis, Ironbeer, Estrellas de Álvarez, Villa Roja (Artemisa), además de los tradicionales la Predilecta, Estrellas Porto, Orbay y Cerrato, Havana Electric y Tabacos Beck. La ausencia de Ambrosia se hizo notar.
Estos fueron los torneos de la comercial recopilados. Estaba el otro campeonato semipro auspiciado por la Dirección General Nacional de Deportes (DGND), cuyo primer torneo tuvo lugar en 1942, en el que jugaron equipos conocidos del otro circuito comercial, como fueron Orbay y Cerrato, Ambrosia, la Predilecta, La Pasiega, Havana Electric, Deportivo Única, Estrellas Contreras, además de Cinzano, El Modelo, Papelera Moderna y Ómnibus Aliados. La lucha por el banderín fue reñida, Orbay y Cerrato no cedió y finalmente triunfó. En sus filas estaban el antesalista Héctor Rodríguez, además de los jardineros “Chiflán” Clark, Leovigildo Xiqués y a tiempo parcial el veteranísimo Alejandro Oms. Otros destacados en acción fueron Pedro Formental y Claro Duany en la Pasiega, los lanzadores Juan Eckelson en el Modelo, Wilfredo Salas y el inicialista Rubén García 1B (hermano de Silvio García) con el Cinzano, “Charolito” Orta, Villa Cabrera, Manolo Fortes, Rogelio Bolaños, además de los lanzadores Mario Lecubet y Wenceslao González en Estrellas Contreras; Juan Crespo en el Deportivo Única, y Avelino Cañizares en el Havana Electric.
El II campeonato de la DGND en 1943 trajo otra composición de equipos. En este torneo a tres vueltas jugaron el Norton, Ruta 16, Estrellas Valdés, Relámpago, Casa Barcalá y Ómnibus Aliados. El campeón fue el Norton dirigido por Julio Rojo, equipo en el que jugaban hombres como Pedro “Kiko” Gutiérrez en la receptoría, Rubén García 1B, Catalino Ramos 2B, Pascual Triana 3B, José Dópico SS, en los jardines Gerardo Toyo, Amado Ibáñez y Rogelio Bolaños, con Brígido Ferrer, José Ballester, Wenceslao González y “Yuyo” Acosta como lanzadores. Otros conocidos en otros equipos fueron “Charolito” Orta, Leandro Forbes y Jorge Comellas en el Relámpago; los lanzadores Antonio Estrella y Tomás de la Cruz en la Ruta 16. Como ya dije, en 1943 los dos campeonatos semipro transcurrieron casi paralelamente y la Comercial se llevó lo mejor para su campeonato. Algunos peloteros jugaban paralelamente en ambas ligas semipro. Por citar solo dos ejemplos, estaban los lanzadores Luis Safora (Ambrosia y Predilecta en la comercial y Ómnibus Aliados en la DGND) y Guillermo “Limonero” Sánchez (Estrellas Valdés en la DGND y El Baby en la comercial) en 1943.
El tercero, por mi cuenta, y último organizado por la DGND fue en 1944, con equipos como Ruta 16, Revestidora de Gomas, la Parisien, Ruta 4, Rutas 10 y 11 (como había guaguas entonces), Ron Pinilla y Estrellas Porto. Ruta 16 presentó a un cuchillo de lanzador, nada más y nada menos que al zurdo Adrián Zabala, quien ganó 10 de los 11 juegos que lanzó, además de haber jugado los jardines y haber bateado con oportunidad. Zabala se fue del torneo unas semanas antes del final producto de un contrato recibido para jugar en México, así y todo, dejó a su equipo en la cima, el que tuvo que pelear duro con la Revestidora de Gomas, equipo que traía otro cuchillo llamado Wenceslao González. Hubo empate y tuvieron que ir a serie extra de 3 a ganar 2, donde finalmente los guagüeros de la 16 se llevaron el banderín. Zabala ausente, pero Juan “Bibi” Crespo supo superar la adversidad y ganar los juegos necesarios para el campeonato. Ignacio Ramírez, jardinero de la ruta 16, se llevó el campeonato de bateo con promedio de ,436. Los infielders Cándido Morales y Julio “Witto” Villafranca jugaron de maravillas para la Revestidora. El primero fue líder en bases robadas y anotadas, mientras que el Witto fue el máximo impulsador del torneo. El receptor inicial en el conjunto de la Ruta 10 y 11 fue Fermín Guerra, el que igualmente se retiró de la justa en cuanto fue llamado por su equipo en los EE. UU.
Las fuentes consultadas son: Diario de la Marina desde 1938 a 1940, Crisol en 1944, y Hoy desde 1939 hasta 1947.
«Qué ser humano tan decente. Cuánto me ayudó. Pero se niega a llevarse el crédito« Jackie Robinson sobre Pee Wee Reese
En 1941 los Dodgers habían visitado Cuba para entrenarse, así que eso no era nada nuevo. Parece que al equipo neoyorquino le gustó esta visita y la repitió en 1942, en la que sostuvo una serie de cuatro juegos, todos a efectuarse en el estadio de la Tropical, contra una selección cubana de la liga profesional.
El equipo cubano, dirigido por José Rodríguez, vino integrado por los receptores Fermín Guerra y Carlos Colás, el cuadro fue defendido por Regino Otero 1B, “Cocoliso” Torres y “Pollo” Rodríguez en segunda, Napoleón Heredia 3B, Silvio García SS. Los jardineros fueron Alejandro Crespo, Pedro Pagés, José “Huesito” Vargas y Santos Amaro. Como lanzadores estuvieron los zurdos Agapito Mayor, Julián “Yuyo” Acosta, los derechos Rodolfo Fernández, Gilberto Torres y Tomás de la Cruz.
Los de Brooklyn, dirigidos por Leo Durocher (Leo the lig), vinieron con peloteros de calidad como el torpedero Pee Wee Reese, el antesalista Arky Vaughan, el jardinero central Pete Reiser, el receptor Mickey Owens, y los lanzadores Kirby Higbe y Johnny Allen.
El primer juego se efectuó el 4 de marzo, en que el derecho Tomás de la Cruz rindió una extraordinaria labor al dejar al conjunto neoyorquino en 7 imparables y una carrera, la que se produjo en la tercera entrada por infield hit por tercera del antesalista Arky Vaughan con Mickey Owen en primera por base por bolas y cañonazo impulsor del jardinero central Pete Reiser. Así y todo, el conjunto cubano ya había marcado dos frente al abridor Kirby Higbe, muy descontrolado, al otorgar cuatro bases por bolas, pero las carreras fueron producto de doblete el antesalista Napoleón Heredia con línea al derecho, toque de sacrificio del camarero Jorge Juan “Cocoliso” Torres, base al inicialista Regino Otero, incogible de Tomás, en 3-2, entre tercera y sior para que Heredia anotara, estaba en 3-2, el hombre proa, el jardinero central Pedro Pagés, despachó otro imparable con lo que Regino anotó la segunda y decisiva carrera del juego. No hubo más, los Dodgers utilizaron a los lanzadores Curt Davis y Johnny Allen en lo sucesivo (ver box scores de todos los juegos abajo).
El segundo tuvo lugar el 6 de marzo, fatídico para los cubanos, Gilberto “Jibarito” Torres abrió en el montículo por los cubanos y los Dodgers se animaron a batearle al conectarle 10 incogibles y anotarle 4 carreras. Entre esos imparables hubo dos jonrones, uno del torpedero Pee Wee Reese y otro del inicialista Lester K. Burge. Gilberto de Regla fue relevado por Rodolfo Fernández de Guanabacoa, quien lanzó mucho mejor, el que no permitió más libertades y se mantuvo hasta el noveno cuando fue sustituido por un emergente. Los cubanos anotaron 3 en el octavo y una en el noveno para empatar el desafío. Dos de esas carreras se debieron a la pérdida del batazo por el sol de parte del jardinero Jack Graham, lo que fue salvación para que los cubanos anotaran y no se quedarán sin anotaciones en esa octava entrada. Feliz debe haber estado el mánager José Rodríguez. En el undécimo los Dodgers marcaron dos sobre los envíos del zurdo Julián “Yuyo” Acosta para así garantizar la victoria. “Cocoliso” cometió dos errores en este partido, uno de ellos costoso, al permitir una anotación de los visitantes. Carezco de otro detalle y fue la expulsión en este juego del mánager de los Dodgers, Leo Durocher, y del también mánager de los Reales de Montreal, Clyde Sukefort, por decisión de Amado Maestri. Supongo que Durocher, conocido por ser pendenciero, se haya pasado en alguna protesta de jugada y Maestri, el que nunca se anduvo con pañitos calientes, decidió expulsar a ambos. Aclaro que esta expulsión fue en el segundo y no en el primer juego como he leído en otra fuente.
El tercer juego se efectuó el 7 de marzo, donde Alejandro Crespo realizó el gran fildeo, del que todavía se recuerda por los aficionados a este deporte. Esa cogida sucedió en la tercera entrada sobre batazo del gran Pee Wee Reese. Crespo se encaramó sobre las cercas del jardín izquierdo y con una mano engarzó una pelota que se iba de jonrón. Después del fildeo, Crespo se quedó balanceándose en la cerca. Imagínense al público cubano, eufórico por todo lo alto. Poco antes Napoleón Heredia había realizado otro fildeo de maravillas en la antesala, mientras que el zurdo Agapito Mayor mantuvo a los campeones de la Liga Nacional en 1941 en 2 carreras y así llegar empatados hasta la novena entrada. El derecho Ed Albosta había también contenido la ofensiva después de relevar al abridor Ed Head, pero en el noveno con un out, Regino Otero disparó su segundo hit del juego, Agapito bateó para forzarlo en segunda. El toque no era indicado con un out cedido por Fermín Guerra. Pedro Pagés, del cual me han contado muchas cosas buenas, se anotó infield hit y Mayor se metió en segunda, lo suficiente para que anotara con sencillo de línea al derecho del camarero Arturo Antonio “Pollo” Rodríguez, y el canguro, Santos Amaro lo imitó para traer la segunda de la entrada en las piernas de Pagés. Los Dodgers no se amilanaron y llegaron a situar hombres en segunda y tercera con dos outs, pero Agapito no estaba para bromas y dominó al antesalista Lew Riggs. El cuarto juego y último de esta serie fue un paseo para el conjunto cubano con la ayuda del brazo de Rodolfo Fernández, quien se dio el gusto de blanquear a los visitantes, a los que dejó en 7 indiscutibles. Sus compañeros fabricaron tres anotaciones, dos en el tercero y una en el sexto al ligar bien cinco incogibles. Para el Rudy era su segunda lechada ante equipos de Grandes Ligas, ya que en 1937 pintó de blanco a los Gigantes de Nueva York. Bonito resultado, victoria de 3 ganados y 1 perdido contra los Dodgers de Brooklyn, de los grandes de la Liga Nacional. Por otro lado, los aficionados pudieron ver a una serie de peloteros estrellas en la MLB, los que tuvieron que marchar ese mismo año al servicio militar debido a la segunda guerra mundial.
Fuentes: los números correspondientes del periódico HOY, marzo 1942, digitalizados y existentes en los archivos de la Universidad de Florida.
“Batear es como nadar, una vez aprendes a batear, nunca se te olvida.” Stan Musial (estrella de los Cardenales St Louis en los 40-50)
Los topes de béisbol entre equipos cubanos profesionales con sus similares norteamericanos eran frecuentes cada año. Otros enfrentamientos eran muy raros, era el caso de equipos universitarios estadounidenses contra amateurs cubanos. Enfrentamiento entre conjuntos semipro solo he visto este que aquí se describe.
Era una selección de peloteros de la liga comercial semipro contra el Williamsport, el cual venía integrado por peloteros cubanos que jugaban a este nivel en EE. UU. No perdamos de vista que los profesionales cuando no tenían contrato se iban a jugar en la semipro hasta tanto se les diera la oportunidad de jugar en alguna liga profesional oficial. Así que no es extraño que muchos de los nombres que verán en el Williamsport eran ya profesionales cubanos otrora amateurs.
En Cuba se jugaba pelota semipro desde hacía años, existía una liga auspiciada en parte por la Dirección General de Deportes y otra, la comercial, con equipos costeados por sus empresas respectivas. A la larga, la comercial era la única activa en el occidente del país en 1945, por lo que los peloteros y nombres de equipos que verán abajo eran de esta liga.
El torneo se desarrolló en la Habana entre los días del 2 al 6 de octubre de 1945 en el terreno de la Tropical. La nómina de la selección de la comercial semipro cubana fue la siguiente: Director: E. Valdés, auxiliares- Avellana Cobas y Pepín Pérez. Receptores: Pedro Díaz (Motoristas y Conductores), Victoriano Sosa (Tabacos Beck) y Juan A. Machado (Corona). Cuadro: L. “Cucho” Hernández (Estrellas Porto) y Rubén García (Corona) 1B, Pedro Orta (Deportivo Contreras) y T. Martínez 2B (Ambrosia), Pedro Torres (Mayca) y L. “Toro” Molina 3B (Ruta 4), Agustín Campuzano (Corona) y Osmaro Blanco (Ambrosia) SS. Jardineros: Ray Gavilán (Mayca) y Mario “Chacumbele” Díaz (Ruta 4) LF, Ángel Ibáñez (Mayca) CF, Martín Miró (Corona) y Andrés Mesa (Ambrosia) RF. Lanzadores: Wilfredo Salas (Deportivo Contreras/Corona), René Santiesteban (Ambrosia), Juan Eckelson (Portuarios/Matanzas), “Bibi” Crespo (Corona), Rafael Gorostiza (Bar Tuyo y Mío), Francisco “Cayuco” Martínez (El Baby/Ambrosia).
Por el Williamsport estuvieron: Director: Daniel Parra Receptores: Rogelio Valdés, Mario Díaz. Cuadro: Virgilio Arteaga 1B, Héctor Aragó 2B, Miguel Lastra 3B y Daniel Doy SS. Jardineros: “Guajiro” Fernández LF, Oscar Garmendía CF, Manuel “Chino” Bernal y Agustín Delaville RF. Lanzadores: Daniel Parra, Luis “Wito” Alomá, Joaquín Gutiérrez, «Yuyo» Acosta y José Traspuesto.
Los árbitros en este tope fueron R. “Moralitos” Morales, Payans y Bernardino Rodríguez, mientras el anotador fue Lito Arce.
El primer juego, el del 2 de octubre, fue suspendido, pero en el del 3 de octubre Bibi Crespo logró la victoria al pintar de blanco a su adversario y dejarlos en 4 imparables, mientras sus compañeros fabricaban 8 anotaciones frente a los envíos de Gutiérrez y Traspuesto, lo que obligó al director y lanzador zurdo Parrita entrar al montículo para aplacar la ofensiva de la selección nacional. Llamó la atención que los locales situaron a Ray Gavilán, el jardinero derecho, como noveno al bate, hombre de extraordinario poder y bateo. El segundo juego fue victoria para los locales con pitcheo de Francisco Martínez, quien celebró su cumpleaños (4 octubre), al dejar en una carrera y 7 indiscutibles a su rival de Williamsport, así logró victoria de 8-1. Esta vez Ray Gavilán fue cuarto en la alineación.
El tercer juego cambió las cosas cuando Parrita se hizo cargo del montículo del Williamsport y logró la victoria 4-3, con derrota para Wilfredo Salas. En realidad, no hubo pitcheo hermético, el Williamsport bateó 11 incogibles por 10 de los locales. Williamsport salió adelante al marcar sus 4 carreras en la segunda, tercera y cuarta entradas, mientras que los locales anotaron 3 en el cuarto y quinto innings. El sábado 6 de octubre hubo doble juego, el que resultó división de honores y victoria en la serie para el equipo cubano. El primer juego concluyó 7-6 a favor del Williamsport, con rally de 5 carreras en las postrimerías que les dio la victoria. El lanzador ganador fue José Traspuesto como relevista en una entrada. En el último y decisivo partido, los locales ganaron 5-4 después de borrar una desventaja de 4 carreras entre el cuarto y sexto innings con victoria para Bibi Crespo, quien relevó al abridor Juan Eckelson.
Este enfrentamiento es una muestra de que el nivel de la pelota semipro en Cuba competía con el que se jugaba fuera del país, así fuera los EE. UU. No se puede olvidar que varias figuras de la pelota profesional pasaron por las ligas semipro como preparación para ligas superiores. Entre esos jugadores estaban Héctor Rodríguez, Avelino Cañízares y el gran Orestes Miñoso entre otros.
Fuentes consultadas: exclusivamente los números del periódico Hoy en las fechas comprendidas entre 25 setiembre- 7 octubre 1945. Son copias digitalizadas por la Universidad de Florida.
“El béisbol abarca talento, trabajo duro y estrategia, pero en un nivel más elevado, abarca amor, integridad y respeto” Pat Gillick (ex lanzador y ejecutivo del béisbol profesional)
El 7 de marzo de 1946 el conjunto de los Nacionales de Washington, luego Senadores, visitó la Habana, el objetivo era enfrentarse en juegos de exhibición con los Medias Rojas de Boston y luego enfrentarse a una selección cubana de peloteros profesionales.
Un poco de historia de este equipo, desde 1872 ha habido equipos con este nombre, pero no nos confundamos, ya que no todos pertenecen a la misma franquicia. A partir de 1891 hasta 1899 hubo un equipo denominado como Senadores de Washington, al cual también le llamaban Statesmen (hombres de estado o gobernantes). En 1901 reapareció otro conjunto de los Senadores en la Liga Americana, el cual se mantuvo hasta 1960 cuando fue sustituido por los Mellizos de Minnesota, aunque en 1961 surge una nueva franquicia con el nombre de Senadores de Washington, el cual se mantendría hasta 1971 para entonces ser sustituido por los Vigilantes de Texas, los que, por cierto, son campeones de Serie Mundial en 2023. No obstante, los primeros Senadores a veces cambiaban de nombre, ignoro la causa, y se llamaban Nacionales, como sucedió en 1946.
El Washington fue equipo sotanero históricamente y no muy dado a invertir en peloteros estrellas. El siciliano Joe Cambria iba y venía de Cuba a EE. UU., y contrataba de manera económica a varios peloteros cubanos, Roberto Estalella fue el primer agraciado en la lista. Varios de ellos se revelaron como piezas eficientes en los equipos que militaron, ahí están Fermín Guerra, Conrado Marrero, Camilo Pascual, Pedro Ramos, Sandalio Consuegra entre otros. Era una forma de darle vida al equipo, propiedad de Clarke Griffith, una especie de Jerry Reinsdorf antiguo, actual dueño de los Medias Blancas de Chicago, del cual ya se ha hablado en este blog. La visita del Washington también buscaba identificar en esa serie a peloteros cubanos a contratar.
Los Medias Rojas de Boston llegaban a la Habana el 8 marzo y el 9 de marzo se enfrentaban estos dos conjuntos de la Liga Americana, en juego que los Nacionales ganaron 10-9. Un jueguito cualquiera lo pierde, pero un campeonato no. Los Medias Rojas se coronaron campeones en esa temporada de 1946.
Así todo quedó preparado para iniciar una serie de cinco juegos contra la selección cubana. Que conste, la entrada a estos juegos de exhibición fue gratuita, todos efectuados en el estadio de la Tropical.
El Washington vino con la siguiente nómina:
Receptores: Mario Díaz, Rogelio Valdés Cuadro: Mickey Vernon 1B, Jerry Priddy 2B, Sherry Robertson 3B, Cecil Travis SS, Ángel Fleitas Jardineros: Jeff Heath, Stan Spence, Buddy Lewis, Paul Campbell Lanzadores: Dutch Leonard, Marino Pieretti, Pete Appleton, Bill Lefebvre, Walt Masterson, Max Wilson, Mickey Haefner, Roger Wolff Observen que los Nacionales traían dos receptores cubanos, uno de ellos, Mario Díaz nunca llegó a las Mayores. Era defensivamente un excelente receptor, a quien alcancé a ver jugar en mi niñez. Lefebvre y Appleton era lanzadores invitados al entrenamiento. Faltaron dos de los regulares, ellos fueron el antesalista Billy Hitchcock y el jardinero Joe Grace.
Los cubanos trajeron a: Receptor: Fermín Guerra Cuadro: Santos Amaro 1B, Carlos Blanco 1B, Chino Hidalgo 2B-3B, Héctor Aragó 2B, Armando Gallart 3B, Gilberto Torres 2B-SS, Silvio García SS Jardineros: Alejandro Crespo, Francisco Campos, Claro Duany, José Zardón. Lanzadores: Jorge Comellas, Manuel Acosta, Julio Moreno, Rafael Rivas, Manuel “Cocaína” García, Raúl Díaz.
Hay que felicitar a Gilberto Torres y a Fermín Guerra, ya miembros regulares en el equipo de Washington, pero que decidieron jugar dentro de la selección cubana.
El juego del martes 12 de marzo resultó en derrota para la selección cubana, la que resultó derrotada con anotación de 6-3 (ver box scores abajo). Comellas fue el lanzador derrotado. Por los cubanos Alejandro Crespo jonroneó.
En el siguiente juego, los norteamericanos masacraron al pitcheo cubano, al que le dispararon 16 imparables. Las víctimas de esta ofensiva fueron Jiquí Moreno, Cocaína García y el zurdo Rafael Rivas. Claro Duany jonroneó por los cubanos, equipo que bateó 13 hits, pero anotó solo 6 veces por 13 de los vencedores.
El tercer juego (14 marzo 1946) fue otra victoria para el equipo de las Mayores con Mickey Haefner y Roger Wolff en el montículo, los que solo permitieron 3 anotaciones al conjunto cubano. Yuyo Acosta fue el lanzador derrotado. El 16 de marzo fue más de lo mismo, el Cuba derrotado 8-3, juego en el que la defensiva de los derrotados lloró por su ausencia, cuatro marfiladas, dos de Gilberto Torres como camarero. La despedida llegó el 17 de marzo con sonrisa para el Washington y así terminar la serie con pollona. El marcador final fue de 10-6, justo reconocer que Jorge Comellas mantuvo a los norteamericanos en una carrera hasta que en el sexto le marcaron 3 carreras.
La selección cubana era de buen nivel, pero, así y todo, no pudo ganarle un juego a este conjunto ligamayorista y sotanero.
El Washington se quejó de las condiciones del terreno de la Tropical, tan duro como una mesa de billar y los roletazos no eran fácilmente fildeables. Tampoco les gustó el hotel, ya que estaba en una zona de mucho bullicio en la noche y no permitía descansar a sus jugadores. A ello hay que sumar las palabras despectivas de Clarke Griffith para el béisbol mexicano, el de Pasquel, así como para todos aquellos que iban a jugar en México, algo que fue objeto de severas críticas de la prensa cubana.
Fuentes consultadas: la prensa escrita cubana de 1946.
“Los buenos equipos se hacen grandes cuando sus miembros tienen confianza mutua, la suficiente para vencer el “yo” por el “nosotros”. Phil Jackson (ex entrenador en la NBA)
Todos estamos de acuerdo que el béisbol profesional, al igual que el fútbol, el baloncesto, el tennis y otras disciplinas más, es deporte y negocio, lo único que puestos estos dos aspectos en una balanza habría qué ver si es más una cosa que la otra en cada deporte. De ese grupo mencionado se excluye el boxeo, el que se presenta como un gran negocio, a veces oscuro.
En el caso del béisbol, cada año, terminada la Serie Mundial, aparece la lista de los agentes libres, modalidad inexistente hace seis décadas, y comienza al trapicheo de peloteros de un equipo a otro, sobre todo de aquellos que le queda un año para convertirse en agente libre o que se desea canjear por conveniencia de bolsillo.
En la década de los 50 y antes, los peloteros vivían muy pendientes de sus rendimientos, de sus errores a la ofensiva o a la defensa, y la mayoría sentía aprecio grande por su camiseta. El dinero importaba, pero no era tan fácil hacerse de un aumento salarial.
Cuenta la historia que, con los Yankees de Nueva York, equipo casi invencible en la Liga Americana, si algún pelotero entendía que se le debía dar un aumento, lo que tenía qué hacer era ir a hablar bajito, no en voz alta, con uno de los copropietarios, Daniel Topping o Del Webb. El más listo en ese orden de solicitudes era Yogi Berra. Los Yankees festejaban en gala el triunfo en la Serie Mundial y entonces Berra le insinuaba algo al respecto a uno de esos personajes. La respuesta casi siempre era de “sí, sí, date una vuelta por la oficina”. Otros peloteros se callaban o no lo intentaban. Esto sucedía casi 20 años antes que se incorporara la agencia libre en el Convenio Laboral de 1976 firmado por la MLB con el sindicato de peloteros.
Antes de la fecha indicada del acuerdo, casi todos los peloteros entonces vivían pendientes de cómo mejorar su rendimiento, ya que caso contrario, sea quien fuera, podía ser canjeado o enviado a las Menores hasta que recuperara su forma, tampoco tendría forma de obtener un aumento salarial. Un ejemplo claro e injusto fue el del torpedero Phil Rizzuto, el MVP de 1950, un mago en su posición, quien en 1956 los Yankees despidieron el mismo día de las Viejas Glorias. ¡Qué manera más justa de incinerar a un defensor estrella del campo corto por años en esa franquicia! A Rizzuto le decían Holly Cow (Vaca Sagrada), la idea era enviarlo a los Atléticos de Kansas City, una rara sucursal de los Yankees jugando en la Liga Americana también. Rizzuto no aceptó, por lo que dijo adiós a su juego en el terreno y se dedicó a la tarea de presentador, algo que se le daba muy bien, ya que relataba muchas de sus vivencias como pelotero durante las trasmisiones.
El otro caso ocurrió terminada la Serie Mundial de 1956 cuando los Dodgers de Brooklyn decidieron canjear a su pelotero emblema, el legendario Jackie Robinson, a los Gigantes de Nueva York. Robinson no aceptó ese cambio y decidió retirarse del béisbol, abrió una especie de cafetería-bar en Nueva York y no más béisbol.
Era tanto el amor a la camiseta por parte de Rizzuto y Robinson, que ninguno de los dos aceptó jugar para otro equipo. A veces hubo aceptaciones, las que tenían su justificación. Fueron los casos de Hank Aaron y Willie Mays por citar dos ejemplos. Aaron jugó de toda la vida en la franquicia de los Bravos, equipo en el que logró romper el récord de jonrones de por vida de Babe Ruth, pero quería dejar un récord más alto y se decidió jugar dos temporadas más, pero en Milwaukee, ciudad que había sido sede de los Bravos hasta 1965. Willie Mays fue otro caso casi idéntico, de siempre jugó con los Gigantes hasta que lo canjearon en 1972 a los Mets de Nueva York, donde jugó dos temporadas más. Era Nueva York, ciudad en la que Mays se había iniciado para los Gigantes, donde jugó durante sus primeras seis temporadas hasta el cambio de sede de la franquicia para San Francisco.
Mickey Mantle comentaba en su libro (ver fuente abajo) que, los peloteros en banca siempre estaban discutiendo qué hacer para mejorar su rendimiento al campo, lo que lanzaba cada pitcher rival, cómo alcanzar una base más, nadie se ponía a discutir como estaba la bolsa o los intereses bancarios. El béisbol era el tema a diario, todos sabían que había competencia incluso dentro del equipo por ocupar una posición como regular y eso se ganaba con el esfuerzo diario.
Hubo canjes como siempre, pero eran hasta lógicos, los de hoy hay que decir que en algunos casos pesa más el dinero ahorrado que el interés por elevar el nivel de competitividad del equipo. Miren este canje en el pasado, Rocky Colavito de los Indios (ahora Guardianes) a los Tigres a cambio de Harvey Kuenn en abril de 1960. Dando y dando, Colavito había sido líder en jonrones (42) en 1959, mientras que Kuenn había sido en esa misma temporada líder en hits (198), doble (42) y de bateo (,353). Hoy un casi Cy Young se oferta en canje por cuatro o cinco piezas de talento incierto.
Es cierto que ya los peloteros no son mangoneados como en épocas anteriores a la década de los 70 en el pasado siglo, por lo que ya ellos exigen salarios que se elevan proporcionalmente a su performance, algo justo, ya que, si se dejan a los dueños del negocio decidir, la paga sería ridícula. Miren el caso de Randy Arozarena, su salario no llega a medio millón anual, póngale Ud. el nombre a este asunto. Se trata de un pelotero que rinde, juega a la pelota con el alma y ya ven, de él casi no se habla, ¿saben por qué? No hay tantos millones de por medio, por lo que no es sensacional. El hombre que discutió con Shohei Ohtani la condición de mejor pelotero del clásico mundial de 2023, gana menos de medio millón según indica baseball-reference.com.
Uno lee todos los días los grandes cintillos del béisbol de la MLB, sobran las especulaciones, más que noticias, de qué equipo finalmente firmaría al nipón superestrella Shohei Ohtani. El otro es el dominicano Juan Soto, otro excelente jugador, pero se habla más de dinero y contrato que de su juego en sí, de cómo encajaría en tal o más cual novena, el negocio por delante y, con todo respeto, eso le hace daño al deporte. Los Yankees se hicieron de los servicios de Soto y ahora tendrán que inventarse un jardinero central regular. Aaron Judge juega el derecho como Soto, Alex Verdugo es ahora parte de los jardineros de los mulos, pero el arizoniano suele jugar las alas de los jardines. Ya se las arreglarán, supongo.
Hay contratos muy justos y otros que ni hablar de ellos. Los cubanos llegan al béisbol profesional con una mano delante y otra atrás. Muchos no habían visto cien dólares juntos antes de llegar a los EE. UU. Por eso, ellos son usualmente mercancía barata en la mayoría de los casos, con algunas excepciones, a causa de expectativas infladas e inventadas por su representante. Arozarena, Luis Robert Jr. y Yandy Díaz, entre otros, no lograrán altos salarios en los conjuntos en que juegan. Tampa es un equipo de bajo presupuesto, el que, por cierto, sabe manejar muy bien y merece admiración, pero los Medias Blancas es otra historia. La salvación de estos peloteros es salirse tan pronto les llegue el primer año de arbitraje y explorar mejores opciones en otros equipos. Leía una información, me pareció una especulación, que afirmaba que los Medias Blancas de Chicago le estaban ofreciendo un contrato de 10 años a Luis Robert Jr. por 100 millones. De ser veraz, es toda una burla, Luis Robert Jr. cuesta y costará más de 10 millones anuales en el presente lustro y después. Claro, no es de extrañar eso en el caso de los Medias Blancas, famosos por sus contratos de a codo. Es de hecho la franquicia que más cubanos contrata, no por amor a Cuba, sino por lo poco que cuesta contratarlos.
Hay que respetar a todos esos conjuntos que tratan de hacerse de los mejores peloteros en la agencia libre o aquellos que, en pro de aumentar la fuerza del equipo, realizan canjes inteligentes. Pongo un ejemplo y en una misma ciudad, sean los Yankees como los Mets están empeñados en conformar alineaciones poderosas, capaces de ganar división, liga o serie mundial. Los Padres de San Diego han hecho un enorme esfuerzo para sacar a su equipo adelante, pero las adquisiciones y canjes no les han funcionado, pero el esfuerzo ha estado y está presente. Los Cachorros y los Cardenales están envueltos en la búsqueda de peloteros de calidad a contratar, no se quedan atrás los Bravos y los Azulejos de Toronto. Los Orioles como el Arizona lograron armar equipos muy competitivos en 2023, ni que hablar de los Vigilantes de Texas en plena competencia con sus vecinos, los Astros de Houston. La mayoría hace su esfuerzo en función del presupuesto disponible, pero no todos se mueven en esa dirección.
Hay equipos que, si jugaran en ligas europeas de fútbol, estarían en ligas inferiores, como son los casos de los Reales de Kansas City, los Medias Blancas y los Atléticos de Oakland. En el fútbol si un equipo no juega al nivel exigido es bajado, en la MLB eso no pasa, ni le pasa por la cabeza al comisionado.
La División Central de la Liga Americana es la más débil probablemente en todas las Grandes Ligas, pero uno no puede afirmar que los Mellizos de Minnesota o los Guardianes de Cleveland se comporten igual que los equipos antes indicados, sobre todo los Reales y los Medias Blancas. Minnesota siempre trata de reforzar su nómina, los Guardianes, con un buen sistema en las Menores, de los mejores, como lo son los de Tampa, Baltimore o Dodgers, regularmente presentan figuras jóvenes de calidad.
Es muy lamentable ver dueños echarse los pesos en el bolsillo sin mucho esfuerzo, entretenidos promoviendo paquetes de entradas con cerveza, hot dog y parqueo incluido, que su equipo gane o no, eso no es problema, en definitiva, en esas ciudades la población no tiene otro entretenimiento. Los contratos aquí son usualmente de uno o dos años, y se recluta, por consiguiente, peloteros en baja, viejos y próximos al retiro o mediocres de siempre. El poco interés del llamado front office es como el covid-19, contagia a los peloteros de tal manera, a los que les da igual ganar que perder. El lanzador dominicano Johnny Cueto hizo unas críticas muy puntuales cuando jugaba con los Medias Blancas de Chicago en 2022, sus palabras denotaban poco entusiasmo a nivel de equipo y una enorme decepción con la dirección de Tony La Russa, ni siquiera parecido a aquel que había ganado varias series mundiales en el pasado. Un año después este conjunto trajo a un novato como mánager, nada cambió, incluso empeoró, para colmo el lanzador Keynan Middleton, canjeado a los Yankees, hizo afirmaciones sobre la indisciplina existente en ese conjunto, peloteros durmiendo en banco durante el juego, pocas indicaciones o consejos para superar deficiencias, tácticas de juego. Realmente preocupante, pero la MLB no hace nada para corregir estos problemas, por lo que dueños, gerentes y comparsa de esos conjuntos siguen haciendo lo mismo sin tomar en cuenta al mayor contribuyente, el aficionado, quien paga buena parte de esos salarios con su asistencia al estadio.
Así que hay dos antípodas en el béisbol actual, equipos que gastan un enorme capital para alinear escuadras potentes al campo y otros que hacen todo lo contrario, y terminan afirmando estar en reconstrucción como para justificar sus deficiencias. En esos equipos débiles, la apatía es evidente, molesto es ver peloteros que salgan sonrientes después de un ponche con un strike cantado o aquel a quien se le cae pelota mansamente y comete un error, el que luego se revierte en carreras para el rival. Respeto a la afición es la palabra de orden en estos equipos del montón. La MLB vive más preocupada con el presupuesto que gastan los equipos, hay normas para multarlos si se pasan del umbral admitido, pero nada se hace cuando el equipo es francamente un instrumento de otra cosa, que nada tiene que ver con el deporte y el espectáculo.
¿Puede el béisbol cubano aún ser grande cuando gran parte de sus estrellas han abandonado el país?». Ed Augustin (Periodista del New York Times)
A los cubanos nos encanta cuantificar el número de compatriotas que logran llegar a la MLB, y la realidad es que la temporada de 2023 no es precisamente la de mayor participación cubana, pero si ha sido un año de tremenda calidad criolla, el mejor desde el momento en que René Arocha diera el salto al profesionalismo de las Grandes Ligas. Creo que, en años desde entonces, cientos de cubanos han podido llegar a jugar en circuitos profesionales vinculados a la MLB y sus resultados han sido moderados o aceptables año tras año, mientras la calidad poco a poco ha ido ascendiendo.
La continuidad y el aprendizaje de los peloteros llegados y con talento, les ha ayudado conocer de elementos desconocidos, lanzamientos, jugadas, la necesidad de crear destreza, lo que combinado con una mejor alimentación y preparación se revierte en un mejor desarrollo, sobre todo de aquellos que, además de poseer talento, demuestran entereza. Esto último es importante, sin voluntad y disciplina nada se logra así el deportista sea lo más parecido a Superman. Hay casos que han malogrado sus carreras con malos pasos o actitudes que nada tienen que ver con la práctica del deporte. Triunfan los de talento y los que se esfuerzan, el que no ponga empeño, pasa a la historia como un mediocre o un héroe de corto recorrido.
Es igualmente necesario recalcar que, a los cubanos, en su mayoría, nos gusta jugar pelota, y lo hacemos de muchas formas en nuestra infancia, batear al taco, las cuatro esquinas, juegos en placeres, y de ahí surgen las figuras, pero que, con la llegada del profesionalismo más técnico y preparado, se demostró que el profesionalismo cubano disfrazado de amateur no era lo que todos pensábamos. Nos engañamos y en la actualidad nuestro país no les gana a muchos equipos impensables hace tres décadas que pudieran derrotar al Cuba. Sencillamente el béisbol cubano se ha quedado atrás, ya no hay los entrenadores ex profesionales, que heredaron las series nacionales en sus primeras tres décadas. En una urna metida, la pelota “libre” y muy mal pagada, no es nada al lado de la otra mal llamada esclava en la actualidad, todo un sofisma mal elaborado en 1962. El resultado es que sigue habiendo materia prima cubana en béisbol, o sea hombres que tienen talento, pero que para su desarrollo necesitan aprender muchas cosas que en la isla no se conoce o se conoce, pero no hay quien tenga la capacidad de enseñarla. Dicho todo esto para que luego no venga un “filósofo” en la isla a decir que estos cubanos destacados son frutos de la escuela cubana de béisbol. Son ciudadanos cubanos, pero frutos de su desarrollo en los circuitos de la MLB.
Sin temor a equivocación, no todos los peloteros cubanos brillaron, pero si se puede afirmar que los destacados en el 2023 tuvieron un desempeño notable. No ha sido casualidad que ocho peloteros cubanos fueran escogidos para participar en el juego de las estrellas y que tres de ellos hayan competido en el derbi jonronero, con dos semifinalistas y un finalista en esta competencia. Sobre este tema hablé con detalles en julio del presente año. No obstante, a manera de refrescar las memorias, les menciono los nombres de los escogidos. En el derbi estuvieron Randy Arozarena (finalista), Luis Robert Jr. (semifinalista) y Adolis García, mientras que para el juego de estrellas se añadieron los nombres de Yandy Díaz, Yordan Álvarez, y el lanzador Yennier Canó en el equipo de la Liga Americana, y Lourdes Gurriel Jr. y Jorge Soler por el conjunto de la Liga Nacional.
Si se va a la post temporada, se exceptúa a Luis Robert Jr., pero se añade a José “Pito” Abreu, Yulieski Gurriel, y los lanzadores zurdos Aroldis Chapman y Cionel Pérez como integrantes de equipos en esta fase play off, para un total de once peloteros.
Lo notable de los jugadores de campo es que la mayoría de los destacados, Yandy Díaz, Randy Arozarena, Yordan Álvarez, Luis Robert Jr., Adolis García, Jorge Soler, Gurriel Jr. y José Abreu, todos ocuparon turnos de responsabilidad a la ofensiva en sus equipos respectivos. El que no era segundo, era tercero, cuarto o quinto, lo que indica responsabilidad al bate y que sus rendimientos se revirtieron en victorias para sus colectivos. En el área de los lanzadores, casi todos los de equipos triunfantes fueron relevistas, los que completaban usualmente bien sus faenas.
Veamos algo de lo logrado en la temporada regular por estos atletas. Comienzo con el villaclareño Yandy Díaz, el hijo del otrora infielder la “Araña” Díaz. Un poco de historia, Yandy debutó en series nacionales en la temporada de 2008-09 como utility del cuadro. Lo recuerdo, espigado (mide 188 cm) y delgado, todos los aficionados le asociaban con su padre, Jorge Díaz, y le llamaron la arañita. Yandy jugó nuevamente en las dos series siguientes con el Villa Clara para perderse posteriormente del mapa cubano. Comenzó a jugar en ligas menores en 2014 y en la invernal venezolana con los Leones de Caracas. Su aprendizaje fue rápido al llegar a los Clippers de Columbus (clase AAA), sucursal de los entonces Indios de Cleveland, en 2015. En la temporada de 2017 fue llamado al entrenamiento primaveral por el Cleveland, donde el camarero regular Jason Kipnis estaba lesionado, lo que obligó al mánager Terry Francona buscar una solución, pasar al dominicano José Ramírez a cubrir la segunda y darle la antesala a Yandy. El sagüero no lo hizo mal, pero Francona metía mucha presión. Una observación de sus primeras presentaciones, Yandy, ahora con más peso y musculatura, bateaba con fuerza, pero del centro a la banda derecha, no halaba la bola, eso se revertía en 0 jonrón. Detrás del cubano estaban otros peloteros optando por jugar regular como eran el colombiano Gio Urshela y el dominicano Erik González. Yandy fue bajado al Columbus y al final de la temporada regresó con el Cleveland. Lo sorpresivo fue que Yandy se llevó el liderato de los bateadores (,350) en ese mismo 2017 en la Liga Internacional al participar en 85 partidos de ese conjunto. Su suerte llegó en 2019 cuando en diciembre de 2018 fue canjeado al Tampa, equipo con el que ha jugado tanto en la antesala o en la inicial. Ya en esta temporada de 2023 fue el inicialista regular. Desde su llegada a esta franquicia, Yandy ha demostrado habilidad al bate, ya hala más la bola, es paciente en el home y los logros son evidentes. En 2020 bateó para ,307, en el 2022 para ,296, hasta llegar a campeón de bateo de la Liga Americana (,330) en el 2023 (ver tabla 1). El desempeño de Yandy en los dos juegos de post temporada no fue nada bueno. Su contrato es de $ 24 millones para el período de (2023-25), o sea 6 millones en el 2023.
El explosivo Randy Arozarena nos tiene acostumbrado a su juego entusiasta y de alto rendimiento. No saben los Cardenales la pifia que cometieron cuando lo canjearon al Tampa justamente cuando concluía la temporada de 2020. El pinareño había jugado 23 partidos con el equipo de la Liga Nacional y lo abandonaba con promedio de .300 y OPS de ,891. Había debutado el 14 de agosto de 2019, en juego contra los Reales de Kansas City, en el que bateó de 4-2 con una impulsada, jugó unos cuatro juegos más como emergente o pelotero de cambio, bajado a AAA, regresó al equipo grande el 4 de setiembre como corredor emergente y se quedó en juego (de 1-1, con una anotada). Lo siguieron utilizando como emergente para correr y jardinero para jugar en las postrimerías. El 24 setiembre en juego de 19 entradas entre los Cardenales y el Arizona, Randy se fue de 1-1 como emergente y al siguiente día de 4-2, incluido su primer jonrón, pero en el siguiente partido no jugó (¿?). Mike Shildt, el mánager entonces de los Cardenales, no tuvo óptica de lo bueno que era y sería Randy. En la post temporada de 2020 con el Tampa, Randy rompió la bola y no creyó ni en Gerrit Cole, ni otros tantos destacados del montículo, conectó 10 jonrones e impulsó 14, igualmente fue el MVP de la post temporada en la Liga Americana. Desde esa post temporada sentó nombre. En 2021 fue novato del año en la Liga Americana y es un pelotero respetado. Randy tuvo una primera mitad de temporada muy buena, pero no así en la segunda parte después de asistir al juego de las estrellas. Así y todo, Tampa logró llegar en muy buen puesto en la final de la temporada gracias a la contribución entre otros, de Yandy y Randy. El pinareño ganó 4 millones 150 mil en el 2023, ¡qué fortuna! Vamos, allá quien se lo crea.
Cuando alguien quiera ver a un jardinero central cubriendo mucho terreno y fildeando elegantemente, les invito a que vean jugar a Luis Robert Moirán, pelotero joven con mucho talento defensivo y ofensivo. Hay que reconocer que Kevin Kiermaier es una maravilla defendiendo el jardín central, pero, a decir verdad, Luis Robert Jr. habría podido haberse llevado el guante de oro en esa posición en esta temporada. Con lo dicho, recalco que Kevin lo ganó, pero Luis podría no habérselo llevado. En cuanto a su ofensiva, tiene tremendo poder, bola que enganche bien viaja con velocidad y a alta distancia, algo muy demostrado en el derbi de jonrones. Es igualmente veloz en las bases, pero hay aún aspectos a pulir, ya que es muy impaciente en el home, se va con lanzamientos fuera de la zona, la slider que rompe fuera lo debilita. Ha tenido la desgracia de llegar a Grandes Ligas para jugar en un equipo con el peor cuerpo de mánager y de auxiliares, sean de bateo o de pitcheo, por lo que tiene que arreglársela solo para salir adelante, a menos que su equipo traiga un buen entrenador de bateo para el 2024. Lo otro es la velocidad, es inadmisible que Luis solo haya logrado un triple en la temporada, tiene tan solo 2 en sus cuatro temporadas en las Mayores. En cuanto a bases robadas, mejoró en esta temporada al lograr 20, aunque tiene potencial para más reduciendo su fragilidad cuando corre y se desliza. Luis Robert Jr. tiene el talento de un Ronald Acuña Jr. u otros peloteros destacados en la actualidad. En el 2023 ganó $ 9,5 millones, salario que irá ascendiendo hasta $20 millones en el 2027, pero le aconsejo que, si los Medias Blancas no mejoran, opte por salirse de la franquicia en el 2026 y busque jugar en un conjunto con intenciones de coronarse campeón de liga o de serie mundial.
Le llamo la Bestia, me refiero a Yordan Álvarez, otra pifia de los Dodgers al canjearlo a los Astros en el 2016. Muy de acuerdo con el receptor venezolano Salvador Pérez, el que considera a Yordan como el bateador más peligroso de los latinos en las Mayores. En el 2019 fue novato del año en la Liga Americana, lesionado durante todo el 2020, pero el hijo de Agustín regresó por sus fueros en el 2021, al extremo de convertirse en el MVP de la post temporada en la Liga Americana. En este 2023 estuvo alejado del terreno por casi medio centenar de partidos, pero si ven sus estadísticas durante la temporada, concluirán que es un fenómeno. Los batazos de Yordan viajan lejos y también con velocidad. En todas las post temporadas ha rendido mucho para la causa de los Astros, la del 2023 no fue excepción al disparar 6 jonrones e impulsar 15 carreras. El tunero tiene un salario más decente, ganó $ 7,833 millones en 2023 y el mismo irá en ascenso hasta el 2028 cuando alcanzará la cifra de $26,833.
José Dariel “Pito” Abreu ha sido un pelotero de éxito desde que llegó a las Mayores. Para esta temporada tomó la sabia decisión de no renovar contrato con los Medias Blancas y se fue a jugar con los Astros de Houston, un cambio perfecto. Los Astros le pagan $19666 millones anuales en el período de 2023-2025, algo ligeramente menos que lo ganado en el 2022 con los Medias Blancas, pero el hombre de Mal Tiempo no quería seguir jugando en un conjunto con muy poco empuje de competencia. Repito, hizo bien en ese cambio, pero a Pito las cosas no le salieron bien en la primera mitad de temporada, algún que otro comenzó a decir que el hombre estaba liquidado, pero quien no lo conozca, no sabe que Pito le sobra entereza y entrena siempre fuerte, por lo que pudo finalmente disparar 18 jonrones, por debajo de lo 30 acostumbrados, e impulsar 90 carreras. Ha sido su peor temporada, pero en la post temporada conectó 4 jonrones e impulsó 13, batazos muy necesarios en algunas victorias de los Astros. Creo que su performance en la post temporada demostró su calidad.
José Adolis García, el avileño, otro con super entereza, le han llovido las dificultades, pero las ha sabido vencer. Llegó a las Mayores en 2018 con los Cardenales y no duró mucho, 21 juegos. En el 2020 los Vigilantes lo suben, tres juegos y nuevamente fuera. Las cosas como cambiaron en el 2021, 31 jonrones y 90 empujadas con esos mismos Vigilantes, los que lo habían puesto en waiver. De ahí en lo adelante, Adolis se convirtió en pieza importante de la reconstrucción de los Vigilantes de Texas. Tremenda temporada regular y post temporada en este 2023, al extremo de lograr el MVP de la post temporada en la Liga Americana. Los jonrones de Luis Robert Jr. y Yordan son bestiales, pues los de Adolis no es que se queden muy atrás.
A Jorge Soler siempre lo he considerado como uno de los peloteros de más poder en la MLB actualmente. Sin embargo, hay que decir que su carrera ha sido de sube y baja. En el 2019 fue líder en jonrones (48) en la Liga Americana y empujó 117, mientras que en 2021 despachó 27, de ellos 13 con los Reales y 14 con los Bravos, equipo que se coronó campeón de la Serie Mundial de ese año y mucho que le debe a Soler, quien conectó 3 jonrones e impulsó 6 carreras muy decisivas en los triunfos de este conjunto, lo que le valió el MVP de esa Serie. No entiendo cómo después los Bravos no le extendieron contrato, por lo que de Atlanta pasó a Miami. Nuevamente las lesiones lo alejaron por media temporada del terreno de juego y su producción fue de poca monta, pero volvió a brillar en el 2023, otra vez el jonronero de misiles, al disparar 36. No obstante, su rendimiento en la post temporada fue casi nulo (ver tabla 2).
El menor de los Gurriel, el que lleva el nombre de su padre, el legendario Lourdes Sr., ha logrado asentarse como jardinero, posición que le viene bien por su potente brazo, pero que necesitaba juego regular, el que no tuvo como él habría deseado con los Azulejos de Toronto. Para su suerte y la del receptor venezolano Gabriel Moreno, ambos fueron canjeados al Arizona, y ambos comenzaron a rendir. Se puede decir que Lourdes Jr. tuvo una mitad inicial de temporada formidable, pero que en la segunda parte no fue igual, por lo que de quinto bate pasó a ser sexto. En la post temporada logró disparar algunos batazos claves para victorias de su equipo y nadie tiene porque dudar que Lourdes Jr. no siga rindiendo en las próximas temporadas. En esta temporada ganó algo más de $ 4 millones, y actualmente es agente libre, así que podrá escoger equipo y una mejor oferta para el 2024.
Defensivamente estos peloteros son casi todos buenos o aceptables, los jardineros no son mancos, todo lo contrario, poseen fuertes brazos, algunos como Arozarena y Adolis son excelentes fildeadores, de Luis Robert Jr. ya hablé, pero incluso Yordan las veces que jugó el jardín izquierdo lo hizo bien y demostró tener fuerza en su brazo derecho de lanzar.
El área de pitcheo no es un renglón en el que los cubanos se destaquen como en el pasado. Más bien hay ahora relevistas de aceptables presentaciones. Los abridores en las dos últimas temporadas han sido el zurdo Nestor Cortés Jr., lesionado durante el 2023, y el derecho Johan Oviedo, este último con mucho en la bola, pero también con mucho que aprender. El cerrador Aroldis Chapman ha sido el estelar del pitcheo cubano en la MLB, pero que en las últimas tres temporadas ya se nota que no es el mismo. No obstante, en 2023 logró recuperar mucho de su velocidad supersónica y su canje de los Reales a los Vigilantes fue útil para él y los campeones. No hay porque negar que a Chapman el ambiente de los Yankees no le beneficiaba, lo mismo que ha pasado con otros tantos peloteros. Miren el rendimiento de Aaron Hicks con los Orioles después de dejar a los Yankees, como estos, otros tantos más. No obstante, el lanzador cubano más destacado en 2023 al nivel de la MLB es el derecho avileño Yennier Canó, quien como setup se destacó (tabla 3) y hasta logró algunos salvamentos para los Orioles, pero en la post temporada se derrumbó (tabla 4). El zurdo matancero Cionel Pérez, con mucho coraje en cada presentación, logró números aceptables e incluso en la post temporada, en su única aparición, lo hizo bien.
Visto el desempeño de los destacados, silencio para aquellos que han llegado, pero que aún les queda por desarrollar y rendir. De ellos se podrá hablar cuando se vean sus logros en el terreno. Ellos deben mirar el ejemplo de los aquí mencionados. Más silencio aún para aquel pelotero cubano que juega, gana más de 10 millones y no rinde lo esperado año tras año. Sería injusto aquí no mencionar el nombre de Yuli Gurriel, pelotero que ya va tocando las puertas de su retiro, pero que siempre aportó defensiva y ofensivamente para el equipo de los Astros, y que firmara en el 2023 con los Marlins, donde tuvo una temporada para no recordar. Se extrañó la ausencia de José Iglesias, Candelita del campo corto, el que jugó menos de 30 juegos para los Chihuahuas del Pasom sucursal de los Padres, en la Liga de la Costa del Pacífico (AAA), donde promedió para ,317, con OBP de ,356 y Slug. de ,537. Me parece que debe haberse lesionado y por eso no logró subir a la MLB nuevamente. Candelita es de lo mejor que se pueda ver defendiendo el campo corto. No es para hacer comparaciones, pero defensivamente no son muchos los torpederos regulares en las Mayores que se le puedan situar al lado.
“Los héroes son recordados, pero las leyendas nunca mueren” Babe Ruth (pelotero extra-clase del primer tercio siglo XX)
Dos comodines llegaron a la parte final del campeonato de la MLB en 2023, Vigilantes de Texas y Serpientes de Arizona. Las apuestas no eran muy decididas, los Vigilantes por tener un conjunto más ofensivo, con algunas figuras experimentadas y un mánager ganador de series mundiales pintaban con mucha lógica para llevarse el trofeo, pero nadie, ni Houdini si viviera, habría podido pronosticar que el adversario en la Liga Nacional sería el Arizona, equipo que, contra toda la opinión de los medios más conocedores de este deporte, llegó muy lejos. Perdiera o ganara, ya el Arizona había ganado y no poco de parte de toda la afición beisbolera. Si ganaba, sería una cuarta sorpresa en su trayectoria en esta post temporada.
De anteriores entregas, ya sabemos cuáles eran los integrantes de ambos equipos. Carroll, Marte, Moreno, Walker, Pham, Gurriel Jr., Alek Thomas, Perdomo al campo y a la ofensiva, con pitcheo de Gallen, Kelly, Pfaadt, Sewald, Frías, Castro, Ginkel y Nelson en el pitcheo de las serpientes. Por parte de los Vigilantes, Semien, Seager, Carter, Adolis, Garver, Nat Lowe, Heim, Jung y Taveras, con pitcheo de Montgomery, Eovaldi, Dunning, Jon Gray, Heaney, Sborz, Bradford, Martín Pérez, Aroldis Chapman y Leclerc.
La serie se inició en Arlington, Texas, Eovaldi por los Vigilantes y Gallen por las serpientes como abridores del primer juego. Los tejanos marcaron 3 en el primer tercio de juego. En la misma primera entrada Seager recibió boleto, Carter sonó doble impulsor y Adolis trajo la segunda con con hit, pero el Arizona no creyó en Eovaldi y anotaron 3 por sencillos de Thomas, Evan Longoria, sacrificio de Perdomo, triple de Carroll y batazo de Marte para impulsar la tercera carrera. Los Vigilantes empataron en esa misma entrada, nuevamente Seager recibió boleto y Carter disparó su segundo doble, el que llevó a Seager a tercera, base a Adolis, las que llenaron las bases, y otra más a Mitch Garver para que Seager entrara de caballito. Arizona respondió con jonrón de Pham en el inicio del cuarto inning y puso nuevamente a las serpientes delante. En el quinto Perdomo sonó sencillo, robó segunda y Ketel Marte lo impulsó con doble. Relevos vinieron y hubo una especie de tregua, los ceros caían y los Vigilantes abajo 5-3. El relevista Ginkel del Arizona lo hizo bien, pero Lovullo trajo a su mejor cerrador para terminar el desafío, Sewald. Base a Taveras, ponche a Semien, cayó el out 25, pero Corey Seager es un dolor de cabeza al bate para cualquier pitcher en la actualidad y al primer lanzamiento de Sewald, la bola salió como un misil a lo profundo del derecho, batazo que empató el partido a 5. En el décimo no hubo anotaciones, mientras Leclerc dominaba a los de Arizona en el inning 11. Por los Vigilantes, Carter entregó el primer out sobre los envíos del zurdo Kyle Nelson, cambio de lanzador, el derecho Miguel Castro para lanzarle a Adolis, conteo de 3 bolas y 1 strike, el batazo salió con fuerza por la banda opuesta y “adiós, Lolita”, Arizona peleó, pero quedaron al campo, derrota de 6-5.
Siguiente juego, de tan reñido que fue el primer desafío, este se fue de un solo lado abismalmente. Arizona contó con buena faena de Merrill Kelly, mientras que la tropa al campo 16 imparables, incluido jonrón de Moreno, a la vez que anotaban 9, más que suficientes para derrotar a los Vigilantes 9-1. Los zurdos Montgomery y Martín Pérez fueron los pitchers más castigados por el Arizona. Así que serie empatada e incertidumbre en las filas de los apostadores.
Los siguientes tres juegos fueron en Phoenyx. Los Vigilantes no habían perdido ni un solo juego como visitador en esta post temporada, algo poco usual y en tantos juegos. El tercer partido quedó decidido en la tercera entrada cuando Nat Lowe conectó doble al abridor Brandon Pfaadt, después de dos outs, Semien conectó sencillo impulsor y Corey Seager continuó su fiesta con jonrón de dos carreras. Los bateadores de Arizona no aprovecharon la presencia del experimentado Max Scherzer en el montículo de los adversarios. No le anotaron y Scherzer salió lesionado, nada nuevo en esta post temporada. No obstante, el mánager Bruce Bochy pudo preservar la ventaja hasta la octava entrada cuando Emmanuel Rivera le conectó doblete a Aroldis Chapman y Perdomo lo empujó con sencillo. El relevista cubano, ni la sombra de lo que fue hace unos años, se compuso, ponchó a Carroll y obligó a Marte batear para doble play. El juego terminó 3-1. Adolis salió también lesionado después de un swing, el que le hizo resentir su espalda.
Cuarto juego, los Vigilantes con ventaja de 2-1 en ganados y perdidos. Lovullo pensó resolver usando relevistas, no tenía abridor, y la pateadura se hizo realidad, los Vigilantes conectaron 11 imparables, incluido dobles de Josh Jung, Travis Jankowski, el que jugó sustituyendo a Adolis, y de Seager, triple de Marcus Semien, y jonrones de Seager, Semien y Heim. Con una ventaja 10 carreras no es difícil ganar, pero el Arizona no se achicó y anotó una en el cuarto por fly de sacrificio de Gurriel Jr., cuatro más en el octavo producto de imparables de Carroll, Moreno, Walker sobre los envíos de Brock Burke, relevado por Chris Stratton, al que Tommy Pham lo saludó con fly de sacrificio y acto seguido Gurriel Jr conectó jonrón de 3 carreras. En el noveno anotó 2 más por sencillo de Moreno frente a los envíos de José Leclerc, pero se quedaron cortos, marcador final 11-7.
Quinto juego, para el Arizona no hay mañana de perder este desafío. Eovaldi lanzó pelota de altos quilates, 4 imparables en 6 entradas. Chapman en el séptimo y lanzó 0,2, fue sustituido por Josh Sborz al conceder base por bolas. El juego en ese momento estaba 1-0 a favor del Texas, carrera anotada en ese mismo inning por Seager e impulsada por sencillo de Mitch Garver frente a los envíos del abridor del Arizona, Zack, Gallen, el que lanzó de maravillas. Lovullo lo sustituyó después de que ponchara al peligroso Jung y trajo a Kevin Ginkel.
Cese al fuego en el octavo, pero en el noveno los Vigilantes se soltaron frente a los envíos del cerrador Paul Sewald. Jung, Lowe y Heim le conectaron de hit, este último impulsor de los dos primeros bateadores mencionados, cayeron dos outs, pero Marcus Semien botó la pelota por el left center, batazo que impulsó dos más. Sborz vino por la goma y 5 de ventaja era suficiente para doblegar a las aguerridas serpientes. Marcador final 5-0 y Corey Seager se llevó el premio de MVP de la Serie Mundial, trofeo que se llevaba por segunda vez, lo había obtenido antes en el 2020 vistiendo la franela de los Dodgers, franquicia que no sabe lo que dejó ir en su momento.
El Arizona se vio minimizado en su parque, los Vigilantes fueron perfectos como visitadores y su equipo respondió a la hora buena ofensivamente, lo que ayudó a que el pitcheo pudiera nadar con suerte, aunque es justo mencionar la labor de Natham Eovaldi, la de Montgomery y de Leclerc. Texas se llevaba su primera serie mundial, en el 2010 perdieron 4-1 contra los Gigantes de San Francisco, equipo dirigido por su actual mánager, Bruce Bochy, y en la siguiente temporada 4-3 enfrentados a los Cardenales de St Louis, equipo dirigido por Tony La Russa. El mánager derrotado fue Ron Washington, al que despidieron dos temporadas después y más nunca ha dirigido equipo en la MLB. Ha fungido como auxiliar, sobre todo con los Nacionales de Washington. Bruce Bochy logró llevar a 3 equipos a serie mundial y ganar cuatro series con dos de ellos, muy meritorio para un hombre que ya daban por retirado completamente del béisbol.
Igualmente hay que dedicar algunas palabras a Torey Lovullo, un hombre que dirige al Arizona desde hace 9 temporadas y ahora le llegó su hora buena. Hay un aspecto que gusta por momentos y disgusta en otros, me refiero al toque de bola. Sobre ese tema ya hablé en este blog, vean la referencia abajo. Un toque por sorpresa es una buena idea, un toque en las postrimerías puede jugar un papel decisivo, pero el abuso del toque es poco producente, ya que se está regalando un out, lo cual puede ser una ventaja para el adversario caso que los siguientes bateadores no produzcan. Es cierto que el toque puede evitar el doble play, pero Lovullo abusó del toque. En el último partido me asombró que después del hit de Carroll y la base por bolas a Marte en la tercera entrada, Lovullo haya mandado a su tercer bate Gabriel Moreno a tocar. Regaló el primer out enseguida, Walker se ponchó y Pham roleteó al campo corto. Moreno podría haber bateado, hit y base es momento de debilidad el lanzador. A mi entender, abusó del toque.
Hasta aquí todo el recuento de esta post temporada 2023. Al entender que ha sido temporada y post temporada, donde más peloteros cubanos se han destacado, haré una última entrega sobre su performance.
“Soñaba con fildear la pelota del último out de la Serie Mundial y ser felicitado por mis compañeros de equipo, pero todos mis sueños nunca se hicieron realidad.” Robin Yount (jardinero y torpedero, exaltado al Salón de la Fama en 1999)ç
A finales de agosto y principios de septiembre de la temporada regular del 2023 pude ver jugar a los Bravos de Atlanta enfrentados a los Dodgers de Los Ángeles, era el clásico choque de trenes de los líderes de las divisiones Este y Oeste, respectivamente, de la Liga Nacional. Los Bravos lucieron super, ganaron los tres primeros desafíos, el primero reñido, pero los siguientes en buena lid, sólo perdieron el cuarto desafío con derrota para el veterano Charlie Morton. Realmente vi a los Bravos invencibles y con razón lo di como el equipo a llegar a la Serie Mundial. Estos dos conjuntos ganadores quedaron sembrados en la espera de la eliminación de los comodines.
En esa primera eliminatoria estaban los cascabeles de Arizona, ocupante del segundo lugar de la división Oeste, enfrentados a los campeones de la División Central, los Cerveceros de Milwaukee, equipo que iba como el clásico favorito a ganar los dos juegos requeridos, mientras que del otro lado iban los Filis de Filadelfia, también ocupantes de la segunda posición de la División Este, contra los Marlins de Miami, último comodín y tercer lugar de la misma división. A todas luces, los Filis pintaban como los vencedores de este enfrentamiento.
En tono de jarana, al parecer los cerveceros se bebieron todo el lager antes de llegar a estos juegos, pues el Arizona, sin ninguna bulla y mucho acierto, logró darle dos papazos consecutivos a su rival. El primer juego concluyó 6-3, con derrota para el estelar Corbin Burnes y jonrones del novato Corbin Carroll, del dominicano Ketel Marte y del venezolano Gabriel Moreno, suficientes para borrar la ventaja inicial de 3 carreras marcadas por los cerveceros en las dos primeras entradas. El mánager Torey Lovullo echó mano a todo el pitcheo necesario, siete lanzadores, para lograr la victoria. Los cerveceros conectaron 13 imparables, pero no lograron combinar, aparte de dos doble matanzas del cuadro del Arizona. El segundo partido fue bastante parecido, los de Milwaukee anotaron 2 en la primera entrada, pero el abridor Zac Gallen y otros cuatro relevistas del Arizona mantuvieron en cero a los cerveceros por el resto del juego, mientras anotaban 5, dos de ellas impulsadas por Ketel Marte, además de jonrón del mexicano Alek Thomas. Así que Milwaukee eliminado en su propia casa por un comodín.
Del otro lado, los juegos fueron en Filadelfia, donde parecía que los Marlins no existían, pues anotaron una solitaria carrera en cada una de sus derrotas ante los Filis. El abridor Zack Wheeler amarró cortico a los Marlins en el primer desafío al permitir 5 imparables sin carreras en 6,1 entradas, el que, con ofensiva de 11 hits de sus compañeros, encabezados por Trea Turner y el cubano-americano Nick Castellanos, ambos con par de imparables cada uno. El peruano zurdo Jesús Luzardo lanzó aceptablemente por los Marlins, pero las agujitas vinieron sin filo, excepto el inicialista Josh Bell con 3 hits, y por ahí les vino la primera derrota. El siguiente se fue de un solo lado a partir de la tercera entrada cuando los Filis anotaron dos, agregaron otra en el cuarto por jonrón del receptor J.T. Realmuto, y otras cuatro por jonrón del camarero Brian Stotts con las bases llenas, más que suficientes para vencer a unas agujitas inofensivas. Anotaron 1 en el noveno impulsada por Bell y batearon tan solo 5 imparables. Ni Luis Arraez, ni Jorge Soler produjeron en estos desafíos y así los de Miami quedaron eliminados.
Vamos a la semifinal de este play off, comencemos por ver a mi favorito, los Bravos de Atlanta. Aclaro que no es santo de mi devoción históricamente, ni cuando jugaban en Milwaukee y ahora en Atlanta, aunque hay que reconocer que por esta franquicia han pasado excelentes jugadores de campo como Hank Aaron, Eddie Mathews, Joe Adcock entre otros, y lanzadores como Warren Spahn, Johnny Sain y Lew Burdette, hablo de las escuadras de los 50. Luego han tenido la crema y nata del pitcheo con Gregg Maddux, John Smoltz, Tom Glavine, y bateadores como Terry Pendleton, Chipper Jones, Fred McGriff, Andruw Jones, Javi López y otros muchos más. Objetivamente fue y lo vi como el mejor en la temporada regular. Para su pesar, los Filis no creyeron en sus rivales, ni en el pitcheo del estelar Spencer Strider y se llevaron el primero con marcador de 3-0, ofensiva en la que el inicialista Bryce Harper contribuyó con un cuadrangular. El zurdo Ranger Suárez lanzó 3,2, pero al menor parpadeo, el mánager Rob Thompson le aplicó la grúa y comenzó a utilizar a sus relevistas, en total 6. El siguiente juego, igualmente en Atlanta, fue algo diferente, pero cerradito, victoria de los Bravos 5-4, los que increíblemente batearon sólo 4 hits y trabajaron una base por bolas, pero dos de esos incogibles fueron sendos jonrones del antesalista Austi Riley y del recepto Travis D´Arnaud, ambos con uno en circulación. Los Bravos lograron revertir el marcador adverso de 4-0 a partir del sexto inning. Zack Wheeler logró ponchar a 10 bateadores en 6,1, pero soportó las 3 primeras carreras de los Bravos, vino José Alvarado al rescate y Thompson lo relevó en el octavo con el derecho Jeff Hoffman, el que Riley le botó la bola y produjo las del empate y decisivas. El abridor de los Bravos, el zurdo Max Fried soportó las 3 primeras anotaciones de los Filis en las 4 entradas que lanzó, entre los 6 hits permitió se incluyó otro jonrón de Realmuto.
Los siguientes juegos fueron en Filadelfia, nada bueno para los Bravos, ya que los locales se soltaron a batear frente a los envíos de Bryce Elder, al que le anotaron 6 en 2,2 entradas, incluido jonrones de Castellanos y Harper. El abridor de los Filis fue el derecho Aaron Nola, el que soportó dos carreras en 5,2 entradas y propinó 9 ponches. Los Filis agregaron 4 más por otros jonrones de Harper, Castellanos, Turner y Brandon Marsh. En honor a la verdad, los Bravos conectaron 10 hits, Ronald Acuña se hizo sentir, pero no lograron combinar, aparte que el pitcheo de los Bravos peor no pudo ser. Con la serie 2-1 a favor de los Filis se jugó el cuarto partido, en el que los Bravos lograron su primera carrera en la cuarta entrada por jonrón del antesalista Riley ante los envíos del venezolano Ranger Suárez, no hubo más, la ofensiva de Atlanta más raquítica no pudo ser, 5 indiscutibles y 4 bases por bolas. Los Filis empataron en ese cuarto inning por jonrón de Castellanos sobre los envíos de Spencer Strider, en el quinto Trea Turner trajo la segunda con doble, y en el sexto Castellanos bailó como decía el gran Benny Moré y disparó otro vuelacerca. Final de este juego, 3-1 y el Atlanta eliminado.
Vamos a los Ángeles, Dodgers vs Arizona, favorito los californianos, of course. Aquí cabría la canción de Rubén Blades “La vida te da sorpresa”. Las serpientes mordieron enseguida empezado el juego ante el abridor, el estelar zurdo Clayton Kershaw, ¿quieren saber algo? Sacó un solo out y le anotaron 6 limpias en 0,1 entrada, donde Ketel Marte, Christian Walker y Evan Longoria le conectaron dobles, mientras que Gabriel Moreno despachaba jonrón con 2 a bordo. Jamás había visto a Kershaw tan mal y llevo años viéndole lanzar. El mánager Dave Roberts lo aguantó demasiado, con el jonrón de Moreno bastaba para sacarlo. El rubiecito Emmet Sheeham lo relevó, pero el diluvio continuó, 3 limpias, jonrón de Corbin Carroll con uno en base, y no se cansaron de jonronear. Alek Thomas uno en el séptimo y Tommy Pham sonó otro en el octavo. Los Dodgers batearon 4 imparables y anotaron 2 en el octavo, ganó Merrill Kelly, marcador final 11-2, ¿quién lo iba a decir? En el siguiente juego el novato Bobbie Miller abrió por los locales, nuevamente las serpientes mordieron y anotaron 3, pero hubo más amenaza en el segundo y Roberts le aplicó la grúa tempranamente, y los relevos funcionaron bien, excepto en la sexta entrada cuando el cubano Lourdes Gurriel Jr. le disparó jonrón solitario a Ryan Brassier, pero los Dodgers continuaron con su raquitismo ofensivo, solo 6 hits y 2 carreras, una de ellas impulsada por el cubano J.D. Martínez en el sexto. El domador de los Dodgers fue el derecho Zac Gallen.
La serie 2-0 y a jugar en Phoenyx, Arizona, el tercer partido, el que podía dejar a los Dodgers eliminados. Lance Lynn, el oxidado, fue la selección de Roberts para abrir este juego. Lynn hace dos temporadas fue candidato al Cy Young, pero desde entonces ha decaído y en ocasiones es jonroneado sin piedad. A los Dodgers llegó a mitad de temporada cuando él y el relevista Joe Kelly fueron canjeados por los Medias Blancas de Chicago. Duró 2,2 cuando en el tercero le anotaron las 4 únicas y necesarias del Arizona para la victoria, como lo conozco, Roberts permitió que le conectaran 4 jonrones. El dominicano Geraldo Perdomo comenzó la fiesta con el primer cuadrangular, out de Corbin Carroll, y Ketel Marte la botó también, Tommy Pham cedió el segundo out, pero Christian Walker y Gabriel Moreno la botaron seguidamente, y Roberts mirando el espectáculo. Los relevistas no permitieron más libertades, mientras que a la ofensiva los Dodgers batearon 7 imparables, 3 del receptor Will Smith, y anotaban dos carreras impulsadas por Chris Taylor y el boricua Kike Hernández. El abridor Brandon Pfaadt fue relevado en el quinto cuando permitió 2 imparables, su sustituto, el zurdo Joe Mantiply se llevó la victoria, la que dejó a los Dodgers muy parecido a los Bravos, eliminados.
Para la final por el campeonato de la liga nacional se enfrentarían dos comodines, le pega el apodo, ganan 10 juegos menos que los campeones, toman buen aire y despegan en la post temporada. A mi entender, el sistema no es justo como era hace un poco más de 60 años, pero el billete manda y realmente anima a la afición. ¿El favorito para llevarse el banderín? Claro, los Filis, con esa ofensiva impresionante y lanzadores de reconocida calidad como Wheeler y Nola, pero como decía Buck Canel ¨no se vaya que esto se pone bueno¨.
Los dos primeros juegos en Filadelfia, Zac Gallen por el Arizona y Zack Wheeler por los Filis, los que salieron a morder temprano, cuatro carreras en el primer tercio de juego. Kyle Schwarber, el extraño primer bate de los Filis, sacó la bola al primer lanzamiento de Gallen, Bryce Harper lo imitó en esa misma entrada. En el segundo inning, Nick Castellanos siguió su baile con otro jonrón, el quinto en la post temporada. En resumen, Gallen lanzó 5 entradas y permitió 8 hits y 5 limpias, no hubo más, mientras que el Arizona se quedaba corto, anotaron dos en el sexto por jonrón de Perdomo con uno a bordo frente a los envíos de Wheeler, y otra más en el séptimo por fly de sacrificio de Alek Thomas, marcador final 5-3. El segundo juego fue una pateadura de los Filis de 10-0, como para quitarle el entusiasmo al más aficionado al Arizona., equipo que bateó solo 4 hits en este desafío, dominados por Aaron Nola a lo largo de 6 entradas. Schwarber jonroneó dos veces en este juego y Trea Turner conectaba su tercero de la post temporada. Los lanzadores Merrill Kelly, Joe Mantiply y Ryne Nelson fueron los vapuleados en este juego.
Tercer juego, pero esta vez en Phoenyx, juego de mucho pitcheo de ambos equipos, el venezolano Suárez por los Filis y Brandon Pfaadt por las serpientes. El juego llegó empatado a una hasta la parte baja del noveno inning. El no siempre eficiente e irregular Craig Kimbrel fue el encargado de lanzar por los Filis en esa entrada, la que comenzó con base por bolas a Gurriel Jr., el que increíblemente robó la segunda. El Jr. nunca se ha caracterizado por ser veloz y el robo fue a un cátcher de primera línea como Realmuto, el designado Pavin Smith conectó infield hit, Gurriel Jr. a tercera. Smith llegó a segunda por indiferencia de Kimbrel, no lo cuidó, Emmanuel Rivera produjo rolata al cuadro y Gurriel Jr. fue out en la goma, base a Perdomo, casa llena, y Ketel Marte sonó hit al central para dejar tendidos a los Filis. El cuarto juego fue muy guapeado por los locales, Arizona marcó 2 en el primer tercio, pero los Filis respondieron con 5 anotaciones entre el cuarto y la séptima entradas. El Arizona tuvo que depender todo el tiempo de su bull pen al no tener abridor como tal para el juego. Lovullo usó 8 lanzadores en este juego, pero a los Filis le pasó algo similar, por lo que Rob Thompson usó igual cantidad de pitchers. Con el juego 5-2, Perdomo, con un out en el séptimo inning, produjo de hit, Ketel Marte recibió base, todo esto frente al relevista Gregory Soto. Carroll forzó en segunda a Marte, pero Moreno recibió base del relevista Orion Kerkering, muy descontrolado, el que cedió otro boleto al cuarto bate Christian Walker, impulsor de la tercera carrera del Arizona. Kevin Ginkel dominó la ofensiva de los Filis en la octava entrada y nuevamente Craig Kimbrel a relevar contra el Arizona. Esta vez Gurriel Jr. le abrió con doble, Longoria cedió el primer out de la entrada, pero Alek Thomas le conectó jonrón por el centerright para empatar el desafío. Perdomo se ponchó, pero Ketel Marte sonó hit, Corbin Carroll fue golpeado por lanzamiento y el “futuro” relevista al Salón de la Fama, Craig Kimbrel, tuvo que ser relevado. Mira que he visto veces a este hombre botar juegos, solo cuando lanzaba con los Medias Rojas (2017 y 2018) le vi eficiente, pero sus altibajos han sido constantes y acostumbra a deambular por todas las Grandes Ligas años tras años, pero tiene 417 salvados en 13 años, más que suficiente para que le den el voto para Cooperstown. El zurdo Alvarado vino al rescate y su paisano Gabriel Moreno le disparó hit al central que empujó a Marte con la ventaja. El relevista Paul Sewald cerró el juego con escón de ponches, así la serie se empató a 2 juegos. Los Filis tomaron aire y no perdonaron a Zac Gallen nuevamente, al que le anotaron 4 limpias en 6 entradas, donde intervinieron jonrones de Schwarber, su quinto, de Harper, también su quinto, mientras Realmuto sonaba otro en el octavo con uno a bordo a costa del relevista dominicano Luis Frías. La única del Arizona fue por el cuarto jonrón en la serie de Alek Thomas en la cuarta entrada frente a Zack Wheeler, ganador del juego.
Regreso a Filadelfia y los Filis en punta 3-2, ya saben, fuegos artificiales y champán preparado para la festejar el triunfo de los locales. El veterano lanzador Merrill Kelly del Arizona se subió al montículo, lanzó 5 entradas, permitió 3 imparable y una carrera empujada por el jardinero izquierdo Brandon March, que fue todo lo que hicieron los Filis a la ofensiva en este partido, mientras que las serpientes mordían con 3 carreras en el segundo inning, donde Tommy Pham y Gurriel Jr. jonronearon, y más tarde Arizona agregaba dos más, las suficientes para ganar y empatar la serie a 3 juegos. El champán filadelfiano, por supuesto, guardado para el siguiente juego. Llegó el decisivo y el sorpresivo, me gustaría saber cuántos pensaron que Arizona llegaría hasta este final de 7 juegos, puede haberlos, pero contados con los dedos de una mano probablemente. Los lanzadores fueron Brando Pfaadt por el Arizona y Ranger Suárez por los Filis. Las serpientes anotaron la quiniela en la misma primera entrada por medio de sencillos de Carroll y Moreno, y rolata a tercera de Christian Walker, con la cual Carroll anotó. En el inicio de la parte baja de la segunda entrada el antesalista Alec Bohm sonó jonrón para empatar el desafío, bulla grande en las gradas, pero aún más cuando en el cuarto Bohm recibió boleto y Bryson Stott disparó doblete impulsor de Bohm, bulla grande en las gradas, parecía Estocolmo 1958 cuando Suecia se le fue delante al Brasil en la final de la Copa Mundial. Mas en el quinto las serpientes cargaron veneno, el antesalista boricua Emmanuel Rivera abrió con hit, Perdomo se sacrificó en toque de bola, Marte se ponchó, pero el novato Carroll, zurdo contra zurdo, disparó hit al central y Rivera anotó el empate, y aquí Suárez saltó, un relevista, Jeff Hoffman, lo sustituyó. Carroll robó segunda, jugada clave, pues Moreno sonó sencillo al derecho para que Carroll anotara la ventaja. En la parte baja de esa entrada Schwarber conectó doble, pero no pasó nada, Joe Mantiply dominó a los siguientes Filis. Los relevos se sucedieron de ambas partes, en el séptimo lanzaba Alvarado por los Filis y Perdomo le conectó sencillo, Marte disparó doble, Perdomo a tercera, Carroll al bate, nuevamente zurdo contra zurdo, Ted Williams siempre se burló de esa teoría, él bateaba a la zurda y le daba al zurdo más venenoso que pudiera haber. Carroll elevó a lo profundo del center right y Perdomo anotó la cuarta. Marcador 4-2, no hubo más para más nadie. Arizona conectó 11 hits, se hicieron los sordos con la gritería en el estadio, mientras que los temibles Filis con Harper, Castellanos, Realmuto y compañía se limitaron a conectar 5 imparables y la reacción esperada no llegó y Arizona se coronó campeón de la Liga Nacional, iría por segunda vez a la Serie Mundial. Antes lo había hecho en el 2001 cuando vencieron a los Yankees en 7 juegos. Lo interesante de esta serie fue que el Arizona regresó a casa con desventaja de 3-2, lo mismo que le sucedió ahora con los Filis, pero los mulos flaquearon al perder por pateadura de 15-2 el sexto juego, victoria para Randy Johnson, y el decisivo fue un juego reñido, y el mánager Bob Brenly apeló nuevamente al brazo de Johnson como relevista en la parte final del octavo con desventaja de 2-1. Los Yankees se habían delante por jonrón del dominicano Alfonso Soriano. En la parte baja del noveno, lanzando el cerrador panameño Mariano Rivera, el antesalista Mark Grace sonó hit al central, hubo fielder choice con el siguiente bateador, hubo corredor emergente en primera, toque de bola infructuoso de Jay Bell de emergente por Randy Johnson, y Grace fue out en tercera, seguidamente el torpedero Tony Womack disparó doble y el corredor emergente Cummings anotó, Bell a tercera, y llegó el momento de la verdad, el cubano-americano Luis González al bate, quien se encargó de conectar sencillo al central para dejar a los Yankees al campo y Arizona llevarse la victoria de la Serie Mundial. Pasaron 22 años y la historia se repite. Nadie daba a Arizona como vencedor de los Yankees, eso a pesar de contar con dos lanzadores sumamente eficientes como Curt Schilling y Randy Johnson, y ahora casi nadie veía a este equipo como favorito, ni siquiera que avanzara como lo hizo a semifinal y luego a discutir el título de la Liga. Los apostadores deben haber perdido mucho dinero entonces y ahora. Les aseguro que fue uno de los juegos más emocionantes que haya visto
Una mención especial para el dominicano Ketel Marte, hombre de buen tacto al bate, veloz en las bases, capaz de tocar o de conectar un extrabase, quien al final jugó su posición, la segunda, nada de inventos en los jardines. Marte se llevó el MVP de la post temporada en la Liga Nacional y supo ganarlo bien, muchas victorias de su equipo tuvieron la ofensiva y defensiva de este valioso jugador.
En una siguiente entrega se darán los detalles de la Serie Mundial 2023. Entiendo que esta temporada es muy particular e interesante por el desempeño de los peloteros cubanos, eso me ha animado a hacer estas descripciones.
Semifinal campeonato Liga Nacional Serpientes Arizona 3- Dodgers Los Ángeles 0 Filis Filadefia 3- Bravos Atlanta 1
Final Campeonato Liga Nacional Serpientes Arizona 4- Filis Filadelfia 3
Esteban Romero 9 noviembre de 2023
¿Deseas saber cómo jugaron los equipos cubanos sus primeras doce series del Caribe? te invito a que leas «Las 12 primeras series del Caribe de Béisbol (1949-1960)».
O ¿Quieres saber cómo fueron los campeonatos de las Series Selectiva en Cuba? puedes encontrar información suficiente en «Series Selectivas de Béisbol Cubano (1975-1995)».
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“Mi momento más grande fue cuando gané la Serie Mundial, ya que cada uno en mi ciudad sentía haberla ganado también” Johnny Bench (ex receptor y exaltado al Salón de la Fama en 1989)
La temporada regular y la post temporada son etapas distintas, más que todo por la diferencia de rendimiento de un mismo equipo en una y otra. Los llamados comodines suelen dar muchas sorpresas. Sucede que esos conjuntos entran o vienen en racha y terminan ganando hasta la misma serie mundial. Miren como los Marlins en 1997 y 2003, los Angelinos en 2002, los Medias Rojas de Boston en 2004, los Cardenales de St Louis en 2011, los Gigantes de San Francisco en 2014 y los Nacionales de Washington en 2019, todos comodines, algunos ni siquiera considerados para dar la batalla, y al final resultaron campeones de la Serie Mundial. La post temporada de 2023 no fue tampoco excepción en este caso. Comencemos con los juegos de clasificación y discusión de títulos de liga.
Como ya sabemos de los artículos anteriores, en la Liga Americana los campeones de división fueron Orioles Baltimore en el Este, Mellizos Minnesota en el Centro y Astros Houston en el Oeste. De estos tres, el de menor G-P% fueron los Mellizos, el que se tuvo que enfrentar a los Azulejos de Toronto, mientras que los otros dos comodines, Tampa y Vigilantes de Texas chocaban entre sí, series a ganar dos juegos. Mi pronóstico fue que los Azulejos derrotaran a los Mellizos y mucha reserva respecto al Texas-Tampa, con ligera inclinación a favor de los tejanos por lo devastado que venía el Tampa. Errado estaba, los lanzadores Pablo López y Sonny Gray de los Mellizos vinieron con las botas puestas y limitaron la ofensiva de los Azulejos a una solitaria carrera en 18 entradas, por el contrario, los Mellizos anotaron 5, más que suficientes para ganar ambos desafíos. En el primer juego Royce Lewis despachó dos jonrones impulsores de las 3 carreras. En el segundo partido el boricua Carlos Correa disparó 2 imparables e impulsó una, juego que terminó con lechada a seis manos y victoria para Sonny Gray.
Del otro lado, fue algo parecido, Tampa no lució nada, excepto el cubano Randy Arozarena con dos imparables incluido doble. El zurdo Jordan Montgomery puso a los de Tampa a comer de su mano para anotarse lechada de 4-0 auxiliado por el cubano Aroldis Chapman y el dominicano José Leclerc. En el segundo juego, el recuperado Nathan Eovaldi dominó a los de Tampa al permitirles una carrera impulsada por el mexicano Isaac Paredes, mientras que los tejanos apabullaban al a derecho Zack Eflin con 7 carreras, 9 imparables, incluido jonrones del cubano Adolis García y del novato Evan Carter.
Así las cosas, los Mellizos fueron a medirse con los Astros de Houston y los Vigilantes de Texas con los Orioles de Baltimore. Para el primer enfrentamiento daba a los Astros como vencedores, pero nada para nadie en el segundo por la buena ofensiva de ambos conjuntos.
La Serie entre Astros y Mellizos no se fue tan fácil de un solo lado como uno esperaba. El mánager Rocco Baldelli de los Mellizos parece haberles dado espinaca a sus peloteros, ya que lucieron muy distintos a juegos de post temporadas anteriores. Minnesota no ganaba juego de post temporada desde hacía varios años, establecieron récord de 18 derrotas consecutivas, llegaban a la primera fase y eran eliminados en un santiamén. En 2023 todo cambió. El primer juego de estos equipos fue reñido, el que finalizó 6-4 a favor de los Astros al contar con buena faena monticular del estelar veterano Justin Verlander, el que pintó de ceros a su rival en 6 entradas y retirarse con ventaja de 6 carreras, cuatro de ellas producto de jonrón del venezolano José Altuve y par de esos por el cubano Yordan Álvarez, pero los relevistas de los Astros complicaron el juego cuando el dominicano Héctor Neris permitió cuatro limpias y dos cuadrangulares seguidos, uno de otro dominicano, Jorge Polanco, y otro de Royce Lewis, su tercero en la post temporada. El siguiente juego fue diferente el resultado, el derecho venezolano Pablo López se encaramó en el montículo y pintó de blanco a los Astros en 7 entradas, mientras sus compañeros le marcaban 5 al dominicano Framber Valdez, el que se presentó sin mucho en sus lanzamientos, final 6-2. El versátil Kyle Farmer de los Mellizos jonroneó por los vencedores, mientras Yordan Álvarez las únicas dos de su equipo con su tercer jonrón en la post temporada. Empatados se fueron a jugar a Minnesota, nada bueno para los Astros. No obstante, los de Houston le dieron paliza a 9-1 a los Mellizos, donde sobresalió la figura del cubano José Abreu, el que empujó 5 con dos jonrones, además del cuarto cuatri-esquinazo de Yordan. Sonny Gray fue castigado esta vez y el dominicano Christian Javier lanzó bien 5 entradas sin carreras permitidas. El siguiente partido era el decisivo o el del empate y vuelta a Houston. Royce Lewis le hizo la gracia grande al mexicano José Urquidy, el que luego se compuso hasta el sexto cuando el designado quebequés Edouard Julien agregó otra más con jonrón, pero en ese momento los Astros ya habían anotado 3, una por jonrón de Michael Brantley en el segundo inning y dos más por el tercer jonrón de José Abreu en la post temporada, el que empujó las dos decisivas.
Los Vigilantes habían derrotado al Tampa jugando como visitador en ambos partidos, con los Orioles abrieron también como visitadores. Un primer juego muy cerradito, el que finalizó 3-2 a favor del Texas, partido en que ambos directores usaron 6 lanzadores cada uno. El novato Josh Jung de los Vigilantes disparó jonrón. El siguiente, igualmente en Baltimore, fue un juego de carreraje. Como dije, son dos equipos muy bateadores, por lo que un resultado de este tipo no era inesperado. La sonrisa nuevamente para el Texas 11-8, el que conectó 11 imparables, 3 menos que los Orioles, e incluso menos extrabases, pero el veneno de las bases por bolas hizo de las suyas. Los Vigilantes trabajaron 11 boletos, sobresaliendo Corey Seager con 5, récord para un bateador en juego de post temporada. Ganó el que tuvo mejor OBP, ni Jordan Montgomery ni Grayson Rodríguez salieron bien parados en estas aperturas. El tercer juego se disputó en Arlington, Texas, primero que disfrutarían los tejanos en casa, y mejor no pudo ser, victoria de 7-1, con 11 imparables incluidos jonrones de Seager, Adolis y Nat Lowe. El avileño impulsó 3 anotaciones. El abridor Dean Kremer soportó 6 carreras limpias en 1,2 entradas, luego el pitcheo de los Orioles se compuso, pero ya era tarde. Eovaldi volvió lanzar bien al permitir una limpia en 7 entradas. Una observación es que Bruce Bochy tiene como una especie de sensor del peligro y sabe sacar a sus relevos a tiempo. Esto no es nuevo para aquellos que le hayamos visto dirigir a los Gigantes en Series Mundiales. Bien, Texas a discutir contra sus vecinos de Houston el título de campeonato de la Liga Americana.
Así, la discusión del título fue en el Estado de Texas, algo muy normal en Series Mundiales en la ciudad de Nueva York en el pasado y en 1944 entre Cardenales y Carmelitas de St Louis. Houston está a 417 km de Arlington. La serie se inició con 2 juegos en Houston, ambos con sonrisas para los Vigilantes. Verlander lanzó buena pelota, pero en la segunda entrada el receptor Jonah Heim impulsó a Evan Carter con la quiniela y en el quinto el dominicano Leody Taveras le enganchó una para jonronear y producir la segunda, las únicas dos del juego. Jordan Montgomery lanzó con excelencia al maniatar al one-two cubano de Yordan y José Abreu con 5 ponches, 3 para el tunero y 2 para Pito. En el segundo juego, Framber Valdez volvió a fallar, permitió 5 en tres entradas, hubo jonrón de Heim. No sé qué pensaba Dusty Baker en la primera entrada cuando a Framber le dieron con todo. En juego de post temporada no se pueden permitir tantas libertades y eso le costó la derrota, pues los Astros fueron anotando a cuenta gota hasta llegar a 4, dos de ellas por par de jonrones de Yordan, a mi entender, todo un monstruo del largometraje. Lo cómico fue ver el que le conectó a su compatriota Aroldis Chapman, quien asentía con la cabeza como diciendo “me lo dio de a bueno”. Era un lanzamiento que rompía fuera de la zona. Alex Bregman igualmente botó la bola por los de Houston. Esta vez Eovaldi no salió tan bien como en anteriores partidos. Dos cero y Houston a jugar como visitador los siguientes partidos. Casi todo el mundo pronosticó la muerte súbita de los Astros, pero no fue así, al estelar Max Scherzer los de Houston le anotaron 5 en cuatro entradas, donde se incluyó jonrón de José Altuve, pero los Vigilantes reaccionaron con 2 en el quinto y 2 en el séptimo, en ambos casos por par de jonrones del novato antesalista Josh Jung, uno frente a Christian Javier y el otro sobre Héctor Neris. No obstante, los Astros anotaron 3 en el último tercio que le garantizó la victoria al abridor Javier. Por suerte, Dusty Baker se dio cuenta que Kyle Tucker había que bajarlo y lo puso de sexto, pero también puso a Yordan como cuarto, movimiento que no le vi razón de ser. Los mejores tres bates deben ser los primeros en la alineación en la pelota moderna y así tener más veces al bate y probabilidades de producir. Los Astros dieron paliza de 10-3, donde intervinieron jonrones de Pito Abreu y de Chaz McCormick. Por los derrotados, Adolis y Seager jonronearon también. No fue partido, donde haya brillado el pitcheo. Serie empatada, quinto juego y nueva sonrisa para los Astros 5-4, decidido en el noveno por jonrón de Altuve con dos en base frente a los envíos de José Leclerc, lo que viró el juego completamente.
Regreso a Houston, casi todo el mundo ahora preparando el festejo de los Astros, los que jugarían con ventaja y como home club. No estaba seguro y tenía razones para no creer en esa victoria. Me acordé de la serie mundial de 2002 entre Gigantes y Angelinos cuando los primeros llegaron al sexto juego con balance de 3-2. ¿Saben quién era su mánager? El mismísimo Dusty Baker. En esta post temporada vi pocos movimientos de su parte, algunos tardíos, otros errados, Tucker era para estar de sexto mucho antes, Yordan debió ser siempre el tercero, no le dio juego a Yainer Díaz, receptor más ofensivo que Martín Maldonado. Podía haber comenzado los partidos con Yainer y ya con ventaja poner a Machete para defender en las postrimerías. Confió mucho en Framber Valdez y el uso de los relevistas no fue el mejor. Montero y Neris no estuvieron a la altura esta vez. Para los que no hayan visto la serie de 2002, les hago saber que los Gigantes llevaban ventaja de 5-0 en el séptimo inning del sexto juego y los Angelinos le arrebataron la victoria anotando 3 en el séptimo y otras 3 en el octavo. El californiano Russ Ortiz había lanzado de maravillas hasta el séptimo de aquel juego y cuando flaqueó Baker tenía que traer a cualquiera de sus buenos abridores para lanzar ese último tercio. Es cierto que le falló su principal cerrador, Rob Nenn. Al siguiente día, el juego fue paseado por los Angelinos 4-1, aguantó al cubano Liván Hernández 2 entradas y abrió el tercero, pero la ofensiva angelina dio tregua cuando vinieron los relevos. La Serie Mundial se les fue de las manos a Baker, demoró dos décadas para llegar a otra y al final ganar, pero no sin antes tener otros descalabros ocurridos en el 2020 en la serie de campeonato de la Liga Americana enfrentados al Tampa, perdida 4-3. Los Astros ganaron 3 consecutivamente e igualaron la serie, pero fueron derrotados en el decisivo, y también en la Serie Mundial de 2021 cuando perdieron 4-2 frente a los Bravos de Atlanta.
¡Qué manera de batear la de los Vigilantes en esos dos últimos juegos en Houston!, pero en el sexto juego Dusty Baker tuvo también su marfilada. Lo inició con Framber Valdez, el que permitió 3 en 5 entradas. Noveno inning, juego con marcador de 4-2 a favor de los Vigilantes, trajo a Rafael Montero a lanzar en esa entrada y lo dejó rato, el suficiente para que no sacara out le anotaran una y dejara todo complicado para su siguiente relevo Ryne Stanek, nada del otro mundo, Adolis García les hizo la gracia con jonrón con la casa llena y el marcador final fue de 9-2. Bruce Bochy, quien abrió con el eficiente Eovaldi y le cubrió 6,1, sonriendo en el banco y Baker, ya saben. ¿Por qué Baker aguantó tanto a Montero? Una novena entrada para su equipo con marcador de 4-2 no era igual a 9-2. El último juego fue como una corrida, en la que le dan el toque final al toro. Bochy abrió con Scherzer, decisión discutible, el veterano ya no es el mismo y para colmo ha estado lesionado. Dolores en la espalda obligaron su sustitución, ¿a quién trajo Bochy? A Jordan Montgomery, el que lanzó 2,1 entradas, lo suficiente para que su equipo tomara ventaja de 7-2 sobre sus rivales. El marcador final fue de 11-4, una masacre ligeramente inferior a la que le dieron los Yankees a los Dodgers (9-0) en el séptimo juego de la Serie Mundial de 1956, ¡como ha llovido de allá acá! La recuerdo por lo mucho que me dolió, que conste. Los Vigilantes batearon cuatro jonrones en ese juego final, 2 de ellos de Adolis García, todo un orgullo para los cubanos, pues se llevó debidamente el premio de MVP de la Liga, además me resultó grato oírlo hablar en inglés, síntoma de superación personal.
Así que Texas campeón de la Liga Americana, ganó todos los juegos que disputó como visitador, nueve juegos, con su mánager Bruce Bochy rumbo a la Serie Mundial con un tercer equipo que dirige. La victoria fue muy merecida, donde todo lo que debe funcionar, funcionó, pitcheo, bateo, defensiva, y paciente y equilibrada dirección.
Clasificación de comodines
Vigilantes Texas 2- Tampa Bay 0 Mellizos Minnesota 2- Azulejos Toronto 0
Final Campeonato Liga Americana Vigilantes Texas 4- Astros Houston 3
Esteban Romero 6 noviembre de 2023
Nota aclaratoria: todos estos artículos van dirigidos fundamentalmente a aquellos que no tienen acceso a ver estos juegos, como sucede con la mayoría de la población aficionada en Cuba.
¿Deseas saber cómo jugaron los equipos cubanos sus primeras doce series del Caribe? te invito a que leas «Las 12 primeras series del Caribe de Béisbol (1949-1960)».
O ¿Quieres saber cómo fueron los campeonatos de las Series Selectiva en Cuba? puedes encontrar información suficiente en «Series Selectivas de Béisbol Cubano (1975-1995)».
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“Antes de hablar de campeonatos hay que entrenar como equipo vencedor de campeonatos.” Mike Singletary (1958, ex jugador de fútbol americano)
Involuntariamente omití en la entrega anterior las nuevas reglas de juego implementadas en la temporada de 2023, por lo que antes de describir lo visto por el que suscribe en la vieja liga de la MLB, estimo oportuno mencionarlas, entre ellas:
Un tiempo máximo de 30 segundos entre bateadores, mientras que, entre lanzamientos, se conceden 15 segundos con las bases estén vacías y 20 con corredores en base. Si el lanzador no cumple con la regla, automáticamente se le concede una bola al bateador, el que, a su vez, solo puede pedir tiempo una vez por comparecencia al bate.
La formación defensiva sufrió cambios, los jugadores del cuadro no pueden situarse sobre la hierba que cubre los jardines, deben tener sus pies dentro del límite exterior del cuadro, y dos de estos jugadores deben estar a cada lado de la segunda base al momento del lanzamiento. Personalmente no creo justo esta medida, ya que inhibe las iniciativas defensivas del equipo al campo, pero ahí están. Llamo a esta medida la Lou Brodreau restringida.
También cambiaron el tamaño de las bases y las distancias. Antes una almohadilla tenía 15 pulgadas cuadradas, ahora son 18, lo cual les facilita más la vida a los robadores y se las pone difícil a los receptores, sobre todo cuando son acompañados de lanzadores que no cuidan a los corredores en base. Para completar, la distancia entre el plato y la primera y tercera bases se redujo en 3 pulgadas, mientras que la distancia entre primera y segunda o segunda y tercera igualmente se redujo, pero a 4,5 pulgadas.
Si tanto interés hay en reducir el tiempo de los juegos, algo que comparto, no entiendo por qué no se acaba de implantar el KO con 10 o más carreras de ventaja al terminar la séptima entrada. Cuando suceden esas grandes desventajas vemos a los mánagers tirar la toalla con razón y poco falta para que el cargabate salga a lanzar las últimas dos entradas. Bueno, es un decir, pero ver lanzar a uno que no es pitcher y como lo jonronean, es algo que le resta belleza al juego.
Vamos a la Liga Nacional, donde de siempre he seguido a los Dodgers, la culpa la tiene mi paisano matancero Edmundo Amorós, al que le llamaban Sandy, uno de los héroes de la Serie Mundial de 1955. Los Dodgers llevan clasificando para la post temporada desde el 2013 y desde entonces solo han perdido el primer lugar su división en 2021 por la diferencia de un juego con los Gigantes de San Francisco. En esta temporada el equipo tuvo sus dificultades en algo más del primer mes de juego. Nuevamente los Gigantes se atravesaron en el camino y apareció un rival inesperado, las serpientes de Arizona. En realidad, todos los entendidos esperaban una rivalidad entre los Dodgers y los Padres, este último bastante reforzado y con varias figuras estelares. Los frailes se gastaron la plata y a pesar de contar con peloteros como los dominicanos Juan Soto, Fernando Tatis Jr., Manny Machado, el arubeño Xander Bogaerts, el sudcoreano Ha-Seon Kim al campo, y lanzadores como Blake Snell, el nipón Yu Darvish, además del veterano Michael Wacha, Seth Lugo y el cerrador Josh Hader, quedaron relegados al tercer lugar, otra decepción tan grande como la de los Yankees.
Por su parte, los Dodgers tomaron su rumbo habitual y terminaron con 100 victorias, donde mucho tuvo que ver la ofensiva de grandes del béisbol como el inicialista Freddie Freeman y el versátil Mookie Betts. Los Dodgers debilitaron mucho el campo corto, dejaron ir dos temporadas antes a Corey Seager, para el 2022 trajeron a Trea Turner, el que pasó a jugar con los Filis en el 2023. Gavin Flux estuvo lesionado, así que la solución fue con el veterano venezolano Miguel Rojas, cuyo bateo no se parece a ninguno de los antes mencionados. Igualmente confiaron en la figura joven del cubano Miguel Vargas para defender la intermedia, pero el hijo de Lázaro no bateó con la frecuencia debida y terminó la temporada en clase AAA. La adición de los veteranos Jason Heyward y J.D. Martínez dio realmente resultados, aunque JD estuvo fuera de juego buen rato debido a lesiones. Se deshicieron de Cody Bellinger y cubrieron el central con el novato Jim Outman, el que tuvo una temporada aceptable ofensiva y defensivamente. El problema fue el pitcheo, el zurdo Clayton Kershaw en sus últimas y guapeando hasta donde pudo, Julio Urías eficiente en la primera mitad de la temporada, no así en lo sucesivo e igualmente fuera de juego por investigaciones por causa de violencia de género doméstica, Tony Gonsolin, Dustin May fuera de juego por lesión, Walker Buehler alejado toda la temporada por problemas con su brazo. En fin, el mánager Dave Roberts tuvo que inventarla con los novatos Bobby Miller y Ryan Pepiot, y recibió a un oxidado Lance Lynn como refuerzo en la segunda mitad de la temporada. Los Gigantes mordieron al inicio, pero finalmente cayeron al cuarto lugar de la división y Gabe Kapler fue despedido como mánager de este conjunto. Colorado fue poco o nada en esta contienda, pero el Arizona con sus altibajos logró un resultado inesperado al quedar en la segunda posición de la división, aunque con una diferencia de 16 juegos con los Dodgers.
El Arizona contó con el juego del jardinero novato Corbyn Carroll, los casi novatos, el receptor venezolano Gabriel Moreno, adquirido del Toronto junto al cubano Lourdes Gurriel Jr., a cambio de Daulton Varsho, el mexicano Alek Thomas, los experimentados Ketel Marte, Christian Walker, Evan Longoria, Tommy Pham y el joven torpedero dominicano Geraldo Perdomo. Su pitcheo no fue ninguna galaxia, pero se las arregló para ganar 84 partidos, donde se destacaron los derechos Zack Gallen y Merrill Kelly, y el cerrador Paul Sewald.
En la otra costa, la del Este, el equipo de los Bravos Atlanta se despachó realmente con su enorme ofensiva sobre el resto de sus rivales. Este conjunto ganó 104 juegos y le sacó ventaja de 14 juegos a los Filis, ocupantes de la segunda posición. Siete de los peloteros de los Bravos batearon 20 o más jonrones cada uno, lista encabezada por el inicialista Matt Olson con 54 jonrones y 139 impulsadas. Sin embargo, a la hora de hablar de estrella, el venezolano Ronald Acuña Jr. se lleva el premio, el que conectó 79 XBH entre ellos 41 jonrones, impulsó 106 carreras y robó 73 bases, un fuera de serie. Los otros rompe-cercas fueron el dominicano Marcel Ozuna con 40 HR, el curazoleño Ozzie Albies con 33, el antesalista Austin Riley con 37, y el receptor Sean Murphy y el boricua Eddie Rosario con 21 cada uno. Su caballo de batalla en el pitcheo fue Spencer Strider con 20 juegos ganados, seguido de Bryce Elder (12-4), el veterano Charlie Morton (14-12) y el zurdo Max Fried (8-1). Su cerrador fue el cubano Raisel Iglesias, el que logró 33 salvados.
Los Filis lograron la segunda posición de esta división al ganar 90 partidos. El mánager Rob Thompson tuvo un buen refuerzo en el siempre útil Trea Turner como bateador y defensor del campo corto. El largometraje aquí se hizo sentir liderado por Kyle Schwarber, el que disparó 47 cuadrangulares, Nick Castellanos con 29, Turner con 26, Bryce Harper con 21 y J.T. Realmuto con 20. El pitcheo fue muy parecido a la temporada anterior, encabezado por Zack Wheeler, Aaron Nola y el venezolano Ranger Suárez como abridores principales, y otro venezolano, el también zurdo José Alvarado en funciones de cerrador, a veces auxiliado por el derecho Craig Kimbrel.
Los Marlins dieron la batalla y se adueñaron de uno de los tres comodines de la liga al lograr balance de 84-78 superando a los muy desmejorados y usualmente decepcionantes Mets de Nueva York. En buen cubano, los Marlins fueron una guerrillita acoplada y que salía al terreno a batirse de tú a tú con el mejor. Entre los nueve regulares sobresalió el bateo despiadado del venezolano Luis Arraez, el que finalmente se llevó el título de bateo con promedio de ,354, el resto tuvo un desempeño ofensivo muy parecido, mientras que el cubano Jorge Soler disparaba 36 jonrones. Interesante fue que Arraez había logrado también el título de bateo en la Liga Americana (,316) en la temporada de 2022. El pitcheo esta vez no tuvo la excelencia de 2022 de parte del estelar Sandy Alcántara (7-12). El zurdo peruano Luis Luzardo logró un aceptable resultado (10-10), así como Tanner Scott, Braxton Garrett, A.J. Puk y Andrew Nardi. El mánager Skip Schumacher tuvo la suerte que todos sus ingredientes halaron parejito.
De los Nacionales no hay mucho que decir, ni la sombra de aquellos que ganaron la serie mundial de 2019, pero los Mets sí merecen una buena crítica, equipo que contó con Pete Alonso, el boricua Francisco Lindor, Brandon Nimmo y el receptor venezolano Francisco Álvarez, todos con más de 20 jonrones. El pitcheo tuvo a dos veteranos de alto nivel, Justin Verlander y Max Scherzer, y el nipón Kodai Senga, y relevistas como David Robertson y Adam Ottavino. Me parece que Bill Eppler, gerente del equipo, buscó nombre a la hora de contratar agentes libres sin tener en cuenta edad o rendimiento hasta el 2022. El experimentado mánager Buck Showalter, las pocas veces que le vi, era frunciendo el ceño y enojado.
La división central fue peleada de principio a fin, muy distinta a su gemela en la Liga Americana. Los piratas arrancaron en punta, pero la gasolina se agotó pasadas las primeras 6 semanas de campeonato. Los rojos de Cincinnati parecían destinados a ocupar la última posición, pero el equipo despegó, además de debutar un torpedero de 196 cm, altísimo, pero rápido de swing, también rápido en las bases, el que ya ha dado que decir y dará aún más con ajustes para la siguiente temporada, sobre todo paciencia en home y trabajando más bases por bolas. Hablo del dominicano Elly de la Cruz. Los Cardenales de St Louis, los siempre vencedores, esta vez cayeron al sótano, de nada les valió la ofensiva acostumbrada de Nolan Arenado, Paul Goldschmidt, además del joven camarero Nolan Gorman. El pitcheo les falló, lo mismo daba que fuera Jordan Montgomery, Miles Mikolas, Jack Flaherty o el veterano Adam Waimwright, no funcionó. Montgomery fue otro cuando pasó a lanzar para el Texas en esta misma temporada. Creo que el resultado mucho tiene que ver con la dirección del dominicano-estadounidense Oliver Mármol.
En esta división los Cerveceros de Milwaukee volvieron por la senda triunfal y con balance 92-70 se hicieron del primer lugar, con ventaja de 9 juegos sobre los Cachorros de Chicago, ocupantes de la segunda posición. Los Cerveceros lograron este resultado con un buen juego de equipo. Christian Yelich fue su mejor bateador en promedio, pero sin llegar a los ,300, mientras que el torpedero dominicano Willy Adames bateaba 55 XBH, incluido 29 jonrones. El pitcheo fue encabezado por Corbin Burnes, el dominicano Freddy Peralta, Wade Miley y Adrian Houser. El cerrador fue Devin Williams con 36 salvados.
Los Cachorros mostraron recuperación en su corto período de reconstrucción y se llevaron el segundo lugar, pero no clasificaron para la post temporada. El ex receptor David Ross, mánager del equipo, supo mover sus fichas convenientemente. El conjunto tuvo cinco peloteros con 20 o más jonrones, ellos fueron el ex Dodger Cody Bellinger (26), el designado dominicano Chris Morel (26), el jardinero Ian Happ (21), el torpedero Danby Swanson (22) y el nipón Seiya Suzuki (20). Los abridores de resultado fueron Justin Steel, Marcus Stroman y Drew Smily. Pitchers como el ex Yankee Jameson Taillon y el veterano Kyle Hendricks no rindieron lo esperado, es probable que con un poco más de estos dos últimos los Cachorros habrían llegado a la post temporada.
En la próxima entrega hablaremos de la post temporada de 2023, muy llena de sorpresas y decepciones como siempre sucede.
“El talento gana juegos, pero el juego de conjunto y la inteligencia ganan campeonatos.” Michael Jordan
Toda temporada en las Grandes Ligas trae sus agradables sorpresas y sus decepciones. No es usual que los pronósticos de pretemporada se cumplan. Sucede que esas predicciones se realizan sobre la base de las nóminas de cada conjunto, pero una cosa es en el papel y otra en el terreno.
En la Liga Americana las gratas sorpresas estuvieron en el desempeño de dos equipos perdedores en las temporadas anteriores. El primero de ellos es el conjunto de los Orioles de Baltimore, el que desde 2017 vino tejiendo una cadena de balances negativos de ganados-perdidos, al extremo que, en el 2018, 2019 y 2021 perdieron más de 100 desafíos. No obstante, en la temporada de 2022 las cosas comenzaron a cambiar cuando tuvo balance de 83-79 y en el 2023 se convirtió en un cuchillo de doble filo. Ganaron 101 juegos y se llevaron el banderín de la división Este de la Liga Americana, probablemente la más fuerte de ambos circuitos. Esas victorias se debieron al lograr acoplar una maquinaria eficiente de moler lanzadores adversarios, donde se destacaron el receptor y bateador ambidextro Adley Rutschcman, en su segunda temporada en el nivel superior; el inicialista Ryan Mountcastle en su cuarta temporada; el todavía novato y torpedero Gunnar Henderson, tan eficiente que llevó al dominicano Jorge Mateo al banco; y el ya consolidado jardinero venezolano Anthony Santander. A este grupo se unieron peloteros de experiencia como Cedric Mullins, Adam Frazier, el joven mexicano Ramón Urías, Austin Hays y Ryan O´Hearn. El mánager Brandon Hyde contó con un buen cuerpo de serpentineros encabezado por el veterano Kyle Gibson, además de Dean Kremer, el tejano Grayson Rodríguez, Kyle Bradish y Tyler Wells como abridores, mientras que los relevistas hicieron su trabajo, donde sobresalieron el gigante dominicano Félix Bautista en funciones de cerrador, los apagafuegos cubanos Yennier Canó y el zurdo Cionel Pérez entre otros.
Baltimore ascendió a la cima de la división en la segunda mitad de la temporada, ya que hasta antes del juego de las estrellas el líder era el equipo de bajo presupuesto, pero de constante eficiencia, hablo de los Rays de Tampa. Su mánager Kevin Cash las inventa a diario con sus constantes cambios de alineaciones. Le ayuda el hecho de tener un buen cuerpo de auxiliares, sea en pitcheo como en bateo, además de figuras jóvenes al campo. Tampa se nutre bien de su sistema de sucursales en Ligas Menores. No ganó por las lesiones de figuras claves como su lanzador de cabecera, el zurdo Shane McClanahan, el que tampoco estará en juego en la próxima campaña; su camarero regular Brandon Lowe, el jardinero dominicano José Siri y el inicialista-jardinero Luke Raley, a lo que hay que sumar la baja administrativa del torpedero dominicano Wander Franco, el que está pasando por un proceso de investigaciones en su país acusado de tener relaciones con una menor de edad. Así y todo, Cash se las ingenió para guapear hasta el final de la temporada, logrando 99 victorias. La ofensiva-defensiva y velocidad de sus regulares fue la clave para este paso victorioso, el que incluyó 13 juegos ganados consecutivamente, algo que solamente habían logrado con anterioridad los Bravos de Atlanta en 1982 y los Cerveceros de Milwaukee en 1987. La alineación del Tampa contó con la ofensiva del antesalista mexicano Isaac Paredes, un nuevo slugger en las Mayores; el bateo de los cubanos Yandy Díaz, Randy Arozarena, el colombiano Harold Ramírez, el de largometraje del dominicano José Siri, además del jardinero Josh Lowe. Con Franco, Lowe y Raley en juego, Tampa era difícil de vencer. Sus lanzadores estelares no es que estuvieran todos los días de fiesta, hablo de Zack Eflin, Tyler Glasnow, la adición del derecho Zack Litell, el que venía de las filas de los Medias Rojas, y el novato Taj Bradley, quien aún debe madurar y mejorar, pues condiciones le sobran. La ofensiva logró revertir muchas veces marcadores adversos y malas presentaciones de esos hurlers. Los relevistas se comportaron de manera similar, excepto su cerrador Peter Fairbanks.
En esa división fuerte oposición presentaron los Azulejos de Toronto. Ofensivamente el equipo se mostró bien, pero algo debilitado. Ya en sus filas no estaban los jardineros, el dominicano Teoscar Hernández y el cubano Lourdes Gurriel Jr., a eso sumemos que en el 2021 el camarero Marcus Semien pasó a jugar en las filas de los Vigilantes del Texas. No obstante, el equipo dio pelea y se llevó uno de los tres comodines de la Liga para jugar en la post temporada. Bo Bichette, Vlad Guerrero Jr., el mexicano Alejandro Kirk, el veterano Brandon Belt, George Springer, Kevin Kiermaier, Whit Merrifield y Matt Chapman fueron los encargados de la ofensiva, mientras que el pitcheo fue tarea de Chris Basssit, el boricua José Berríos, Kevin Gausmann, el coreano Ryu, con Jordan Romano como cerrador.
Las lágrimas corrieron a cargo de los Medias Rojas de Boston y los Yankees, tradicionales vencedores en la división, pero con tanta fuerza de los restantes, a ellos solo les tocó ver la post temporada como yo la vi, por la TV. Si el difunto propietario de los Mulos, George Michael Steinbrenner III, viviera, las cosas habrían sido distintas desde hace temporadas. El viejo murió en 2010, un años después de que los Yankees ganaran su última serie mundial. De allá hasta acá, nada de nada, equipo le ha sobrado, pero es como manejar un coche de alta velocidad, si no sabes, te estrellas. El viejo lloraba y criticaba cada derrota de su equipo, no creo que su hijo Hal le pase algo similar, mientras que el gerente Brian Cashman ahí va echando sus años hasta que lo cesanteen. El mánager Aaron Boone está de más en ese conjunto. Mis respetos y mejores recuerdos para George Steinbrenner, así deben ser los propietarios de conjuntos deportivos.
La división central de la Liga Americana fue lo que es. Los Guardianes vinieron debilitados por las lesiones y Terry Francona no pudo hacer mucho esta vez. En 2022 su equipo ganó y logró avanzar en el play off al vencer al Tampa dos veces consecutivamente, pero este año no todas las piezas funcionaron, por lo que cayeron al tercer lugar, superados por el campeón Mellizos Minnesota, equipo que, si se reforzó y logró su objetivo, volver a ganar la división. La llegada del antesalista Royce Lewis fue decisiva para que los Mellizos de Rocco Baldelli apuntalarán su ofensiva, mientras que los lanzadores Pablo López, Joe Ryan, Sonny Gray y Kenta Maeda se las arreglaron para garantizar el número de victorias necesarias. Los Tigres de A.J. Hinch se hicieron de la segunda posición. En este equipo hay algunas figuras que ya pueden ser un dolor de cabeza para los lanzadores adversarios en las siguientes campañas como el receptor Jake Rogers y el inicialista Spencer Torkelson, pero su pitcheo no es que haya sido nada del otro mundo. Los equipos rastrojos de la Liga ocuparon los últimos lugares, los Reales de Kansas City, equipo que tiene algunas figuras jóvenes a no perder de vista y los decepcionantes Medias Blancas de Chicago, conjunto al que he seguido casi siempre y creo que no seguiré más por ahora. No quiero decir lo que pienso de su dueño, de los cesanteados vicepresidente y gerente, y su nuevo mánager, el que creo no aportará nada, 101 derrotas no han bastado para que lo despidan, y su nuevo gerente no parece que tenga idea de lo que tiene qué hacer. Mi única recomendación es que Luis Robert Jr. busque la forma de salirse de esa formación. Él posee talento para convertirse en todo un All Star, pero los auxiliares que lo rodean son del mismo nivel que su mánager y no enseñan nada. Lo demás no da para llenar estadios a no ser que el dueño afloje el bolsillo y se contraten buenos agentes libres.
Emotiva fue la división Oeste en esta liga, donde los Vigilantes fueron la otra gran sorpresa de la liga americana. Les pasó algo parecido a los Orioles, desde la temporada de 2017 su balance de victorias y derrotas fue negativo, incluso en la campaña 2022 (68-94). Estaba claro que el equipo tenía que reforzarse y buscar a un mánager, y la pensaron bien, trajeron al Monsieur Bruce Bochy, nacido en Francia, aunque de padre militar estadounidense. Bochy tiene una amplia experiencia al haber dirigido a los Padres, campeones de la Liga Nacional en 1998 y luego derrotados por pollona de los Yankees de Nueva York en la Serie Mundial. Con los Padres estuvo hasta el 2006 y desde el 2007 con los Gigantes, a los que llevó a ganar tres títulos mundiales en 2010, 2012 y 2014. El Texas contó con una ofensiva feroz encabezada por Marcus Semien, Corey Seager, el cubano José Adolis García, los jóvenes Nat Lowe, Mitch Garver, el dominicano Leody Taveras, Jonah Heim, y los novatos Evan Carter y Josh Jung. Su cuerpo de lanzadores descansó en las figuras de Dan Dunning, el muy recuperado Natham Eovaldi, Jon Gray y el zurdo Andrew Heaney, y se reforzó en la segunda mitad de la temporada con la entrada del zurdo Jordan Montgomery, el relevista cubano Aroldis Chapman y el estelar Max Scherzer. El joven dominicano José Leclerc fue el cerrador del conjunto.
Los Vigilantes se mantuvieron en punta buena parte de la temporada, pero dos equipos estuvieron al acecho: los campeones Astros de Houston y los Marineros de Seattle. Houston tuvo sus problemas por lesiones de sus peloteros, entre ellos dos de sus principales pilares, José Altuve y Yordan Álvarez. José Abreu tuvo una pésima primera mitad de temporada, luego logró componerse y producir para su equipo. La ofensiva descansó buena parte del tiempo en lo que hicieron Alex Bregman, el hondureño Mauricio Dubón, pelotero versátil y de tacto al bate, KyleTucker y el receptor novato dominicano Yainer Díaz como bateadores de largometraje, y el ya asentado, también dominicano, Jeremy Peña. La receptoría estuvo bien resguardada por el veterano Martín “Machete” Maldonado, el que alternó con Yainer. Su cuerpo de lanzadores tuvo un buen performance, aunque al zurdo Framber Valdez se le vio algo menos eficiente que en temporadas anteriores. Así y todo, en la pelea final, Astros y Vigilantes terminaron con igual balance, pero como los primeros ganaron la serie particular entre ambos, los del Houston se llevaron el banderín de la división nuevamente. Seattle dio batalla y fue el causante que el Texas no ganara la división al ser vencidos por los marineros en la última jornada del campeonato. Este conjunto del Seattle tiene buenos bateadores y lanzadores, pero hay algo que les falta para incluso ser más ganadores. En la temporada de 2022 jugaron muy buena pelota en el play off, este año el juego mejorado de equipos como el del Texas en su división les quitó esa posibilidad. ¿Y los angelinos? Bien gracias, Mike Trout no puede completar temporada, las lesiones le persiguen, a Anthony Rendón le pasa algo igual, mucho se espera de Shohei Ohtani, un hombre que lo hace todo bien, pero con una estrella no se gana un campeonato. Los Angelinos tienen que cambiar su nómina e inyectarle nuevas figuras y no peloteros deambulantes por las Grandes Ligas temporada tras temporada. Los Atléticos de Oakland fue el peor equipo de la liga, por debajo de los Reales y los Medias Blancas, que ya es mucho decir. Ni idea de lo que se propongan hacer con este conjunto, del cual salieron muchas figuras actualmente eficientes como Matt Olson, Matt Chapman, Sean Murphy y Ramón Laureano. Dicen que quieren cambiar de sede, algo que realizarían por tercera vez, antes Filadelfia, luego Kansas City, ahora Oakland, ¿Y mañana?
En una próxima entrega hablaré sobre la Liga Nacional, aunque con menos detalles, pues, excepto la división Oeste, las otras no es que las haya seguido mucho.
«Creo que cada lanzamiento que hago tiene que algo de creación. Cuando me percaté de mi primer lanzamiento, una emoción indescriptible brotó de mi corazón y me apasioné por el pitcheo.” Eiji Sawamura
Creo conveniente reconocer un error cometido a la hora de valorar a los lanzadores japoneses, por desconocimiento consideré al estelar Masaichi Kaneda como el mejor pitcher nipón, no sabía de la existencia de un fenómeno como lo fue Eiji Sawamura. Tampoco se puede absoluto en estas valoraciones, más ahora que se destaca otro fenómeno como Shohei Ohtani. Equivocarse es de humano, peor es no reconocer el error. Dicho lo cual, pasaré a hablarles de un pelotero de la tierra del sol naciente que es todo un ídolo en su país, un hombre que en su breve carrera deportiva dejó hazañas para la historia, las que he podido recopilar en la misma prensa deportiva japonesa, la que arroja más datos o anécdotas sobre Sawamura.
Se llamaba Eiji Sawamura, no lo confundan con el lanzador Sawamura de los Medias Rojas de Boston. Eiji nació el 1 de febrero de 1917 en la ciudsd Ise, Prefectura Mie, tenía 174 cm de altura, peso de 71 kg y lanzaba a la derecha. Siempre vistió el número 14 como profesional. Sawamura debutó como lanzador en la Escuela Comercial de Kioto (actualmente Escuela Secundaria Kyoto Gakuen, donde desde temprana edad mostró su talento y participar en el torneo nacional de escuelas secundarias, en el que propinó 97 ponches en 48 entradas lanzadas. Los entrenadores tomaron nota vieron la velocidad extraordinaria de ese joven. Concluido el torneo de verano de 1934, Sawamura abandonó la escuela en Kioto y se encaminó a jugar béisbol profesional.
Integró entonces el conjunto profesional Dainippon Tokyo Baseball Club, el que años después se convirtiera en el famoso Yomiuri Giants. Los entrenadores ya sabían de la bola de humo que poseía Sawamura, además de lanzar curvas, por lo que fue invitado a participar en una serie de encuentros con una selección de la MLB.
Entre 1905 y 1934 japoneses y norteamericanos sostuvieron encuentros de béisbol tanto a nivel universitario, semipro y profesional. Así que este enfrentamiento de 18 juegos era una continuación.
Aquel conjunto norteamericano traía en sus filas a Lou Gehrig en 1B, Charlie Gehringer en 2B, Jimmie Foxx en 3B, y Hal “Rabbit” Warstler en el SS. En los jardines estaban Earl Averill en el izquierdo, Bing Miller en el central y Babe Ruth en el derecho. Aclaro que era un Ruth ya en sus últimas. La receptoría fue defendida por el novato Frankie Hayes y por Moe Berg. Observen que al campo ese equipo tenía cinco futuros miembros del Salón de la Fama. Los lanzadores principales fueron Lefty Gómez (Salón de la Fama), Earl Whitehill y Clint Brown, mientras que la dirección recaía en manos del experimentado Connie Mack auxiliado por Lefty O´Doul. Un trabuco para competir con peloteros japoneses de talento, pero aún por madurar.
Vamos a ver si logramos hacer coincidir lo que dicen en EE. UU. con lo que reporta Japón sobre esa serie y la labor de Sawamura. La información japonesa dice que, en el primer juego, efectuado en el estadio de Kusanagi, en la prefectura de Shizuoka, que Sawamura abrió, lo hizo bien, al permitir 5 hits y una carrera en 8 entradas. Sin embargo, en los cuatro juegos restantes en los que lanzó tuvo pésimos resultados. El balance final fue de 5 juegos, 4 aperturas, 4 derrotas, los japoneses no ganaron ningún juego, PCL 7,85 y 34 hits en 28,2 entradas. En el primer partido que lanzó, logró ponchar a Babe Ruth.
Por el lado norteamericano, se informa que Sawamura lanzó y abrió su primer juego el 10 de noviembre en el estadio Meiji Jingu con una concurrencia de 60 mil aficionados. Se dice que el muchacho estaba nervioso, algo que dudo, pues los asiáticos son muy flemáticos desde temprana edad. Ruth le conectó jonrón en el primer inning, mientras que Averill y Warstler lo imitaron. Sawamura lanzó 8 entradas y permitió 10 carreras con 11 incogibles. Japan Times escribió maravillas de Sawamura, un muchacho de solo 17 años que tuvo el valor de enfrentarse a un equipo élite de la MLB. Tres días más tarde, en Toyama, después que el abridor Shigeru Mizuhara soportara 11 carreras en las 3 primeras entradas, Sawamura entró más controlado y logró silenciar a la ofensiva de los visitantes hasta que el “asesino” de Jimmie Foxx le sonara jonrón con dos en base. En estos juegos, Sawamura logró ponchar a Ruth y a Gehrig, buen resultado para todo un novato.
Los expertos norteamericanos tomaron también nota de la velocidad de Sawamura, pero no pasó nada. Vendrían otros encuentros con equipos norteamericanos y entonces el asunto tomaría otro color. Babe Ruth habló maravillas de Sawamura y su velocidad, algo a lo cual nos referiremos más adelante.
Al año siguiente el Dainippon Tokyo Baseball Club, visitó a los EE UU para topar con conjuntos norteamericanos. Sawamura integró el equipo, el que sostuvo un total de 93 juegos contra equipos semipro y de la Liga de la Costa del Pacífico. En ese tour beisbolero, Sawamura logró dos victorias sobresalientes, la primera sobre los Robles de Oakland 2-0 y luego sobre los Solons de Sacramento 2-1.
La prensa japonesa informó de un juego contra un equipo llamado Medias Rojas de Milwaukee en esa gira. Realmente no he encontrado referencia que combine Medias Rojas y Milwaukee. Como Medias Rojas, además del legendario equipo de Boston, ha habido en ligas menores Medias Rojas de Worcester, de Salem y FCL. Con Milwaukee como sede ha habido Cerveceros y Lecheros, y también Bravos en la MLB. Obviando este asunto, en ese juego sucedió un hecho inaceptable. Un supuesto aficionado brincó al terreno y le pidió un autógrafo a Sawamura, quien firmó amablemente y sin darle importancia al asunto. No sabía el pelotero nipón que estaba firmando un contrato para jugar en la MLB. Como la jugada fue completamente sucia e ilegal, enseguida vino el rechazo absoluto de su mánager Sotaro Suzuki. Con esto murió la única posibilidad de que Sawamura lanzara en la MLB, algo que se alejó aún más cuando ya Japón estaba en guerra con China.
La liga de béisbol profesional japonesa se inició en el otoño de 1936, en la que Sawamura, tenía 19 años, mostró su elevada calidad como lanzador y logró su primer juego de 0 hits 0 carreras a los Tigres de Osaka. Ese sería el primer No-No en la historia de la pelota nipona. Como curiosidad, el receptor de Sawamura fue Takeshi Nakayama en ese juego. En la serie final de campeonato lanzó en tres juegos consecutivos, lo que garantizó el campeonato a su equipo. El joven lanzador fue líder en victorias (13) en esta temporada y PCL de 1.05. En la temporada de 1937, con 20 años cumplidos, se instauró el premio de MVP y fue Sawamura el primero en llevarse este reconocimiento al registrar récord de 24 victorias y un PCL de 0,81. En esa misma campaña logró lanzar su segundo juego de No-No, repitió el liderato de victorias en una temporada, y logró la triple corona de pitcheo, primer lanzador nipón en conseguirlo.
En enero de 1938 Sawamura recibió una nota que le obligaba a integrarse al entrenamiento militar en la ciudad Tsu, Prefectura Mie. Poco después se uniría a las fuerzas del 33ro. regimiento de la 16ta. División en Shanghai, China. En esas confrontaciones militares se destacó lanzando granadas con certeza y a distancia, pero una bala hirió su mano izquierda, fue llevado a atención en hospital y ya curado de nuevo al servicio, donde permaneció hasta octubre de 1939. Su regreso al terreno ocurrió en 1940, ya era un Sawamura herido, con problemas en el hombro derecho de lanzar tantas granadas y a eso se suma el haber contraído la malaria. Así y todo, se esforzó para entrar en forma, aunque en más de una ocasión se desplomó en el terreno debido a las secuelas dejadas por la malaria. Sawamura acostumbraba a lanzar su recta por encima del brazo. En virtud de la herida recibida y los dolores en el hombro, comenzó a lanzar de lado y más curvas en su repertorio. Nuevamente brilló al abrir 12 juegos, ganar 9 y perder 1 sólo juego, con PCL de 2,61, además de lanzar su tercer No-No contra el Nagoya. En la historia del béisbol profesional japonés solo Sawamura y Yoshiro Sotokoba han conseguido lanzar tres juegos de 0 carreras 0 hits. La temporada de 1941 fue igualmente exitosa, al lanzar en 20 juegos, ganar 9 y perder 5, con PCL de 2,05.
Nuevamente fue llamado al servicio militar en 1941, justamente tres días después de haberse casado, matrimonio del cual tuvo una hija. Sawamura volvió a reportar al 33ro. regimiento, el que se trasladó de inmediato a la isla Palau o Palaos en Micronesia, para luego seguir rumbo hacia la isla de Mindanao en Filipinas. Su regreso a Japón fue en enero de 1943. Como era de esperar volvió al terreno de juego con los Giants, pero la carencia de práctica diaria trajo sus consecuencias. Ya Sawamura era un lanzador del montón, carente de velocidad y control, lanzó 11 entradas y concedió 12 boletos, además de permitir 17 imparables. Fue una temporada para olvidar, por lo que su contrato con los Giants no fue renovado en 1944, por lo que su último juego tuvo lugar el 24 de octubre de 1943.
No era ya deseable su juego, pero sí hubo un tercer llamado al servicio militar. Integró el 33ro regimiento y fue enviado a finales de noviembre de 1944 para las Filipinas a bordo de un buque de guerra, el cual no llegó a su destino, al ser hundido por el submarino de la Armada estadounidense Sea Devil en el Mar de China Oriental, al oeste de la costa de Yakushima, el 2 de diciembre de 1944. Así desapareció una estrella y leyenda del pitcheo japonés, la guerra no perdona vidas y ese fue su caso.
Respecto a la velocidad de Eiji Sawamura los expertos en Japón han calculado de cuanto podría haber sido. En un programa de 1999 se realizó cálculo de la fuerza d presión sobre la pelota en la mano a lanzar, su forma de tirarla, lo que iba acompañado del levantamiento en alto de un pie. El resultado final fue de 160,4 km/hora, lo que equivale a 100 MPH. Esta cifra fue corregida en otro programa de 2015 cuando se vio que Sawamura no levantaba tanto el pie, los cálculos arrojaron que la velocidad de su bola rápida era de 159 km/hora (97,5 MPH).
Comparado con otros lanzadores japoneses, se vio que Kodai Senga, miembro de los Fukuoka SoftBank Hawks, llegó a lanzar a 161 km/hora en juego inaugural del 29 de marzo de 2019 contra los Leones de Seibú. Yuki Sato de las Águilas Doradas de Tohoku Rakuten ha igualmente lanzado sobre los 160 km/hora. El más rápido de todos ellos ha sido el gran Shohei Ohtani de los Hokkaido Nippon-Ham Fighters, el que lanzó pelotas de hasta 165 km/hora (récord) en juego contra los Halcones Fukuoka SoftBank del 16 de octubre de 2016.
Por lo tanto, Eiji Sawamura se pasea entre el grupo de lanzadores japoneses de mayor velocidad en la pelota de ese país. Para rendir tributo eterno a la figura de Sawamura, los Gigantes retiraron el número 14 el 9 de julio de 1947. En ese mismo año se instituyó el Premio Eiji Sawamura, galardón especial en el béisbol japonés para cualquier lanzador destacado. Han recibido este premio los lanzadores Shigeru Sugishita, Shoichi Kaneda, Minoru Murayama y Masaki Saito. El propio Eiji Sawamura fue uno de los nueve primeros peloteros exaltados al Salón de la Fama del Béisbol en Japón. Existen dos monumentos en su memoria, uno en el estadio de Shizuoka Kusanagi y el otro en la escuela superior Kyoto Shogyo.
Fuentes
Anon. 2021. 伝説の投手「沢村栄治」の凄さとは?当時の球速、背番号、名言を紹介!(¿Cuál es la grandeza del legendario lanzador «Eiji Sawamura»? ¡Presentamos la velocidad de la pelota, el número uniforme y sus logros en ese momento! Febr.. 25. https://ticketjam.jp/magazine/sports/baseball/6394
“Una de las cosas más bonitas sobre el béisbol es su historia.” Jim Abbott (ex-lanzador zurdo en la MLB)
Por Esteban Romero
Los encuentros entre selecciones amateur de Cuba y EE.UU. han sido algo muy común, incluso en épocas de tirantez política entre ambos países. Los conjuntos cubanos han sido selecciones de las existentes ligas amateur en Cuba hasta 1960, luego conformadas con peloteros de las series nacionales. Por su parte, las norteamericanas han venido con peloteros universitarios, muchas veces más jóvenes que los integrantes cubanos, pero no por eso menos eficientes al campo.
En la búsqueda del inicio de estas confrontaciones hemos hallado la efectuada en dos días consecutivos en dos años, caso raro. Sucedió que el 28 de diciembre llegó una selección universitaria de EE. UU. para enfrentarse al campeón de la Liga Nacional Amateur, en este caso el Teléfonos o también conocido como Cuban Telephone Company en una serie de dos juegos.
Antes de dar más detalles de esta corta serie, se hace necesario aclarar que tanto la Universidad como el Teléfonos habían terminado empatados con balance de 12-3-2 ambos equipos. El campeonato debió continuar, pero por la situación tan difícil que atravesaba el país en la época del Machadato, la Universidad se retiró y no continuó jugando. Fue así que el Teléfonos apareció como campeón. Al respecto no deben existir dudas, ya que la co-serie de los campeones de las Ligas Nacional y de la Inter-Social pudieron tener lugar en abril de 1931, de lo cual se podrá hablar en otro escrito al respecto.
La selección norteamericana fue realizada mediante encuesta de la revista College Humor. En ese equipo sobresalían dos nombres: el inicialista Bill Sullivan de la Universidad de Notre Dame, bateador zurdo, hijo de Billy Sullivan, receptor de los Medias Blancas en 1920, equipo entonces llamado Hitless Wonders (Maravillas que no batean), muy parecidos a los actuales Medias Blancas 100 años después. El otro fue el torpedero y jardinero Eddie McGrath, capitán del equipo de béisbol de la Universidad de Harvard. El resto de los peloteros provenían de las universidades de Holy Cross, Fordham, Georgetown, Temple, Penn State y otras.
Lo raro fue que los juegos se planificaron para el 31 de diciembre de 1930 y un segundo para el 1 de enero de 1931, dos fechas en dos años diferentes. Así que los estadounidenses deben haber festejado el nuevo año el 1 de enero, no creo lo hayan hecho el 31 de diciembre por razones deportivas y preservarse para el siguiente encuentro.
El conjunto del Teléfonos venía con su nómina habitual, aunque alguna que otra figura no estuvo presente, como el caso del camarero Roberto Uriza, cuya posición cubrió Luis Romero (su nombre completo Luis Casas Romero) sub-líder de los bateadores en la temporada de 1930. Tampoco estuvo por lesión el torpedero Antonio Palencia, uno de los puntales de este equipo. El resto de los integrantes fueron el receptor Francisco Espiñeira, el inicialista Oscar Reyes, el infielder Justo Colineau en el campo corto, Ramón Pajares en la antesala, Matías Flores, Bernardo Azor, O. Nodarse y el también lanzador Manuel Domínguez en los jardines. También participaron el versátil Fernando Alonso y Alberto Dobarganes. Para lanzar el primero juego el zurdo Narciso Picazo se pintaba solo, pero para el segundo el asunto era más delicado. Domínguez sufría de dolores en su brazo, por lo que la alternativa era usar al entonces novato Agustín Cordeiro como abridor del segundo partido.
La selección de universidades estadounidenses traía en su nómina a Hank Garrity C (Holy Cross College), Bill Sullivan 1B (Notre Dame), Bergen 2B (Nueva York), Livezey 3B (Penn State), Howard Eyth SS (Carnegie Tech.), Eddie McGrath (Harvard), Milton Mills (Purdue) y Leness (Temple) como jardineros, mientras que el lanzador fue el derecho Hormidas Aube (Fordham).
Ambos juegos se efectuaron en el estadio de la Tropical, cuya entrada costaba 60 centavos, época en que un centavo era dinero. Para las gradas no techadas, 20 centavos por entrada.
El primer juego concluyó 3-2 a favor de la selección de universitarios de EE. UU. A Picazo le anotaron la primera en el mismo inning de apertura por jonrón de McGrath, pero luego se compuso para ir dominando poco a poco a los norteamericanos. El Teléfonos se fue arriba también por jonrón de Ramón Pajares que encontró al jardinero derecho Manuel Domínguez en base, pero la ofensiva cubana de ahí en lo adelante fue silenciada, mientras que a la norteamericana le pasaba lo mismo. El zurdo Picazo en más de una ocasión sorprendió a corredores en bases y hubo tantas otras reclamaciones de balk. Así las cosas, hasta que en el octavo el lanzador Aube se anotó infield hit por el montículo y el hombre proa, el antesalista Lenness puso la bola fuera del terreno para impulsar el empate y la ventaja. Vean a continuación el box score del juego con todos los detalles de este.
El siguiente partido fue al día siguiente. Los jugadores estadounidenses esperaron el año en Cuba, parece que, para tomar fuerza, ya que les dieron tremenda pateadura a los inalámbricos, anotación 13-4. Sendos jonrones fueron disparados por Sullivan y Howard Eyth. La víctima inicial fue el entonces novato Agustín Cordeiro, único lanzador disponible por el Teléfonos. Picazo había lanzado el día antes y Manuel Domínguez, como ya dije, estaba con dolores en su brazo de lanzar, pero al mánager Octavio Diviñó no le quedó otra que traer a Domínguez en el tercero después de la práctica de bateo de los norteños sobre los envíos de Cordeiro, movida sin éxito, y como no había más nadie, la solución fue a apelar una vez más a Picazo. Por los estadounidenses lanzó Bobby Stephen Trudnak de la Universidad de Bucknell, al que los cubanos le batearon no poco en la misma primera entrada. Luis Romero trabajó boleto, Alonso se embasó por error del torpedero, Matías Flores se sacrificó perfecto y Oscar Reyes trajo la primera por infield hit por el montículo. Hubo passed ball y Reyes llegó a segunda, para luego anotar él y Alonso con cañonazo de Pajares. Pudo haber más cuando Colinó trabajó el boleto, pero A. Dobarganes bateó para doble play. Los norteños ripostaron con 3 más en el segundo y de ahí en lo adelante Trudnak se las arregló para dominar a la ofensiva cubana, mientras sus compañeros bateaban a su antojo. A Picazo lo bombardearon con 5 anotaciones, no escampaba la ofensiva en la quinta entrada. Vean el box score de este juego, el que significó pollona para los locales en esta corta serie.
No sé cómo eran algunos detalles de los manejos en esa época en la Liga Nacional Amateur, pero me parece que el Teléfonos se creyó superior y fuerte para enfrentar a una selección de universitarios muy bien formados y entrenados en el béisbol. Aparecerse ese equipo cubano con 3 lanzadores, uno de ellos manco, era toda una osadía.
Pasando revista a los jugadores que trajeron los norteños, veo que Hormidas Aube jugó 4 temporadas en las Menores (1931-1934). Billy Sullivan jugó como receptor, inicialista y antesalista con los Medias Blancas de Chicago (1931-1933), Rojos Cincinnati (1935), Indios Cleveland (1936-1937), Carmelitas St Louis (1938-1939), Tigres Detroit (1940-1941), Dodgers Brooklyn (1942) y Piratas Pittsburgh (1947). Ausente durante 5 temporadas debido a cumplir el servicio militar durante la 2da. Guerra Mundial. En total 12 temporadas, promedio 289 y OPS 682. El receptor Hank Garrity jugó en 8 partidos para los Medias Blancas de Chicago en 1931. El resto si son bien conocidos en sus centros docentes correspondientes como destacados peloteros, pero no tienen ficha alguna en la pelota profesional norteamericana.
Que tenga conocimiento, este parece ser el primer enfrentamiento de universitarios de EE. UU. con conjuntos amateur cubanos. Hubo más después, pero cuando tenga la información completa no dudaré en publicarla.
Fuentes consultadas
Diario de la Marina, desde 26 al 31 diciembre 1930 y del 1 al 2 enero 1931.
“Establece altas metas y no pares hasta que no llegues allí.” Bo Jackson (1962, ex pelotero y futbolista estadounidense)
Esteban Romero
Una grata sorpresa ha sido la selección de ocho peloteros cubanos para participar en este evento de 2023, donde se suelen escoger los mejores de ambas ligas en la primera mitad de temporada. Ocho cubanos, cifra que supera al del resto de las naciones, excepto la de EE. UU.
La vez anterior en que hubo una participación numerosa de peloteros cubanos en este evento fue en el juego del 9 de julio de 1968 en el Astrodome de Houston. En aquel encuentro jugaron un total de 12 de latinos, con Cuba a la cabeza con la mitad de los participantes. Fue juego con anotación de 1-0, ganado por la Liga Nacional. La quiniela y única del partido fue por hits combinados de dos monstruos del Salón de la Fama, Willie Mays y Hank Aaron. Por la liga americana jugaron el lanzador Luis Tiant Jr., el jardinero Tony Oliva, el torpedero Bert Campaneris y el receptor Joaquín Azcue, mientras que por la Liga Nacional estaban dos destacados de los Rojos de Cincinnati, el torpedero Leo Cárdenas y el miembro del Salón de la Fama Tany Pérez, pero estos dos no consumieron vez al bate. El resto de los latinos en ese partido fueron los dominicanos Matty Alou, Julián Javier (no tuvo comparecencia en home) y Juan Marichal, el lanzador derecho boricua José Santiago (no lanzó) y el panameño Rodney Carew. Como curiosidad, de esos 12 latinos, Oliva, Tany Pérez, Marichal y Carew son miembros del Salón de la Fama de Cooperstown.
Ha llovido bastante desde ese entonces para que fueran escogidos ocho peloteros cubanos para este tipo de evento, seis por la liga americana y dos por la nacional. Los escogidos fueron Yandy Díaz (Sagua, Villa Clara), Randy Arozarena (Arroyos Mantua, Pinar del Río), Adolis García (Cunagua, Ciego de Ávila), Luis Robert Jr. (Guantánamo), Yennier Canó (Municipio Bolivia, Ciego de Ávila) y Yordan Álvarez (Colombia, Las Tunas), mientras que por la nacional estuvieron Lourdes Gurriel Jr. (Sancti Spíritus) y Jorge Soler (Provincia Mayabeque). ¿Quieren saber un detalle? Tres de esos peloteros provienen de las filas del equipo de Ciego de Ávila, ellos son Adolis, Canó y Luis Robert Jr., el que creció y se desarrolló en esa provincia. Hubo ocho participantes en el derby de jonrones, en el que participaron tres bateadores cubanos: Arozarena, Adolis y Luis Robert Jr., este último discutió en la semifinal con Arozarena el pase a la final y se lesionó en esa competencia, por lo que no pudo jugar en el partido de las Estrellas. Luis no pasó, pero puede alardear de haber pegado 7 batazos a más de 400 pies, entre ellos el más largo de la competencia, a 484 pies, bien medido con la tecnología actual que no es la de la época de Babe Ruth o Mickey Mantle. Arozarena discutió hasta el final el título con el superslugger Vlad Guerrero Jr., de tanto poder como su padre.
En este juego de Estrellas hubo notas destacadas para algunos jugadores cubanos. El primer hit del juego lo conectó Randy Arozarena y la primera carrera fue producto de cuadrangular de Yandy Díaz. Lourdes Gurriel Jr. estuvo a punto de anotarse un enorme jonrón, luego reclamado y cantado como foul. Canó lanzó bien su entrada con par de ponches y por error de Guerrero Jr, Austin Riley consumió turno al bate para conectarle un sencillo sin consecuencias. De maravillas los fildeos de Adolis, el que realizó par de engarces de película, además de otro de Arozarena.
El saborcito cubano no termina ahí, participaron 3 cubanoamericanos en este juego. El designado de los Dodgers Julio Daniel Martínez, más conocido como JD, el híbrido de guantanamero con boricua, Nolan Arenado, y Nick Castellanos.
Diré algo parecido a lo que dice José “Pito” Abreu, el entrenamiento y aprendizaje diario ayudan a un mejor rendimiento, hay que trabajar para lograr éxitos. El talento no significa nada si no se pone empeño. Pienso que todos los seleccionados cubanos son peloteros que han tenido que hacer un esfuerzo grande, casi todos salieron por vías irregulares del país, a veces arriesgando sus vidas. Llegaron y vieron que la pelota de los circuitos profesionales tiene una diferencia sustancial con la que se juega en Cuba desde hace más de una década y media. Eso implica que había mucho que aprender, mejorar el físico, un poco de más peso, tener más fuerza sin perder condiciones natas en mucho de ellos, como es la velocidad.
Muchos peloteros han salido de Cuba, hay hasta un libro de Francys Romero con lujo de detalles al efecto, pero los que triunfan no son muchos. Vienen de una pelota con escasos recursos y con técnicas obsoletas o no actualizadas.
El ver a ocho cubanos escogidos para un juego de estrellas es mérito al esfuerzo de esos peloteros. Con lo dicho no es que entienda que ya están hechos completamente, se mejora a diario con el entrenamiento y seguros debemos estar que nos seguirán dando satisfacción y agradables sorpresas en lo sucesivo, sea en la temporada regular, en la post temporada o en series mundiales.
El ejemplo de estos atletas es algo a seguir por todos aquellos peloteros cubanos salidos de los juveniles y que han dado el paso para jugar en los circuitos de la MLB. Hay que aprender y jugar con ese espíritu que se le nota a un Adolis o a un Arozarena, por solo citar dos ejemplos, todos ellos hombres que salen a comerse el terreno en cada juego.
Antes de finalizar, advierto que esos peloteros nacieron con el don de jugar pelota, y esos logros son producto de su talento, trabajo diario y la enseñanza de muchos poquitos de parte de los entrenadores de la MLB. Así que nadie se quiera adjudicar mérito o logro al efecto.
Para finalizar, mi agradecimiento como aficionado cubano a todos esos compatriotas que están triunfando en la actualidad en el mejor béisbol del mundo, a los que les deseo salud y continuo esfuerzo para seguir sobresaliendo.
«La Sweeper es solo una slider con mayor movimiento horizontal» Mathew Trueblood (cronista brewerfanatic.com)
Por Esteban Romero
Como comentara en el pasado (3), un lanzamiento muy efectivo en el béisbol es la slider, la que posee movimiento lateral y suele caer hacia afuera, cerca de la zona, por lo que surte un efecto muy similar al del cambio. Aquí el bateador pierde el balance en el plato. La slider es menos veloz que una recta, pero lleva más velocidad que una curva.
La slider tiene ya una historia de casi 100 años, George Blaeholder de los Carmelitas de St Louis se mantuvo más de una década (1925-35) dependiendo de la slider. Otros lanzadores incorporaron con éxito este tipo de pitcheo en su repertorio. La slider se lanza generalmente con un movimiento lateral del brazo, lo que provoca la caída lateral de la pelota una vez llega a la mascota del receptor. En realidad, ese pitcheo es el que se conoce ahora como gyro slider (slider girocópica), la diferenciación se ha hecho en virtud de la aparición de una nueva versión de slider llamada sweeper (barredora).
Uno de los maestros en este nuevo lanzamiento es el derecho Corey Kluber, quien lo ha venido utilizando con frecuencia en las últimas temporadas. Es de suponer que lo haya practicado desde su incorporación en 2021 después de su última cirugía Tommy John. Si uno hace memoria, verá que Sergio Romo hace buen tiempo tiraba una especie de sweeper. En estos momentos varios lanzadores han incorporado este pitcheo en su repertorio, los más notables son Pablo López, Shohei Ohtani, Yu Darvish, Julio Urías, Blake Treinen, Nestor Cortés Jr., Kris Bubic, Jameson Taillon, Drew Rasmussen, Kyle Gibson, Brad Keller, Alex Cobb, George Kirby, A.J. Puk, Taijuan Walker y otros más.
Para lanzar la conocida slider se necesita poner los dos dedos en la bola a lo largo del borde de una costura, por lo que la pelota se lanza desde las puntas de los dedos combinado con el giro hacia adelante. Las estadísticas indican que la slider convencional provoca muchos swings infructuosos.
La sweeper es casi lo mismo a la hora de sujetarla por el lanzador, El lanzador Kyle Gibson, según le afirmara a David Brandt, dice que lo único que él hizo para lanzar la sweeper fue separar los dedos a una pulgada sobre la bola. El lanzamiento tiene un mayor giro lateral y horizontal, lo cual provoca swings infructuosos, pero no más que con la slider tradicional. La ventaja radica que el bateador al hacer contacto con la bola produce batazos inofensivos y de poca fuerza.
Por ahora no se ve que haya problemas con los brazos al usar este tipo de lanzamiento. Veremos si no ocurre nada nuevo, impredecible e indeseable. Siempre uno recuerda el entusiasmo pasado con la splitter.
La apreciación del que suscribe personal es que el lanzamiento es sumamente efectivo entre lanzadores para bateadores de una misma mano, ya que la pelota se mueve horizontalmente y suele romper afuera del área, lo que provoca swings fallidos o batazos débiles en fuerza.
“Quien quiera destacarse en cualquier deporte está obligado a entrenar regularmente.” Frank Robinson (ex pelotero, mánager y ejecutivo en la MLB)
Por Esteban Romero
He visitado Egipto varias veces por razones de trabajo. Cada vez que he tenido tiempo después de la jornada laboral me he escapado a visitar las pirámides escalonadas de Saqqara, la más antigua del mundo, y luego las de Giza. Llegar a esos lugares es como para transportarse milenios atrás. En este blog se describen estas pirámides, así que basta con buscar el artículo para su lectura: (https://deportescineyotros.com/2015/11/29/las-siete-maravillas-del-mundo-antiguo-la-gran-piramide-de-giza/).
Jamás habría pensado que allí se había efectuado un juego de béisbol el 9 de febrero de 1889, donde aparte de los pocos árabes que observarían extrañados este difícil juego de entender, estaría la figura gigante de la Esfinge tratando de adivinar que estaban haciendo esos “locos” en sitios sagrados para los antiguos egipcios.
Tampoco colega egipcio me comentó algo al respecto, mucho menos los ancianos que se ganan la vida como guías en esos lugares. Se lo saben todo, lo describen de forma amena y uno así aprende de la historia. Ah, pero si le pregunto a uno de ellos por juego de béisbol en Giza, seguro que ni lo sabe, ni se lo imagina.
Las trasmisiones de la MLB.tv a partir de la temporada de 2023 ha comenzado a dar información histórica de béisbol, mucha de la cual se encuentra en el Salón de la Fama de Cooperstown, lugar que visité hace ya seis años, pero no vi nada sobre este juego. Es probable que le haya pasado por un lado a la información y no me haya detenido en ella. Una de las informaciones en esas trasmisiones versa sobre un recorrido de una veintena de peloteros estadounidenses por varias partes del mundo, entre ellas Inglaterra, Escocia, Francia e Italia en Europa, Egipto, la India, Australia, Nueva Zelanda y Hawái. La secuencia del recorrido la desconozco, pero se sabe que los peloteros llegaron al Cairo procedentes de la actual Sri Lanka (Ceylán), por lo que se puede intuir que salieron de la India de regreso, con rumbo al Cairo.
El recorrido fue organizado y pagado por Albert Goodwill Spalding, dueño de la empresa de artículos deportivos, la que en ese entonces radicaba en Chicago, Illinois. Su sede actual es en Bowling Green. Supongo que la idea de Spalding era la de promover el béisbol y así también poder vender todo aquello que hace falta para jugar pelota. Dice el artículo de Bill Feber que, Spalding perdió unos 40 mil dólares en ese recorrido. Realmente los perdió. A mi entender, con un juego de exhibición en esos lugares no se promueve nada, pues entender al béisbol no es tan fácil, sobre todo en aquellos países acostumbrados a un deporte menos complicado en reglas como lo es el fútbol. Si lo que deseaba era promover, el objetivo inicial debió haber sido menos ambicioso, por ejemplo, organizar varios juegos en un mismo país y explicar sus reglas. Reino Unido era el país adecuado para este empeño.
Albert Spalding
Lo que sucedió ya sucedió, y vamos a Giza nuevamente. No me imagino realmente cómo pudieron jugar pelota en ese lugar. Es llano, pero con mucha arena y piedra también. Es posible que se haya alejado parte de la piedra pagándole a los locales por el servicio. Aun así, cualquiera se habría podido torcer un pie, nada de deslizarse en bases y mucho cuidado con los elevados a los jardines, los que hay que fildear yendo hacia atrás.
Felber (2013) nos ofrece el nombre de los participantes de los dos equipos: White Stockings (Medias Blancas): los lanzadores Mark Baldwin y John Tener, en la receptoría Tom Daly, en la inicial el famoso HOF (miembro del Salón de la Fama) y amigo íntimo de Spalding, Adrian “Cap” Anson, en la intermedia Fred Pfeffer, en la antesala Tommy Burns, en el campo corto Ed Williamson; y Martin Sullivan, Jimmy Ryan, and Robert Pettit como jardineros. El rival fue el conjunto All Americas, el que presentó a John Healy y Cannonball (Bala de Cañón) Ed Crane como lanzadores, Billy Earle fue el receptor, G.A. Wood en la inicial, Fred Carroll en la intermedia, Jimmy Manning en la antesala, John Montgomery en el campo corto, y James Fogarty, Ned Hanlon y Tom Brown patrullando los jardines.
Todos esos peloteros fueron desde Cairo a las pirámides montados sobre asnos o dromedarios. En aquella época no había bus ni autos que los llevaran. Casi hora y media de recorrido sobre esos animales, en coche hasta Giza lleva algo más de media hora en la actualidad.
Dice Anson que todos los asistentes eran árabes, no dijo nada nuevo, y que les costaba recuperar la pelota que cayera de foul en el público. Menos mal que ninguno intentó ponerle la cabeza al foul, algo que he visto en otros lugares, donde el béisbol no es conocido.
El marcador final del partido fue de 10-6 a favor del conjunto All Americas, resultado seguramente bendecido por la Esfinge. No más detalles, quien desee más, les invito a que lean el artículo de Bill Felber (2013) o el de Matt Monagan (2018), ambos aparecen en las fuentes consultadas.
“Hago el swing lo más fuerte que puedo y trato de chocar la pelota… Cuanto más fuerte agarres el bate, mejor swing y contacto tendrás, y la pelota más lejos irá.” Babe Ruth
Por Esteban Romero
El 22 de abril de 2023 el cubano José Adolis García acumuló un total de 16 bases con sus batazos en juego contra los Atléticos de Oakland. La reacción lógica del que suscribe fue ver cuál es el récord actual, quién lo logró, aparte de conocer qué latinos están entre los primeros en TB en un juego.
La lógica aritmética nos indica que para lograr 16 o más bases se necesita batear varios extrabases (XBH). Aquellos pocos que han bateado 4 jonrones en un desafío son los que clasifican sin dificultad en ese renglón, para lograr más hay que batear, aparte de los 4 jonrones, un extrabase para llegar a 18 o un sencillo para terminar con 17.
Bien, el avileño Adolis, un hombre que se ha superado temporada tras temporada en la MLB, el que ya posee un mayor peso corporal y musculatura, se ha convertido de bateador de sencillos y hombre rápido en las bases, en todo un slugger. La secuencia para llegar a los 16 fue la siguiente, tres jonrones, cada uno de ellos con un hombre en circulación, seguido de un doble con dos a bordo, y otro doble más sin nadie en las almohadillas. Así, llegó a 16 (12 por jonrones + 4 por dobles) y empujó 8 carreras en la paliza de su equipo, los Vigilantes de Texas, sobre el muy desmejorado equipo de los Atléticos de Oakland.
Ningún cubano había llegado a esa cifra de 16 antes en la MLB. Así que fue récord para un bateador cubano en ese circuito, pero el récord de todos los tiempos pertenece a un pelotero de mucho tacto y poder, el bateador zurdo Shawn Green vistiendo el uniforme de los Dodgers de Los Ángeles el 23 de mayo de 2002 en juego contra los Cerveceros de Milwaukee.
Green en ese partido conectó 4 jonrones, un doble y un sencillo, para poner el listón del total de bases en un juego en 19, una barbaridad, la que rompía el viejo récord de TB 18 del inicialista Joe Adcock de los Bravos de Milwaukee en juego contra los Dodgers de Brooklyn el 31 de julio de 1954. Adcock, bateador derecho, sonó cuatro cuadrangulares y un doble ese día. A esa cifra de 18 solo ha llegado otro pelotero, el fornido y alto jardinero central de los Vigilantes de Texas, Josh Hamilton, el que lo logró el 8 de mayo de 2012 en juego contra los Orioles de Baltimore. Como se ve, Adolis estableció récord para bateadores cubanos en la MLB, pero ese no rompió el récord anterior en su franquicia, el que está en mano de Hamilton, quien bateó lo mismo que Adcock ese día.
Tres peloteros han alcanzado TB 17, ellos son el inicialista de los Dodgers Gil Hodges en 1950, el antesalista de los Filis Mike Schmidt en 1976 y el defensor de la segunda base Scooter Gennett del Cincinnati en 2017. Todos ellos conectaron 4 jonrones y un sencillo.
Junto con Adolis, con TB 16, hay un total de 18 peloteros. El primero en llegar a esa cifra fue Ty Cobb de los Tigres Detroit en 1925, cuando bateó 3 jonrones, un doble y dos sencillos. Le siguió otro de los grandes, Lou Gehrig en 1936 al disparar cuatro para volar las cercas. En esa misma temporada Jimmie Foxx de los Atléticos de Filadelfia bateó idéntico a Adolis para llegar a 16. Cuatro años después el gran Chuck Klein de los Filis disparaba cuatro jonrones y empataba en esa cifra. Luego continuó la seguidilla de bateadores de cuatro cuadrangulares, Pat Seerey de los Medias Blancas en 1948, Rocky Colavito del Cleveland en 1959 y Willie Mays de los Gigantes en 1961. Fred Lynn con los Medias Rojas en 1975 alcanzó la cifra bateando lo mismo que Adolis. Bob Horner de los Bravos en 1986 y Mark Whitten de los Cardenales en 1993 volvieron a botar la pelota cuatro veces. Y llegó el primer latino, el venezolano Edgardo Alfonzo de los Mets en 1999, el que bateó lo mismo que Adolis. Mike Cameron del Seattle en 2002 y el boricua Carlos Delgado de los Azulejos en 2003 dispararon cuatro jonrones en juego. Kris Bryant de los Cachorros en 2016 conectó lo mismo que Adolis, mientras que el tejano Anthony Rendón de los Nacionales en 2017 bateaba 3 cuadrangulares, un doble y dos sencillos, y en esa misma temporada el cubanoamericano Julio Daniel Martínez del Arizona se anotaba cuatro jonrones. La lista concluye antes de llegar a Adolis con Matt Carpenter de los Cardenales en 2018 y Alex Dickerson de los Gigantes en 2020, los que ligaron de igual manera a lo alcanzado por Adolis.
Por lo reseñado, Adolis es el tercer latino, sin considerar a JD Martínez y a Rendón, en lograr TB de 16. El cubano empujó 8 carreras, pero la mayor cantidad de impulsadas para un pelotero de TB elevado fue la de Mark Whitten con 12, seguido de 10 por Fred Lynn, Anthony Rendón y Scooter Gennett. Llama la atención que Shawn Green, el recordista solo impulsó 7 carreras. En ese juego, el que concluyó 16-3, Green alineó como tercero. Hamilton fue también tercero y sólo impulsó 8 en juego con anotación final de 10-3, y Adcock fue quinto, por detrás de Eddie Mathews y Hank Aaron, impulsó 7, con marcador de 15-7, todo un juego de batazos, donde la voz cantante de los derrotados Dodgers la llevó el matancero Edmundo Amorós con 3 imparables incluido triple.
“El sueño de todo pelotero es el de jugar en las Grandes Ligas, y yo quiero también ser parte de la mejor liga del mundo.” Alexei Ramírez (ex pelotero cubano en la MLB)
Por Esteban Romero
En este artículo se exponen, de manera resumida, los juegos en la MLB, en los que han participado cinco o más peloteros cubanos. La cifra mínima de cinco fue establecida a criterio del que suscribe. Aquí se muestran los totales de estos partidos por temporadas y ligas. Separadamente debajo de la tabla aparecen datos sobre los dos juegos con 7 peloteros y otro con 8, así como los cuatro de interligas.
Cantidad de juegos con mayor participación de peloteros cubanos en las Grandes Ligas
*Agregar el primer juego con 7 peloteros cubanos, 14 julio 1955, en la Liga Americana (LA). ** Agregar el segundo juego con 7 peloteros cubanos, 20 mayo 1967, en la Liga Nacional (LN), y el primero con 8 peloteros, 27 agosto 1967, en la Liga Americana. ***Agregar el primer juego interliga, 2 junio 2014, en el que jugaron 5 peloteros cubanos. “En el 2020 hubo tres juegos interligas, con 5 peloteros cubanos en cada partido.
Los equipos que más veces han jugado con una cantidad apreciable de cubanos en partidos de este tipo son los Mellizos de Minnesota (39), Rojos de Cincinnati (37), Medias Blancas de Chicago (36), Filis Filadelfia (33), Angelinos California (17), Atléticos KC y de Oakland (13+1), y Senadores Washington (7). De esta manera, los juegos con más peloteros cubanos resultan de los enfrentamientos entre Cinci y Filadelfia, Medias Blancas y Atléticos KC, y Mellizos y Atléticos KC. Ahora se hacen populares los partidos entre los Medias Blancas con los Astros e igualmente con el Tampa Bay.
Los peloteros de campo que han jugado en más partidos de este tipo son Zoilo Versalles (37), Tony Oliva (35), Leonardo Cárdenas (32), Tony Taylor (30), Tany Pérez (29), Octavio Rojas (29), Tony “Haitiano” González (29), José Abreu (27), Hilario Valdespino (27), Hiraldo Sablón (23), Yoán Moncada (20), Yasmani Grandal (19), Jacinto Hernández (17), José Cardenal (16), Luis Robert (15), Joaquín Azcue (14), José Tartabull (12), Yulieski Gurriel (11), Yordan Álvarez (10), Orestes Miñoso (9) y Bert Campaneris (9).
Entre los lanzadores sobresalen Camilo Pascual (19), Orlando Peña (10), Luis Tiant Jr. (6), Pedro Ramos (6), Sandalio Consuegra (4), Miguel Fornieles (4) y Diego Seguí (3).
En el juego del 14 julio de 1955, por los Senadores de Washington jugaron 5 cubanos: Carlos Paula, Juan Delís, José Valdivielso, Camilo Pascual y Pedro Ramos. Fue la primera vez que un conjunto puso a jugar la mayor cantidad de cubanos. Los Mellizos de Minnesota, la continuación, a partir de 1961, de la franquicia de los Senadores de Washington en su primera versión, fue nuevamente la que puso a jugar a cinco peloteros cubanos en el partido del 27 agosto de 1967, ellos fueron Zoilo Versalles, Tony Oliva, Jacinto Hernández, Enrique Izquierdo e Hilario Valdespino. Ese ha sido hasta la fecha el único juego con la participación de 8 peloteros cubanos. El rival de los Mellizos fueron los Indios de Cleveland, en los que jugaron el receptor Joaquín Azcue, y los lanzadores Luis Tiant Jr. y Orlando Peña.
Interesante que, en el segundo juego, el 20 mayo de 1967, con siete peloteros cubanos, uno de los que jugó nuevamente fue el lanzador Pedro Ramos, esta vez vistiendo la franela de los Filis de Filadelfia.
La tabla presentada anteriormente es una muestra del apogeo que poseían los peloteros cubanos a mediados de la década de los 60 que, después decayó notablemente en los 70. El último juego con cinco o más cubanos tuvo lugar el 5 septiembre 1970 entre los Angelinos California y los Mellizos Minnesota. Hubo que esperar hasta el 2 de junio de 2014, juego interliga entre losMedias Blancas Chicago y los Dodgers de Los Ángeles, para ver participar a cinco cubanos en un partido de la MLB. No obstante, ya se comienza a apreciar una mayor cantidad de cubanos en equipos tradicionales como los Medias Blancas de Chicago, así como en los Astros de Houston y los Rays de Tampa. De hecho, el primer juego inaugural con mayor participación de pelotero cubanos tuvo lugar el 30 marzo de 2023 en Houston, partido disputado por los locales Astros y los Medias Blancas de Chicago, en el que jugaron seis peloteros cubanos. El tren ha echado a andar y ahora no habrá quien lo detenga.
Fuentes consultadas
Toda la información de peloteros por equipo/temporada se extrajo de los archivos propios del autor, mientras que los box scores y fechas de esos ha sido un trabajo de muchas horas de consulta en Baseball-reference.com.
“Si queremos ganar un Campeonato, comencemos por interiorizar que no somos tan buenos como creemos ser.” Casey Stengel (mánager de NY Yankees y Mets en el pasado)
Por Esteban Romero
La tercera edición de la Liga Inter-Social se inició el domingo 28 de abril de 1929 en el terreno del Víbora Park, justa en la que participaron los equipos del Teléfonos, Hershey Club, Círculo de Artesanos, Víbora Tennis, Santos Suárez, Seguros Club y Juventud Cultural de Regla. Con una semana de antelación, el 9 de setiembre el Teléfonos vencía ampliamente al Santos Suárez (14-1) y se llevaba el segundo banderín consecutivamente de esta Liga.
Por su parte, en la Liga Nacional Amateur concluía la seguidilla de campeonatos consecutivos obtenidos por el Vedado Tennis al imponerse el equipo de la Universidad con ventaja de 7 juegos sobre el Loma Tennis, ocupante del segundo lugar. Los marqueses esta vez cayeron a la cuarta posición. Este campeonato terminó días después que concluyera el de la Liga Inter-Social.
Así que todo quedaba listo para jugar la segunda serie co-criolla, así era llamada, lo que para mí no es más que un play off con nombre cubano. Estas series fueron organizadas en el pasado con los enfrentamientos entre el campeón de la Liga Nacional Amateur y el de la Liga Social, cuya última edición tuvo lugar en 1921 entre el Fortuna y precisamente los Caribes de la Universidad. El Teléfonos repetía y casi con la misma nómina, mientras que le tocaba a los Caribes sacar la cara por la vieja Liga. El primer campeonato de la liga Inter Social se lo habían llevado los Hermanos Maristas en 1927, mientras que el segundo y el tercero fueron victorias del Teléfonos.
Lo curioso de esta serie co-criolla es que fue la última vez que el Teléfonos lo hizo como equipo miembro de la Liga Inter-Social. Previamente a esta serie, este conjunto había formalizado su pase para jugar en 1930 en la Liga Nacional Amateur.
El domingo 24 de noviembre dio inicio la serie de siete juegos, a ganar 4, en el estadio de la Universidad de la Habana. Llama la atención que no se hayan escenificado los juegos en el recién estrenado parque de la Tropical, el que quedó inaugurado El 10 de octubre de ese año. con los enfrentamientos entre el Teléfonos vs Universidad de la Habana, ambos campeones de sus respectivas ligas. Los árbitros fueron Tatica Campos, Chacón, Hernández y Mendoza.
La Universidad vino con un equipo muy balanceado y dirigido por el Dr. Oscar Ortiz. Sus receptores fueron José Antonio Reguera y Rafael Córdoba; en el cuadro Perico Dórticos 1B, Sergio Macías 2B, Miguel Morera SS y E. Cubillas 3B. Cubrieron los jardines Joaquín Bernal LF, Víctor “Vitico” Muñoz LF-RF, Porfirio “Bambino” Espinosa CF, Antonio “Tonilo” González RF, Roberto Esnard RF-3B, José A. García RF-P. Los lanzadores fueron Juan Mendizábal, Leonel Ruisánchez, Pepe Guasch y J. Bénitez. El orden al bate de ambos equipos lo encontrarán en los box scores de cada juego.
El Teléfonos, dirigido por el experimentado mánager-árbitro Octavio Diviñó, trajo en su nómina a Francisco Espiñeria y Alberto Dobarganes como receptores. El cuadro tenía a Oscar Reyes 1B, hombre que ganara por segundo años consecutivo el título de bateo en la Liga Inter- Social, además de Roberto Uriza y Colinó en 2B, Ramón Pajares 3B, Antonio Palencia SS. Los jardines fueron defendidos por Luis Romero LF-2B, Matías Flores LF, C. Lugo CF, A. Nodarse RF, Fernando Alonso RF, Pedro Echezábal CF y Eduardo de las Casas. Los bultos postales fueron lanzados por el zurdo Narciso Picazo, el versátil y buen bateador Manuel Domínguez y Agustín Cordeiro.
El primer juego concluyó con marcador de 5-3 y victoria para el Teléfonos y el lanzador Manuel Domínguez. El Teléfonos marcó primero mediante base a Pedro Echázabal, hit and run con batazo de hit del lanzador Domínguez, mientras Echázabal anotaba por error en tiro a primera. Los Caribes ripostaron para empatar el juego a 1 en ese mismo inning por hit del receptor Reguera, avance hasta tercera con dos outs intercalados y error nuevamente en tiro de Colinó a primera. Teléfonos se fue arriba con 2 anotaciones por jonrón de Pajares con Colinó a bordo en la cuarta entrada. En el sexto, los Caribes marcaron por intermedio de hit de Macías por el área del lanzador, Domínguez se apresuró, tiró mal y Macías llegó a tercera para anotar por sacri fly de Porfirio “Bambino” Espinosa. El empate a 3 se concretó la octava entrada por jonrón de línea de Bernal. Macías bateó doblete, pero Domínguez se creció para dominar a los bateadores siguientes. Las dos de la victoria llegaron en la parte alta del noveno mediante infield hit de Nodarse, error en tiro a primera del ingeniero Macías sobre batazo de Dobarganes, sustituido por el corredor emergente Matías Flores, el que anotó con lineazo del lanzador Domínguez.
El siguiente juego tuvo lugar el domingo 1 diciembre, partido que finalizó con empate a 8 carreras en 8 entradas luego que los Caribes lograran el empate. No obstante, ni Narciso Picazo, ni Manuel Domínguez pudieron dominar a la ofensiva de los Caribes. El Teléfonos marcó 4 en el inning de apertura gracias a par de errores del antesalista Cubillas, pero los Caribes ripostaron con 3 en el segundo sobre los envíos del zurdo Picazo. Vitico Muñoz defendió el jardín derecho y el cambio resultó, ya que fue el que encendió la mecha con doblete en ese segundo episodio, seguido de imparables de Espinosa, el lanzador Leo Ruisánchez y Morera, suficiente para aplicarle la grúa a Picazo y traer a Domínguez, lo cual no detuvo la ofensiva universitaria, la que anotó otras 4 en la cuarta entrada producto de 3 dobles, jonrón del receptor Reguera y sencillo de Dorticós impulsor de carrera. Domínguez dio paso al novato Agustín Cordeiro, un desconocido en ese momento, pero el hermano de Reinaldo lo hizo bien en lo sucesivo. En el sexto los inalámbricos anotaron una más por sencillo de Pajares y en el séptimo se fueron arriba en el marcador con 3 anotaciones realizadas después de 2 outs en el pizarrón. Espiñeira y Reyes batearon de hit, Palencia y Colinó entregaron intercaladamente los outs, mientras que Dobarganes, de emergente por Pajares, llegó quieto a primera cuando el lanzador no llegó a tiempo a primera para recibir el tiro de Dorticós, situación bien aprovechada por Nodarse, el que en conteo de 3-2 disparó doble que limpió las bases. El empate vino en el inicio del octavo por hit de Morera, doble de Bernal, base a Macías y rolata de Espinosa que forzó a Macías en segunda, lance en el que Morera anotó. El tercer out lo entregó el emergente Felo Córdoba, el que bateó en sustitución de Cubillas. El Teléfonos amagó en la parte baja del octavo al llevar 2 corredores a las bases, pero Oscar Reyes fue víctima de un buen fildeo de Morera, y con eso terminó el juego por oscuridad. Los Caribes quisieron continuar el partido, pero el árbitro principal, Tatica Campos, dijo que No es No.
El tercer juego, el 8 de diciembre, fue victoria para los Caribes cuando nuevamente le batearon a Picazo, al que el mánager Octavio Diviñó no lo sustituyó. Ya eso sabemos que pasó en la serie co-criolla de 1928, era como si Diviñó le dijera a Picazo: “Aguanta ahí como todo un hombrecito”. Aun así, el juego fue emocionante hasta el final, con marcador de 5-4, ya que el Teléfonos anotó todas sus carreras en la novena entrada. oriundo de Banagüises, Colón, Juanillo Mendizábal se mantuvo hasta la novena en que necesitó de la ayuda de Leo Ruisánchez, lanzador de cuatro dedos, por sí no lo saben. El Leo tampoco se presentó en forma y los del Teléfonos estuvieron a punto de empatar. El veterano Pepe Guasch entró al rescate y con sus mañas logró cerrar el inning con la carrera de la ventaja y la victoria para su equipo. En esa difícil entrada para los Caribes, Manuel Domínguez disparó cuadrangular.
Una semana después el Teléfonos se iba arriba logrando su segunda victoria en un juego de mucho pitcheo, en el que Domínguez se llevó la sonrisa y Guasch la derrota. Hubo relevo del atleta Mendizábal cuando el mal estaba hecho. La anotación final fue 4-2. El Teléfonos bateó 11 imparables, ofensiva liderada por Oscar Reyes, el que disparó par de triples e impulsó 3 carreras.
El quinto juego, el 22 de diciembre, se fue a extrainning, valga que hubo claridad para llevarlo a cabo. Fueron 12 entradas y marcador de 5-4 favorable al Teléfonos nuevamente. Diviñó abrió con Cordeiro y Ortiz con Ruisánchez. Picazo relevó a Cordeiro, quien se presentó flojo. Los Caribes batearon, pero su mal corrido de las bases frustró varias anotaciones. Anotaron una en el primero, mientras el Teléfonos anotaba dos carreras en la parte baja de ese inning. Empate en la tercera entrada, racimo de dos del Teléfonos en el quinto producto de marfilada de “Tonilo” González sobre batazo a la corto del derecho de Oscar Reyes que habría sido el tercer out de esa entrada. Empate a dos en el sexto cuando dos outs, Morera disparó sencillo, Macías recibió base, “Bambino” Espinosa conectó sencillo al central, Morera anotó la tercera. Dorticós no se quedó atrás y sonó otro imparable que trajo a Macías con el empate. Buen cachumbambé, abrazaditos se fueron hasta el duodécimo capitulo, entrada iniciada por Oscar Reyes con hit (como bateaba este hombre, era una regadera de hits y extrabases), Vitico Muñoz le partió mal al batazo, la bola se fue hacia atrás y Reyes llegó a tercera con triple para anotar por fly de sacrificio de Matías Flores, carrera decisiva a la postre. El Teléfonos llegó a llenar las bases después de esa carrera, pero el emergente Manuel Domínguez roleteó al cuadro para forzar a Narciso Picazo en segunda. Los Caribes no se dieron por vencidos, Bernal y el receptor Reguera batearon de hit, con línea de out intercalada de Juanillo Mendizábal, pero Leo Ruisánchez y Uriza fallaron en rolatas dentro del cuadro.
El día de navidad, 25 de diciembre, se jugó el sexto partido, en el que los Caribes jugaron mejor para anotar 9 carreras y llevarse la victoria, marcador de 9-5, con pitcheo de Mendizábal. En el juego Miguel Morera se fue de 3-3 y José Antonio Reguera disparó un cuadrangular. El Teléfonos volvió a depender de Picazo, el que había lanzado 3 días antes. No se entiende esa insistencia de Diviñó con Picazo cuando podía haber utilizado a Domínguez, comentario de mi parte, enojado por algo sucedido hace 95 años. Los Caribes anotaron dos en el primer inning, pero el Teléfonos respondió con 3, pero luego el partido se fue de un solo lado con eficiente ofensiva de los Caribes.
El partido final tuvo lugar el 29 de diciembre. Nuevamente Ortiz dependió de Mendizábal, mientras que Domínguez se hizo cargo del montículo del Teléfonos. Fue un juego de ofensiva de ambas partes, donde el vencedor fue nuevamente el Teléfonos con anotación de 9-8, partido decidido por doblete de Uriza. No obstante, los universitarios también sonaron a Domínguez al extremo de tener ventaja de 6-2 en la séptima entrada, pero el matancero Mendizábal comenzó a flaquear con su pitcheo, y al Teléfonos no se les podía dar un dedo, ya que te cogían la mano. Así las cosas, el Teléfonos marcó dos por intermedio de error de Morera en batazo de Colinó, base a Francisco Espiñeira, robo de tercera por Colinó, base a Nodarse, hit de Oscar Reyes impulsor de Colinó. Fue solo una anotación, pero en el octavo cayeron 2 más por bases a Echezabal y Uriza, la grúa llegó para sacar a Mendizábal, sustituido por Ruisánchez, pero Domínguez disparó triple limpiador de las bases. Llegó el noveno y la última desgracia de los Caribes, Reyes siempre Reyes, hit iniciando la entrada, Dobarganes corrió por Reyes, hit de Matías Flores, el corredor emergente llegó a tercera, Espinosa hizo el tiro a la antesala lo que ayudó a que Flores se metiera en la intermedia. Echezabal recibió base intencional y Uriza conectó doble que limpió las bases y con el tiró mal pensado a las bases, Uriza no paró hasta tercera para anotar con otro imparable de Domínguez. Siete carreras fabricadas en el último tercio de juego por los telefónicos. Los Caribes con desventaja de 3 no se dieron por vencido en la parte baja del noveno. Parece que quisieron rememorar lo que realizaron en 1921 cuando enfrentaron en otra serie co-criolla al Fortuna, al que finalmente lograron vencer. Esta vez guapearon anotando dos carreras, donde hubo boleto a Dorticós, hits de Felo Córdoba y Reguera, pero Leo Ruisánchez se ponchó con hombres en tercera y primera, cayó el out 27 y por segunda serie consecutiva el Teléfonos se llevaba el banderín de la serie.
La bibliografía consultada fue toda la disponible en la prensa cubana de 1929 sobre los campeonatos de ambas ligas y la serie aquí reportada.